Estados Unidos, el gran fariseo

Mientras un luxemburgués gana 350 $ al día, un burundés gana solo 0,80 $

Que se acaben los soberbios para que se acaben los humillados

          “Para el señor no cuenta el prestigio de las personas. Para él no hay acepción de personas en perjuicio del pobre” (Del libro del Eclesiástico de la Biblia 35,12)

El Evangelio de hoy nos presenta dos figuras, a las que Jesús no pone nombre, muy habituales en nuestra sociedad: el fariseo, que se considera perfecto, que  se cree que no tiene fallos, pero por eso mismo ya tiene por lo menos uno: creer que no los tiene, porque todos somos imperfectos. Los que ya tenemos abundantes años, al volver la vista atrás, sin duda nos damos cuenta de que hemos cometido muchos errores, haciendo cosas que no deberíamos haber hecho, o dejando de hacer otras que sí deberíamos haber hecho. Nos sentimos con necesidad de pedir perdón y por lo menos con mucha ansia de reparar el daño de lo que hicimos mal.

El fariseo es un hipócrita y finge una moral, unos sentimientos o unas creencias religiosas que no tiene. Mira a los demás por encima del hombro. Se siente seguro de sí mismo, va con la cabeza alta, desprecia a los demás (no soy como ese publicano), porque se siente superior a ellos; no le pesa por nada, ni siente necesidad de pedir perdón, ni a Dios mismo, ni que Dios repare el daño que él hizo porque siempre todo lo hace bien. En todo caso le da gracias porque está seguro de ser superior a los demás a los que considera ladrones, injustos, adúlteros

El publicano, un recaudador de impuestos, sí que se siente pecador, no se atreve a levantar los ojos, y pide a Dios que tenga compasión de él, porque siente necesidad del perdón.

Estas dos figuras las podemos extrapolar perfectamente a las relaciones entre los pueblos, pues los pueblos que se dicen desarrollados se consideran superiores a los que no lo son. Tal es el caso de los históricos y actuales imperios, que impusieron e imponen su poderío sobre otros pueblos a través de fuerzas económicas, políticas, financieras, tecnológicas y culturales. Los imperios son invasores, coloniales y opresores, que lo hicieron y hacen hoy hacia los pueblos invadidos, incluso utilizando la violencia, el engaño, la mentira, con frecuencia aplastando la paz y la naturaleza. Tenemos el ejemplo más evidente en los EE.UU. de América, en el pasado y más en la actualidad. Pero no fueron ni lo son ellos solos: los españoles, los franceses, los ingleses, los portugueses, los belgas, etc. también hicimos de las nuestras y no pocas.

Considerarse elegido, privilegiado, escogido es sumamente peligroso, como le pasa al fariseo, pues eso conduce a la soberbia y al fariseísmo, porque nadie es perfecto. Esto pasa demasiado en la Jerarquía de la Iglesia católica, sobre todo Obispos, Cardenales e incluso Papas, que se consideraron elegidos por Dios. Ojalá fuera siempre así, pero de verdad. Por desgracia, la realidad se encarga, a veces duramente, de desmentirlo, con daño muy grande para Jesucristo y su mensaje, y por tanto para la Humanidad.

EE.UU., el gran fariseo:

 Esto mismo pensaron, creyeron y publicitaron los EE.UU. en tiempos de Nixon, Rockefeller, Reagan y Bush, y más recientemente Trump, creyendo que ellos eran unos elegidos y privilegiados de Dios, y que por tanto tenían derecho a creerse superiores a los demás e incluso escogidos y destinados por Dios para salvar el mundo, y que todos los demás eran en todo inferiores a ellos, considerándose los portavoces de los designios de Dios para el resto de la humanidad, y por tanto legitimados para su expansión económica por el mundo, preciándose de tener el monopolio de Dios para la humanidad.

