Poesía y filosofía

En nuestra obra colectiva “Poesía y Filosofía”, editada por Calambur de Madrid, he concebido la poesía como la “contuición” del tiempo en un espacio simbólico-musical, así pues como tiempo revertido en “tempo”. En donde la visión fluente de lo real revierte en su revisión confluente a través de su audición interior. La poesía es así decurso y recurso, visión y audición, lo sentido y el sentido, cuerpo o letra exterior y música o alma interior.

Ya en el siglo III el poeta chino Lu-Ji en su famoso "Prosopoema" describió la poesía como la intersección entre la tierra y el cielo, la luna y el sol, el significado objetivo o real y el sentido subjetivo o surreal. Por su parte, el joven García Lorca entiende la poesía como la sublimación de lo sentido en el sentido, la trasfiguración del significado en significación humana, pudiéndose hablar de transignificación.

Finalmente nuestro A.Machado interpreta la poesía como el cuento existencial que canta la palabra esencial, o sea, como la intuición del ser que deviene, es decir, como metafísica existencial. Esta contuición del cuento y el canto la poetiza nuestro poeta así:

Da doble luz a tu verso
para leído de frente
y al sesgo.

Leído de frente el verso es terso e intencional, pero releído al en sesgo u oblicuamente el verso es tenso e intensional. Ello se debe a que la poesía revierte el sentido contable en sentido cantable, ya que la prosa es el relato-río y el verso su relación recursiva en el/la mar como ámbito del destino existencial. Por eso Marianne Moore pudo hablar de la poesía como el posible espacio para lo genuino, aunque a menudo oscile entre lo genuino y lo cursi.

Así pues, la clave poética estaría en la reversión del significado en sentido, así como del sentido en sentido sonante. Se trata sin duda de un sentido existencial que, como muestra el recorrido de J.Manrique a M. Houellebecq, coimplica la vida y la muerte, el tiempo lineal y el espacio redondo o rotundo.

Si como quiere Heidegger el lenguaje es la casa del ser, el verso es el reverso de la casa del se, su recámara humana. El lenguaje poético sería la casa del ser apalabrado por el hombre, la casa desvencijada del propio hombre a la intemperie, el canto humano del ser transhumano. Ya lo dijo a su modo y manera Pablo Neruda cuando adujo poéticamente:

Porque tú cantas
saben que existe el mar
y que el mar canta.

Mientras que el discurso filosófico es una exposición en pro de una comprensión del sentido, la poesía es un recurso en pro de una composición o poema del sentido. Por su parte, la aforística es pura condensación y contención del logos del lenguaje. Finalmente la ciencia es un discurso analítico en favor de la explicación racional de lo real, mientras que la religión es un recurso sintético en favor de la implicación trascendental del ser de lo real.

De esta guisa, la poesía muestra el sentido que la filosofía trata de demostrar: mostración intuitiva y relacional frente a la demostración conceptual o racional. Y es que se hace filosofía cuando nos extraña el mundo, pero se hace poesía cuando nos extrañamos de nosotros mismos.

(Bibliografía)

-L.Beltrán, A.Ortiz-Osés, J.L.Rodríguez y F. Romo, Poesía y Filosofía, Calambur, Madrid 2015.
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