Ridiculum Vitae. La muerte se ríe de la vida

Andrés Ortiz-Osés ha fallecido. Descansa ya tras su dura enfermedad, adentrándose en lo que llamó "el país más exótico que existe". Ante esta situación, hemos decidido añadir al blog un poema suyo reciente,  que ha aparecido también en el homenaje que le ha dedicado el periódico El Correo Español.

A partir de ahora, daremos continuidad al blog Fratria publicando cada semana un "taco" de sus aforismos que estaban esperando ver la luz.

RIDICULUM VITAE
La muerte se ríe de la vida

La muerte se ríe de la vida
como la luna del sol que la posterga
como la sombra de la luz que la hiere
como la oscuridad nocturna del claro día
que la oculta y hiende.
La muerte se ríe de la vida
como el esqueleto de huesos de su carne tumefacta
como la calavera abierta indefinidamente
ríe de lo finito limitado y circunscrito
y como lo yerto de lo yecto o abyecto.

Morir es reírse de la vida
como la mar ilimitada del río limítrofe
como lo hondo se ríe de lo superficial
y lo profundo de lo alto y su altura plana
como la tierra madre del cielo paterno.
Me apenumbro en un lago sin fondo
desvanezco mis afanes ufanos y me adentro
en la espesura de un bosque interminable
habitado por una noche más profunda que el día
y más honda que el empíreo meramente ensoñado.

La muerte ridiculiza el ridiculum vitae
pues morir es reírse de nuestra vida insomne
acceder a los ínferos que traspasan el tiempo
allegarse a un espacio sin límites ni cepos
celebrar un banquete sin restos putrefactos.
En la vida admiramos lo perfecto imperfecto
en la muerte asumimos lo imperfecto perfecto
traspuesto en inacabado inacabable non finito
como la escultura final de Miguel Ángel
y sus gestos desvaídos inciertos.

La muerte es el fuego que todo lo arde
resolviéndolo en espirales sinuosas
que albergan los afectos que restan inefables
como el amor trasfundido en alabastro santo
que perdura y desmiente su origen profano.
Todo en el mundo es cuestión de arte y suerte
tanto en la vida como en nuestra muerte
mas en el trasmundo la muerte es la vida
mientras que la vida es la muerte ya sobreseída:
solo los tontos lloran a sus muertos (Teognis).

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