"Auscultar el alma del pueblo es la primera tarea política" Chile, Fe y nueva constitución

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"El hecho de que el pueblo chileno sea mayoritariamente religioso y católico es relevante en el momento político y social que vive el país puesto que la fe no sólo tiene relevancia en la vida de las personas y sus familias sino que también en la sociedad"

"Comprender el querer de este pueblo de Dios que valora lo que tiene y lo cuida, ama a su patria y se emociona frente a la bandera chilena y la canción nacional, es muy importante a la hora de promover políticas públicas y redactar una nueva constitución"

"Se avecina en Chile un nuevo proceso político para tener una nueva constitución. Auscultar el alma de Chile es la primera de las tareas que les corresponde hacer a los involucrados en este delicado proceso"

Cientos de miles de ancianos, adultos, jóvenes y niños se congregan en Yumbel en enero y en marzo para celebrar a San Sebastián. Emocionante resulta ver tanta fe, tanta esperanza, y tanta devoción. Es edificante también constatar como se transmite la fe profesada de generación en generación. Lo mismo aconteció el 8 de diciembre en los templos marianos de todo Chile, acontecerá en Semana Santa y así sucesivamente.

Chile es un país religioso y mayoritariamente católico. Este hecho es relevante en el momento político y social que vive Chile puesto que la fe no sólo tiene relevancia en la vida de las personas y sus familias sino que también en la sociedad en la que viven y quieren vivir. La fe ha ido configurando una cultura que está muy presente en la sociedad chilena y de la que debemos enorgullecernos. En efecto, el creyente quiere paz y tranquilidad, le suele encontrar sentido a la vida, y de manera especial al interior de su familia y en el trabajo. Suelen repetir una y otra vez “quiero que mis hijos sean más que uno”.

Ese pueblo fiel y sencillo, -que no aparece en los medios-, es el primero en llevar un kilo de arroz a la vecina que pasa por dificultades; es el primero en organizarse para colaborar ante la desgracia ajena. La movilización de la comunidad al interior de las parroquias frente a una situación de emergencia conmueve.

El que se acerca a los santuarios es solidario, pero al mismo tiempo valora la prosperidad, fruto de su esfuerzo y sus sacrificios: nada como tener la casa propia, repiten una y otra vez. Ese hombre de trabajo pide que le bendigan las llaves de su primer auto; se saca el pan de la boca para que su hijo estudie; agradece al santo de su devoción todo favor concedido y va a depositar a los pies del Crucifijo, de la Virgen o de San Sebastián una copia del título del primer profesional de la familia. Esa es la sabia que corre por las venas de Chile, es su ADN más profundo, aunque algunos la minimicen o lo traten de invisibilizar. Pero ahí está y aparece año a año con mucha fuerza!

Comprender el querer de este pueblo de Dios que valora lo que tiene y lo cuida, ama a su patria y se emociona frente a la bandera chilena y la canción nacional, es muy importante a la hora de promover políticas públicas y redactar una nueva constitución.

Su madurez cívica es notable y su cultura ciudadana sin igual. Los encuentros en torno a la fe masivos como los descritos donde no hay un vidrio roto, ningún altercado, ningún robo, hablan por sí mismos y son motivos de orgullo para el país.

Lo propio de este ingente número de personas es el respeto a la historia y el realismo frente al futuro. Suelen tener cultura cívica que les viene de los valores que aprendieron fruto de la fe que profesan. Miran con escepticismo a quienes piensan que la historia comenzó ayer con ellos y terminará mañana, también con ellos, así como de los creen que está todo mal y que hay que demoler para edificar algo nuevo. Les cuesta comprender a aquellos que creen que diciendo “todes” en vez de todos van a terminar con el sinnúmero de injustas discriminaciones que viven día en día millones de chilenos como por ejemplo: estando por horas en largas filas en los hospitales o cuando tratan de encontrarle un buen trabajo a un hijo con discapacidad, o cuando jubilan y se perciben solos, pobres, enfermos y viejos y no tienen quién los socorra.

Se avecina en Chile un nuevo proceso político para tener una nueva constitución.Auscultar el alma de Chile es la primera de las tareas que les corresponde hacer a los involucrados en este delicado proceso, junto con apelar al sentido común y a los dictados de la naturaleza que suelen ser maravillosos y sabios, más que a las modas que se quieren imponer desde una visión sesgada de la persona humana, la historia y el cosmos.

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