¿Y si sumamos una rentabilidad social al inversor? ¿ Una Torre de Babel en la economía?

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Se escucha muchas veces el término “Banca Ética” el cual en algunos foros suena hasta contradictorio, ¿por qué? ¿es que la Banca no puede ser Ética? ¿solo los Bancos tienen que serlo?

Con estos vehículos se lleva el Evangelio al mundo de las finanzas y en el caso de las Instituciones Católicas tiene la tranquilidad de no invertir en aquello que vaya en contra de sus principios

Actualmente existen diferentes alternativas de inversión que por aglutinarlas en un sólo término podríamos denominarlas Éticas.

Hoy quiero ofrecerle una visión nada técnica sino práctica y sencilla de este mundo que a priori nos puede parecer complejo, una Torre de Babel donde no conseguimos entender tanta terminología, pero que en su esencia detrás de todas ellas hay vehículos financieros que buscan mejorar la sociedad a través de los mercados.

Antes de entrar en materia me gustaría romper un mito muy anclado en los mercados donde casi un 25% de los inversores creen que este tipo de inversiones por su carácter Ético son menos proclives a tener rentabilidades similares a aquellas inversiones gestionadas sin ellos. Está contrastado, y por tanto rebate ese erróneo argumento, que aquellas compañías que en su gestión incorporarán estos criterios tienen una mayor probabilidad de obtener en el tiempo mayores rentabilidades.

Tiene lógica que el mercado premie a aquellas compañías que hacen las cosas bien al igual que la luz siempre vence a las tinieblas.

¿Y si sumamos una rentabilidad social al inversor?

El “salario emocional” de los mercados

El sector financiero y en particular los Bancos han sufrido en los últimos años un incremento regulatorio no comparable con ningún otro sector y al que pronto se unirá el mayor regulador que nunca hemos tenido “la sociedad”, una sociedad cada vez más formada financieramente y sobre todo más concienciada en sus compras e inversiones hacia unos comportamientos éticos que le lleven a obtener en el ámbito financiero rentabilidades económicas y también emocionales en el ámbito social.

Se escucha muchas veces el término “Banca Ética” el cual en algunos foros suena hasta contradictorio, ¿por qué? ¿es que la Banca no puede ser Ética? ¿solo los Bancos tienen que serlo?

Tras años de formación financiera en colegios, información en medios de comunicación y una mayor regulación, hoy en día el consumidor está muy protegido cuando accede a algún producto financiero, pero este proceso se tiene que llevar a cabo en el resto de los sectores, yo me pregunto, ¿compraríamos naranjas en el supermercado sabiendo su precio mucho mas inferior en origen o que lo cobrado por el agricultor no cubre los costes de producción? 

El sector bancario es en mi opinión uno de los más transparentes actualmente y sin embargo sigue pagando una desmesurada opinión pública en contra, habrá que seguir trabajando para cambiar esto.

Lo que si creo que no tiene vuelta atrás es que aquellas compañías que no trabajen en esta línea y que el mercado no las identifique como tal, afrontarán dificultades en un futuro muy próximo.

No va a ser suficiente tener un buen producto, ni la mejor red de distribución, por ejemplo, las compañías tendrán que adaptar la gestión orientada a una acción donde se ayude a mejorar la sociedad a través de los Objetivos para un desarrollo sostenible (ODS) que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 en su Agenda 2030.

17 objetivos que se resumen gráficamente en la siguiente imagen.

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Vayamos por nuestro segundo término, las ISR (Inversiones Socialmente Responsables) un tipo de inversión que combina los criterios de análisis financiero tradicional con factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo, introducimos el termino ASG (Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo) dos términos o “matrículas” que en los últimos años se han hecho presente en muchos de los vehículos financieros y que son fáciles de encontrar hoy en día en nuestros mercados.

Dentro de los ISR encontramos vehículos financieros que incorporan en su gestión la DSI (Doctrina Social de la Iglesia Católica) incorporando para ello en su gestión un filtrado de inversiones orientadas entre otros a la defensa y promoción de la vida, los derechos humanos, la paz mundial, el cuidado de la naturaleza, promoción del Bien Común y la responsabilidad social en las empresas. Inversiones no solo dirigidas a Instituciones Católicas o religiosas ya que estos principios en los que se sustentan son compartidos por la mayoría de los inversores que buscan impacto social con sus ahorros.

Particularmente pienso que con estos vehículos se lleva el Evangelio al mundo de las finanzas y en el caso de las Instituciones Católicas tiene la tranquilidad de no invertir en aquello que vaya en contra de sus principios.

Aunque más desarrolladas en el mundo anglosajón, con alegría vemos cada vez más alternativas en nuestro mercado, me gustaría destacar en este punto el Fondo Sabadell Ético Solidario, uno de los primeros fondos en gestionarse bajo los criterios de la DSI, sumando un carácter solidario que viene determinado por el reparto de casi un 33 % de las comisiones de gestión a proyectos con impacto social tanto en España como el resto del mundo.

Pasemos a las microfinanzas, de entre todas las definiciones me gusta la que podemos encontrar en la Wikipedia “prestación de servicios financieros a personas o grupos cuyo acceso a los sistemas bancarios tradicionales es limitado o inexistente en virtud de su condición socioeconómica. Dichos servicios financieros pueden ser mecanismos de ahorro, de inversión, o préstamos en cuyo caso se estaría hablando de microcrédito”

Aparece el termino microcrédito, el cual hace referencia a préstamos destinados a personas y comunidades que bien por su situación de pobreza o bien por no existir un sistema financiero que cubra sus necesidades en su entorno, no pueden acceder a financiación para emprender sus actividades económicas, para ello se crean fondos o deuda procedentes del mercado con riesgo compartido con entidades publicas y privadas de crédito destinados fundamentalmente al desarrollo social y empresarial de comunidades con pocos ingresos en  países en vías desarrollo facilitando el acceso a estas personas a la financiación mediante préstamos de pequeño importe, obteniendo también una rentabilidad justa para el inversor. Con un auge muy importante en los últimos años es destacable la poca incidencia en morosidad de los créditos provocado probablemente por la colaboración entre todos los beneficiados para que el sistema siga funcionando.

Por último, en orden y por inclusión en los mercados, tenemos los Fondos de Emprendimiento Social Europeo (FESE), fondos de capital riesgo que invierten en empresas cuyos objetivos mas allá de la generación de beneficio están enfocadas a buscar un impacto y mejora de la sociedad en todos sus ámbitos, existe una estricta metodología tanto para la elección de las inversiones como para el seguimiento de las mismas, estando en muchas ocasiones el propio fondo con voz y voto en el consejo de las compañías invertidas.

Espero que le haya servido este glosario de términos para al menos identificarlos y tener una visión global de su naturaleza, estoy seguro de que en los próximos años aumentarán este tipo de propuestas, el mundo ha puesto rumbo hacia la sostenibilidad, esperemos que en beneficio del Bien Común.

A continuación les dejo el link de un video muy didáctico al respecto de la CNMV, así como un enlace de dicho organismo para profundizar en la materia.

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