Así John Ashcroft, fiscal general de EE.UU. y secretario de justicia, decía en 1999: “Única entre las naciones, EUA (Estados Unidos de América) tiene carácter divino y eterno”. "EUA se sitúa más cerca de Dios que cualquier otro país. No puede haber nadie entre Dios y EUA. Es el instrumento de Dios, el Mesías salvador. Este papel “sagrado” que los EUA han de cumplir les obliga a saberlo todo, a ejercer el castigo donde haga falta. EUA solo tiene que dar explicaciones a Dios. El eje del bien son los países que reconocen la bondad intrínseca de los principios económicos, políticos y culturales de los EUA y su papel de supremo interlocutor con Dios. Los que no los reconozcan serán el eje del Mal. Los EUA son moralmente superiores a todos los demás pueblos". Esta creencia justifica invasiones políticas, económicas y militares por todo el mundo. “La ONU tiene intenciones imperdonables por interponerse entre Dios y los EUA. La ONU no quiere entender que los EUA tienen el monopolio del ejercicio legítimo del poder en el mundo por designio de Dios”. Es por lo que los "EUA tienen el derecho a definir quién es terrorista y lo será todo el que atente contra los intereses de EUA en cualquier parte del mundo o le ponga en peligro el suministro de materias primas. EUA es el único país que tiene derecho a tener el armamento más mortífero del mundo, y quien o quienes pretendan equipararse a ellos serán también terroristas, y los EUA podrán actuar en legítima defensa aunque no haya habido ataque previo". El Dios de Bush se expresa a través del poder y la extensión continua del poder. Es un Dios que "a través de los EUA domina al mundo, lo castiga con su ejército. Todos los medios de comunicación, de noticias, la televisión, las emisoras de radio, el cine, las artes, el gobierno, las empresas, las finanzas, serán nuestras: Dios las dará a su Pueblo elegido, los EUA. Tenemos que prepararnos para reinar en el mundo y gobernarlo juntamente con Jesucristo". La contradicción entre estos planteamientos y el Evangelio es más que evidente. Jesús dice: “a nadie llaméis señor sobre la tierra”. Los EE.UU. pretendieron y pretenden ser los señores absolutos del mundo.

Todo esto traducido a la situación de ahora mismo, lo tenemos plenamente activo con la guerra Rusia-Ucrania-Otan: EE.UU es quien gobierna la Otan, pues de los 30 países que la forman, cuya aportación total en 2021 fue de 1.174.242 millones de $, EE.UU. aportó 811.140 millones, y los 29 países restantes aportaron 363.102 millones de $. Es decir que EE.UU. aportó más del doble que todos los demás países, y como en la práctica quien paga manda, detrás de las decisiones que toma la Otan está evidentemente EE.UU., aunque en teoría las decisiones de tomen de forma unánime y de común acuerdo, pero en realidad los 29 países restantes son unos verdaderos lacayos de EE. UU.

Querer incorporar a Uncrania en la Otan, fue un error craso, que lo estamos pagando y sufriendo la mayor parte de la humanidad, especialmente los países más empobrecidos. La cadena de sanciones tomadas contra Rusia no hacen más que aumentar las represiones de Rusia directamente contra Ucrania, contra la UE, como el corte del gas, e indirectamente contra muchos países que dependen de los suministros de cereales de Ucrania para alimentarse como muchos países africanos y de Medio Oriente.

Pero para los EE. UU., el corte del gas por Rusia es un gran negocio, pues ahora vende gas licuado a la UE, que nos sale mucho más caro que salía el gas ruso: El Gobierno estadounidense y el Ejecutivo comunitario han llegado a un acuerdo para incrementar en 15.000 millones de metros cúbicos el suministro anual de este combustible hacia los socios comunitarios. El salto supone un 68% más en relación con 2021, pero es una cantidad que aún queda muy lejos de poder compensar las importaciones rusas de gas natural, unos 155.000 millones de metros cúbicos al año. El corte de gas no es solo un gran negocio para los EE.UU., pues lo es también la venta de armas, ya que solo en ocho meses de guerra, desde Washington se ha enviado a Ucrania material bélico por valor de 16.200 millones de dólares. Es decir, que Estados Unidos es el gran beneficiado de la guerra en Ucrania, además de afianzar su liderazgo en la OTAN, a la vez que la UE aprueba cada vez más millones de € para apoyar a Ucrania.

