Vivencias 84

--- Tengo una obra preciosa que me acompaña: el tesoro que resguardo de los salteadores.

--- La miniatura del ser humano frente al mar: parece un payaso.

--- Entre nosotros hay un achabacanismo trascendental (con perdón inmanental).

--- La visión del mar sin hombres: una visión purificada y purificadora.

--- La escritura como modo de suicidio: en la que te matas simbólicamente y te dejan morir (si no te rematan psicológicamente).

--- El fútbol como afirmación de identidad imaginaria colectiva: en el que simbolizamos la lucha ritual del existir (cf. C. Bromberger, Le match de football).

--- La suerte está echada: entonces hay que levantarla o bien acostarse con ella.

--- La depresión en gallego: “mal aire”.

--- Fermín Cacho gana la olimpíada del 92: por un pequeño cacho.

--- El cuadro El almuerzo de Velázquez: el movimiento quieto.

--- Mi idea de la implicación de los contrarios como una idea redonda en el sentido de Ganivet: frente a las ideas picudas, desimplicadas o irrelacionales.

--- El Loco de las montañas: el Señor de lo alto: el Dios de los cielos.

--- Cuando se está bien es peligroso querer estar mejor: metiéndose en líos.

--- En la vida los golpes te van haciendo precavido, pero también receloso: a pesar de ello es fundamental dejar abierta el alma so pena de obturación, asfixia y oclusión.

--- Dios se encarna en nosotros su creación: nos traspasa y la sobrepasa.

--- Los amores son sustituibles: pero el amor es insustituible.

--- Dos y dos son cuatro: pero Dios y Dios son Tres.

--- Como decía Buda, hay filósofos que se dedican a contar las vacas de los demás: vacando ellos mismos de sí mismos.

--- ¿Yo escojo? Yo recojo (J. Guillén, Cántico).

--- Siento turbulencia en mi existencia: ¿qué tripa se le habrá roto al de Arriba?

 --- El dinero es muy simbólico: simboliza nuestra libido (por eso nos apegamos tanto a él/ello).

--- La amistad puede ser turbia: pero las cuentas claras.

--- Ad impossibilia nemo tenetur: A lo imposible nadie se atiene.

--- Estoy gozando budistamente de mi buhardilla: ahora que ya no la cohabito (ausencia presente).

--- Al final acabamos cultivando en el mejor caso un amor raro: el amor que ya no espera amar.

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