El Viernes Santo hoy 2024

Crucificados, "Crucificadores y Descrucificadores"

De siempre hemos oído decir que Jesús murió por nuestros pecados, que murió para reparar a Dios de lo mucho que lo hemos ofendido y de librarnos del castigo del infierno que merecen nuestros pecados… Pero esta forma de interpretar la muerte de Jesús, no concuerda para nada con lo que nos cuentan los Evangelios.

Lo que cuentan los Evangelios es que Jesús murió perseguido y asesinado por los dirigentes religiosos de Jerusalén, que instigaron al poder político a condenarlo a muerte, que no soportaban que la gente se iba cada vez más con Jesús y los abandonaba a ellos, y pronto perderían sus puestos de relevancia y sus privilegios religiosos económicos y sociales. Jesús denunció reiteradamente su forma indigna e injusta de maltratar al pueblo.

La Religión, confabulada con los políticos, condenó y mató a Jesús, que fue perseguido, torturado y asesinado, que se vio verdaderamente solo y desamparado, incluso por sus más cercanos discípulos, además de traicionado por uno (Judas) y negado reiteradamente por otro (Pedro).  Fueron los sumos sacerdotes del templo de Jerusalén, es decir, la religión oficial, los que instigaron a la gente a pedir la muerte de Jesús, y forzaron al procurador romano Pilato para que lo condenara a morir crucificado: la ambición de conservar el poder los traicionó a todos, a pesar de que se daban cuenta, incluso el Prefecto Poncio Pilato que lo sentenció a ser azotado y a condena de muerte en cruz ,de que Jesús era inocente. Los sumos sacerdotes le gritaban a Pilato: “crucifícale, crucifícale” (Evangelio de Juan 19,6 y 15). No fue el pueblo quien pidió la muerte de Jesús, fueron los representantes de la Religión Oficial: cuando la religión se convierte en poder comete atrocidades.

La muerte de Jesús no fue un acto de expiación a Dios por los pecados de los hombres, ni un acto de devoción, ni de ofrenda sacrificial. El Dios verdadero no puede necesitar ni exigir esas cosas. La muerte de Jesús fue un crimen, un asesinato; fue la ejecución de un condenado injustamente por los opresores político-religiosos de Jerusalén por haberse puesto de parte del pueblo oprimido. Jesús no murió por Dios, murió por el pueblo. Murió injustamente perseguido y asesinado, abatido hasta sudar sangre y torturado de sufrimientos hasta el punto de sentirse abandonado por aquel Dios al que llamaba “Papá”, y llega a decirle: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. La muerte de Jesús solo se puede entender y comprender desde la trayectoria de la lucha de un hombre extraordinario por la libertad y la dignidad de todo ser humano. El mismo así lo formuló de manera muy clara y sencilla: “yo he venido para que todos tengan vida, y vida en abundancia” (Evangelio de Juan 10,10).

Hoy Viernes Santo está en Jesús crucificado en los 419 millones de africanos en extrema pobreza, cuyo IDH no llega 0,500 y en los 590 millones más que no llega a 0,600. No llegar a 0,500 es vivir extremadamente mal, y no llegar a 0,600 es vivir muy mal. Son además otros 28 millones de personas africanas obligadas a emigrar. Son más de 1000 millones de africanos crucificados hoy, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo. Podemos seguir buscando muchos más en América del Sur, la India, Bangladés o Haití. El compromiso de Jesús debería instigarnos a nosotros a comprometernos como El con los oprimidos de nuestro tiempo.

Hoy tenemos Viernes santo en muchas cárceles, chabolas y basureros del Tercer Mundo, en las mujeres maltratadas y asesinadas por la violencia machista, y en más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente que han sido objeto de mutilación genital en 30 países de África, Oriente Medio y Asia.

Hoy tenemos Viernes Santo en los perseguidos, maltratados, abatidos, angustiados, y asesinados por los misiles de Gaza y Ucrania y las balas criminales de más de 50 conflictos bélicos actualmente activos en el mundo, además de la violencia machista, los expulsados de sus tierras en Guatemala, Colombia o África por las multinacionales apoyadas por gobiernos corruptos, por el ejército, la policía o los sicarios (Iscariote significa sicario).

 ¿Cuándo llegará la hora en que bajemos a Jesús de tantas y tantas cruces, que hace siglos que deberían haber desaparecido? ¿Dónde están todavía hoy las fábricas y los fabricantes de tantas cruces, tan pesadas, tan dolorosas, tan indignas del Ser Humano y de la Madre Tierra?

¿Quiénes son hoy los grandes crucificadores de estos crucificados de hoy?:

-Las multinacionales (petroleras, fitosanitarias, alimenticias, farmacéuticas, terratenientes, mineras, textiles, etc.), que cada año acumulan millones de beneficios, a costa de los bienes y las materias primas de los países más pobres y de proceder de forma injusta e inmoral en sus negocios, incluida la salud humana.

-Los Organismos Internacionales: FMI, BM, OMC, que parece que solo están al servicio de los ricos y poderosos.

