El domingo 4 de septiembre tendremos que pronunciarnos si aprobamos o rechazamos la propuesta de nueva constitución. Es un momento relevante para Chile y su futuro.  Lamentablemente se da en un contexto de mucha polarización, especialmente en aquellos que ejercen liderazgos en el ámbito político. Es por ello que debemos participar con alegría y con esperanza todos quienes podemos votar. Restarse es un gran error que sólo debilita la democracia. Participar es una excelente forma de decir que no somos ajenos a lo que nos pasa como país.

El voto es secreto, por lo que hemos de ir con libertad a expresar nuestra preferencia después de habernos informado adecuadamente de la propuesta presentada. Nadie puede ser obligado a votar de una u otra forma. 

Es importante también aceptar la opción que triunfe. El SERVEL es un organismo serio que ha dado prueba de seriedad durante su historia. Alarmar a la población en el sentido contrario no ayuda en nada a que este proceso sea una verdadera fiesta de la democracia.

Por otro lado, en este ánimo republicano, hemos de reprobar de manera categórica todo atisbo de violencia verbal, sicológica o física. Es mucho lo que podemos hacer con nuestra actitud para eliminar la violencia como modo de ejercer presión para obtener algún dividendo político. Esta actitud ha de ser permanente en el tiempo y ha de ser transmitida a las futuras generaciones.

La vida de cada uno seguirá una vez conocidos los resultados. Debemos seguir dando lo mejor de nosotros mismos para que todos los anhelos que llevamos en nuestro corazón se cumplan, no sólo para nosotros sino que también para los demás. Una sociedad justa, pacífica y próspera requiere de una buena constitución, y Chile está llevando el proceso de mejorar la actual, pero sobre todo requiere de hombres y mujeres que día a día pongan sus competencias, talentos, habilidades, dones y destrezas al servicio del país. Tenemos un lindo país no dejemos que los fanatismos, las ideologías extremas y la violencia lo destruyan. Esa es tarea de todos. 

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