Con esta deriva del dichoso gas, China y la India se están forrando, porque el gas que debía venir para la UE ahora está yendo para esos dos países, y ahora aquí, en la UE, estamos pagando todo mucho más caro: electricidad, combustibles, alimentación…

¿Dónde están los sueños de ser EE.UU el Mesías salvador del mundo? Todo puro fariseísmo. Todo puro y duro capitalismo, pues el convencimiento mesiánico de su elección divina es tal que algunos malévolos teólogos como Hayek, Novak, o Buttiglione, intentan buscar las raíces teológicas y bíblicas justificativas del capitalismo. Son teólogos que intentan justificar teológicamente el capitalismo, algo que es totalmente contradictorio con el Evangelio: “No podéis servir a Dios y al dinero”.

Buttiglione es ante todo el teórico de los fundamentos divinos del libre mercado y de la globalización; fue consejero de Juan Pablo II, arquitecto de la alianza entre el Vaticano y los neoconservadores de los EEUU, y en concreto entre Reagan y Juan Pablo II, que llevó a la condena por parte de este, y el que iba a ser su sucesor, Benedicto XVI, de los teólogos más representantes, significativos y comprometidos de la Teología de la Liberación, comprometida con la causa de los empobrecidos.

El Concilio Vaticano II y Medellín, habían sido claros: "La Iglesia debe acercarse a los pobres, comprometerse con su causa". Los conservadores americanos comprendieron rápidamente el mensaje. En su gira por América latina, Nelson Rockefeller expresó, en un extenso documento que entregó al presidente Nixon, que esos planteamientos de la Teología de la Liberación eran contrarios a los intereses de los Estados Unidos y para contrarrestarlos "es necesario que los EE.UU. den apoyo a los grupos fundamentalistas e integristas cristianos, como una manera de desvirtuar la naciente Teología de Liberación”. Y agregaba: "La Iglesia Católica ha dejado de ser un aliado de confianza para los Estados Unidos y la garantía de estabilidad social en el continente”.

Condena de la Teología de la Liberación y sus Teólogos:

Por supuesto esto cambiaría más tarde cuando se realiza la alianza entre Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II, que se plantearon acabar tanto con el Comunismo como con la Teología de la Liberación, acusando a esta, sin serlo realmente, de comunista, y presentándola como arma política en contra de la propiedad privada y del capitalismo productivo. Fruto de esa estrategia fue la expansión masiva de Iglesias Evangélicas y Pentecostales fundamentalistas en Centro y Suramérica, apoyadas por grandes medios económicos y técnicos desde los EE.UU., para contrarrestar en el continente suramericano la influencia creciente de la Teología de la Liberación, todo lo cual tiene ahora su reflejo en el surgir de movimientos ultraconservadores político-religiosos.

Esta estrategia de EE.UU-Vaticano no solo afectó a la condena o exclusión de la mayor parte de los teólogos más representantes de la Teología de la Liberación por parte del Vaticano, no solo en América, sino también en Europa, que incluso tuvo un desenlace trágico en el asesinato de Oscar Romero y los Jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA). Todos recordamos la descarada reprimenda de Juan Pablo II amonestando a Ernesto Cardenal, arrodillado delante de él, como el pobre publicano.

El mundo invadido por el Neoliberalismo y sus injusticias:

Pero la consecuencia más grave y siniestra de todas fue que todo este entramado urdido sobre todo entre las cúpulas del Vaticano y los EE.UU., unido al desmoronamiento de la URSS, dio alas muy grandes a los defensores del Neoliberalismo Capitalista, que desde entonces se extiende por el mundo a pasos agigantados, convirtiendo el dinero en el dios supremo y absoluto que todo lo puede y todo lo justifica. Ahora tenemos casi al mundo entero invadido y dirigido por el más puro capitalismo neoliberal, generador de cada vez mayores injusticias, desigualdades, abusos de los grandes contra los pequeños, de los ricos contra los pobres, de los poderosos contra los débiles, con aumento de la pobreza incluso en amplios sectores de los países desarrollados y más en los empobrecidos, con explotación sin contemplaciones de los recursos naturales, aumento de la contaminación ambiental con la degradación progresiva del medio ambiente, desplazamientos y migraciones masivas, amenazas crecientes de terrorismo, incremento de la delincuencia, corrupción económica de la política, predominio de los grandes poderes económicos sobre los políticos, de forma que cada vez más es el dinero quien "gobierna" al mundo, y los que gobiernan lo hacen ante todo para el dinero y sus multinacionales. Hemos llegado ya al extremo de que el 1 % de la humanidad, los más ricos, tienen tanto como el 99 % restante. Es justo lo contrario de lo dicho por Jesús de Nazaret: “todos vosotros sois hermanos”. Contra esta espantosa injusticia la humanidad tiene que librar la guerra moral más grande que nunca haya conocido la historia de la humanidad.