-Los gobernantes y políticos que aprueban y gestionan los gastos militares (que ya superan los 2 billones de € anuales. 1 billón = 1 millón de millones) los fabricantes y traficantes de armas del Norte (ricos) para que maten en el Sur a los pobres, o donde sea, con tal de vender cada vez más armas. ¡Bastantes más de 100.000 millones de € van ya gastados en Ucrania, por parte de los países occidentales!

-Los gobiernos, políticos y gobernantes corruptos o dictadores, legislando a favor de los que más tienen o utilizando sus cargos para apropiarse los bienes del pueblo como Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, o cambiando las leyes y constituciones, como está pasando en varios países, para perpetuarse en el poder.

-Los traficantes con droga, prostitución, pederastas (clero incluido), destructores de la vida no nacida, con daño muy grave para niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, familias, etc.

-Las religiones y algunas ONGs corruptas, que muchas veces utilizan los sentimientos más auténticos, nobles y sagrados de las personas o su buena voluntad para atraer, dominar, seducir, manipular e incluso explotar a la gente.

-Las grandes empresas y particulares que explotamos sin medida los bienes del planeta, haciendo que la Tierra sea cada vez más pobre en especies y en recursos para las generaciones venideras.

¿Cómo bajar hoy a Jesús de la Cruz?-Jesús tuvo un Cirineo que le ayudó a llevar la cruz, unas mujeres valientes que lo acompañaron hasta el final, otra mujer decidida que le secó la frente y limpió la cara y unas personas que lo bajaron, ya muerto, de la cruz y le dieron sepultura.

A Jesucristo no se le baja de la cruz desclavando una imagen en el pórtico de una Iglesia, ni mucho menos flagelándose hasta sangrar, ni llorando porque llueve y no sale “mi procesión”, o fabricando y arrastrando pesadísimas carrozas.

¿Quiénes bajan hoy de la cruz a Jesucristo crucificado en las cruces de los crucificados de nuestro tiempo? ¿Quiénes son hoy los "DESCRUFICICADORES" de Jesucristo?:

-los que sienten como suya la causa de los pobres.

-Los que denuncian las injusticias y a los injustos.

-Los que aceptan vivir austeramente y ahorrar para ayudar a los empobrecidos.

-Los que van a donde están los más pobres de los pobres para conocerlos, acompañarlos y ayudarles a salir de la vida tan indigna e injusta que sufren.

-Los que acogen, escuchan y acompañan a los que las sucesivas crisis y las injusticias están tirando en la cuneta de la vida (algunos desesperados hasta el suicidio).

-Los que se interesan y acompañan a quienes una desgracia o un mal paso llevó a la cárcel, para darles esperanza de rehacer su vida.

-Los que en los grupos de Caritas, reciben, y escuchan a los más necesitados, y les buscan ayuda para pagar un recibo, comprar comida, arreglar unos papeles, encontrar un trabajo...

-Los que anónima pero muy realmente aportan su ayuda económica, incluso con verdadera austeridad personal, para atender las necesidades de los más empobrecidos, con proyectos de cooperación en el Tercer Mundo.

-Los que se desprenden sentimentalmente de objetos de valor y los venden, para dedicar su importe a los más necesitados de los países más empobrecidos por la injusta economía del mundo actual.

-Los que, desde la política, la administración pública, la empresa, la enseñanza, la sanidad, desarrollan su trabajo con lealtad, honradez, eficacia y compromiso, hasta el punto de hacer algo por los demás sin esperar nada a cambio.

-Los que se preocupan de la Madre Tierra, respetando y cuidando los animales, peces, aves, árboles, plantas..., y evitando todo despilfarro de comida, e incluso renunciando a vacaciones para ayudar a una familia necesitada, a un enfermo, etc.

-Los que, como voluntarios, dedican, generosa y desinteresadamente, algún tiempo a hacer algo por los demás, prestar un servicio a la comunidad, incluso desplazándose al Tercer Mundo donde están los más pobres y necesitados.

-Los que se preocupan de acoger y apoyar a los inmigrantes: en 2023 más de 8500 personas desaparecieron en diferentes rutas migratorias, después de sufrir mil calamidades y penurias, y que en los últimos 10 años pasan de 63.000. Dan mucho que pensar esos niños y niñas que llegan solos en una patera o cayuco, sin un adulto que los proteja, a un país extraño, donde se habla una lengua que desconocen, una cultura que no es suya, donde no saben decir nada, ni entienden nada. ¡Qué desprotección tan grande! En 2022 fueron 5.868, procedentes la mayoría de Marruecos, el Magreb y África Subsahariana, y en 2023 también fueron más de 5000.

¡Cuánto falta todavía por hacer en este mundo! ¡Cuánto viernes de sufrimiento queda todavía en este planeta! ¡Y que gastemos tantos millones en pelearnos, en hacernos la guerra, en matarnos, en apoderarnos los unos de los bienes de los otros con tanta ambición de dinero y poder!

Luchemos por un mundo mejor. Un abrazo muy cordial.-Faustino

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