Eutanasia religiosa (y Vivencias y convivencias 69)

El planteamiento actual de la eutanasia se presenta desde una óptica secular o pagana del derecho a la libre disposición y decisión individual a una muerte digna. En un mundo plural la cosa es muy digna y respetable, sin imposiciones, pero se olvida que hay también un contexto religioso a favor de la eutanasia humana y humanista que, paradójicamente, no recuerdan las religiones institucionales, incluido el propio cristianismo oficial con el catolicismo tradicional a la cabeza.

Las religiones olvidan que una auténtica eutanasia humana y humanista tiene un componente religioso, por cuanto nos religa con la trascendencia o el más allá. El propio Sócrates, pagano, apeló los dioses en su eutanasia con la cicuta, y nuestro Séneca en su suicidio mantenía una conciencia religiosa. Pero es el mismo Jesús quien asume finalmente la muerte en aquel callejón sin salida de su vida, la cual empero no le es arrebatada sino que la entrega y ofrenda.

En nuestros días el gran teólogo Hans Küng ha replanteado el tema de la eutanasia desde una postura católica abierta, en el contexto de los países con un trasfondo cristiano que ya la han aprobado, como Suiza y Holanda, Bélgica y Luxemburgo, más los que la van a aprobar próximamente. Simbólicamente en la liturgia de la misa se concelebra a la vez la vida, significada por el pan eucarístico, y la muerte consignificada por el cáliz del vino como sangre simbólica. A veces pienso que el que no piensa en la muerte es porque no piensa en la vida que la coimplica; olvidando así que, como decía S.Freud, para saber soportar la vida hay que aceptar la muerte.

La eutanasia tiene como fundamento humano y humanista la compasión del hombre por el hombre, por cierto un tema tanto pagano como religioso, budista o cristiano. Por eso parece absurdo excomulgar o excomunicar al pobre eutanásico, el cual por cierto bastante tiene con lo que ya no tiene. No se trata de imposiciones de uno u otro signo, sino de ayuda humanitaria, respetando la propia conciencia y los límites y cautelas necesarias, por ejemplo para evitar abusos injustificables.

La cuestión me atañe con mi cáncer de colon con metástasis, mortal. En el gran Hospital Miguel Servet llevo más de tres años sobreviviendo, bien que mal, a través de la dura quimioterapia. Soy feliz y desgraciado, porque el veneno químico destruye y salva, en mi caso de momento. Dos estupendos médicos, un oncólogo realista y abierto y otro idealista y optimista, opuestos complementarios, marcan mi itinerario; como me decía una enfermera, la botella medio vacía o medio llena. Estoy teniendo una experiencia inolvidable, aunque me temo que pronto la olvidaré, o más bien la implicaré en mi “andrexit” y descanso eterno. He podido contactar positivamente con cuidados paliativos eventualmente, así como con la asociación derecho a morir dignamente, aconsejado por su viejo presidente honorífico el filósofo Salvador Pániker, hermano del teólogo Raimon Panikkar. Así que ante la nueva ley de eutanasia defiendo una doble ética: la ética de la buena vida y la ética de la buena muerte.

Desde mi perspectiva secular y cristiana, yo diría entonces que hay que asumir tanto nuestro cuerpo serrano y pagano en su afirmación de la vida y la libertad, como el alma cristiana desde su vivencia de la muerte trascendental. La hora de la vivencia dice relación inmediata con la vida, mas la hora de la verdad dice relación mediata con la muerte. Me gusta afirmar la ambivalencia, así pues la doble valencia de la vida y de la muerte: su doble valor insustituible, puesto que nacer y morir no depende de nosotros. En nuestra juventud liberamos la turbia cuestión de la sexualidad y su pulsión vital; ahora en nuestra vejez debemos liberar el último tabú de la muerte y su pulsión oscura: dignamente los unos y los otros.

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 69

---Dios mío, ayuda mi fe exigua y tambaleante: y mi moral desmoralizada.

---Frente al ser patriarcal tradicional, el ser germano de Heidegger dice germen y hermano, fratría y hermandad, logos de coimplicación.

---Frater (hermano) se contrae en Fra, palabra que significa “entre”: la fratría sería el “entre” del encuentro, al menos de tres (fra-ter), como en la trinidad cristiana.

---En Heráclito hay una progresión de la ley particular al logos o razón común universal: hasta arribar al logos cósmico divino.

---Los tambores de la Semana Santa aragonesa retumban en mi alma: y la fortalecen.

---La pasión y hasta furia con la que los católicos hemos tomado la Pasión de Cristo: con sentido vitalista, barroco y sudista.

---La teoría del contraste aragonés aparece practicada en sus tamborradas: entre los sones del fino tambor y el grueso bombo.

---Soy una mezcla de protestante intelectual y católico sentimental.

---Esta vez oigo en los sones de Semana Santa una especie de protesta radical contra la tierra y el cielo.

---Como dicen en mi pueblo, para qué te vas a matar: ya morirás.

---Según Lacan, el hombre habita un imaginario matriarcal, una simbólica patriarcal y la coimplicación de ambos: lo que J.A.Bergua llama conmigo la fratria.

---La fratria como codisyunción o disyunción conjunta: unidiversal.

---La vida normal no acaba de tener sentido: la vida enferma acaba por obtener sinsentido.

---El diablo está en las máquinas: es un maqui que maquina la deshumanización del hombre y de Dios.

---Ya distingo entre las enfermeras encantadoras y las enfermeras bordes.

---Para los orientalistas no hay mal, no existe la muerte, el dolor es una ilusión: estupendo.

---Resulta que he acabado siendo el viejo tío canónigo.

---Quiero mantener el genio y la figura hasta la sepultura: el propio genio puede conducirme a ella.

---Querrían que fuera el que no soy: pero lo soy.

---Me gusta tu presencia de duende misterioso, me gusta mi impaciencia de contraduende lúdico: me gusta tu silencio y mi alcahuetería: me gusta tu sonrisa y mi humor desgarrado.

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