Entre los 15 países más ricos del mundo, a la cabeza de la mayor injusticia y desigualdad en el mundo se sitúan: en el primer puesto EE. UU, en el segundo China, en el tercero Japón, en el cuarto Alemania, y en el puesto once Rusia.

EE.UU. presume de ser con mucho el país económicamente más poderoso del mundo, y de que ellos todo lo hacen bien.

Su PIB, según Datosmacro.com es:  19.430.123 M€, para 330M de habitantes                                 

Le sigue CHINA, cuyo PBI es de: 14.993.017 M€ para 1412M de habitantes

El PBI de la Unión Europea es de:      14.523.361 M€ para 447M de habitantes

El PIB de los 55 países africanos es:     2.189.590 M€ para 1306M de habitantes

El PIB de Rusia es de:                             1.502.737 M€ para 144M de habitantes

O sea que:

A cada Ciudadano de EE.UU. le tocan:   58.879 € de PIB por habitante

A cada Ciudadano chino le tocan:          10.618 € de PIB por habitante

A cada Ciudadano europeo le tocan:     32.503 € de PIB por habitante

A cada Ciudadano africano le tocan:        1.677 € de PIB por habitante

A cada Ciudadano ruso le tocan:            10.436 € de PIB por habitante

Debemos tener en cuenta que hay países cuyo PIB por habitante es mucho mayor, y por tanto la desigualdad de sus ciudadanos respecto a los ciudadanos de otros países es también mucho más elevada. Veamos algunos ejemplos:

Luxemburgo..:     127.673 $ anuales por habitante

Irlanda……..…:  102.217 $ anuales por habitante

Noruega..……..:    92.646  $ anuales por habitante

Suiza……...…..:     92.434 $ anuales por habitante

Catar………....:     82.887 $ anuales por habitante

Si escandalosa es la desigualdad entre unos países y otros, mucho más lo es la existente  entre los ciudadanos de unos países y los ciudadanos de otros países. Por ejemplo:

Mientras un ciudadano de Luxemburgo gana de media 127.673 $ al año, o sea, 350 $ al día, un ciudadano de Burundi gana tan solo 293 $ al año, o sea, tan solo 0,80 $ al día, es decir, que no llega ni a 1 $ al día.

El Papa Francisco:

A toda esta fatal deriva se opone abiertamente el Papa Francisco, pero con muy poco eco en una gran parte de la Jerarquía de la Iglesia y mucho menos en los grandes poderes económico-capitalistas y conservadores, sin hacer con él un frente común contra el imperialismo del neoliberalismo capitalista que está causando grandes estragos a gran parte de la humanidad y a todo el Sistema Tierra.

Nota: Este Comentario ha salido un poco largo. Es con el objetivo de que nos ayude a aclararnos un poco ante la situación global en que nos encontramos, conscientes que, a pesar de todo, otro mundo mejor es posible, como reza el título de un libro de Jorge Martínez Rodríguez.

Fuentes de Información para este escrito: Informes de Oxfam Intermón, FAO, ONU, Datos Macro, El Independiente, Credit Suisse, Internet y algo aportación propia, EL DIOS DE BUSH (Cristianisme i justicia); LA ESTRATEGIA DEL IMPERIO, Héctor Mondragón; Plataforma Interamericana de Derechos humanos; EVANGELIO Y REVOLUCION, Pedro Casaldáliga, Félix Sautié y Benjamín Forcano; OTRA HISTORIA ES POSIBLE, ¿DONDE ESTA DIOS EN LA GLOBALIZACION?, de Juan Hernández Pico; TEOLOGÍA LATINOAMERICANA: EVALUACIONES, RETOS Y PERSPECTIVAS; Wikipedia, EV la Sexta. OTRO MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ¿Cómo LOGRARLO?, de Jorge Martínez

Os deseo todo bien.-Faustino

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