Es importante señalar que el Estado Vaticano cuenta con obispos, cardenales, sacerdotes y religiosos en todos los rincones de América Latina y el Caribe. Esta presencia le abre la puerta para promover sus enseñanzas y dar creatividad a las comunidades a través de la práctica de los sacramentos. Su presencia les da mucha credibilidad, lo que los convierte en una fuerza de primera línea entre sus pueblos. 

Estados Unidos, imperio de las Américas, es muy consciente de la importancia de la Iglesia Católica como un poder que se ha impuesto por la religión y la fe a los pueblos y sus líderes. Todo esto no quiere decir que no hubo verdaderos misioneros que se fusionaran con sus pueblos, viviendo y compartiendo con ellos la rutina diaria de la vida. 

En las décadas de 1960 y 1970, los misioneros se acercaron a los humildes para compartir y comprender mejor las raíces de la pobreza que los acompaña de generación en generación. Este enfoque abrió las puertas a una lectura de los Evangelios y del mensaje de Jesús que dio una forma diferente de entender y vivir la religión y la fe. Por supuesto, el Concilio Vaticano II tuvo que ver con todo este movimiento de una Iglesia centrada en las experiencias de sus pueblos. Proximidad, con los humildes de la tierra. ha sido una universidad extraordinaria para descubrir el verdadero significado de la misión de Jesús entre nosotros y para comprender mejor sus compromisos con los humildes de la tierra. 

Fueron los años de la llamada "teología de la liberación". Un verdadero desafío para quienes se creían dueños del mundo por, supuestamente, la voluntad de Dios. No perdieron el tiempo en denunciar esta “teología de la liberación” que para ellos no era más que comunismo puro y marxismo de los peores tiempos de la ex URSS. Todas las formas de intervención de los pueblos para recuperar su democracia, sus bienes y sus riquezas, su derecho a participar en los poderes del Estado, no eran para estos amos del mundo otra cosa que el marxismo y el comunismo. . 

Washington y el Vaticano se han unido para poner fin a esta "teología de la liberación", pidiendo a sus autores que abandonen esta ideología, alimentada por el marxismo y el comunismo. El Papa Juan Pablo II, en diciembre de 1982, en la Biblioteca del Vaticano, firmó un pacto con Donald Reagan, presidente de los Estados Unidos, para cooperar en la lucha contra todo lo relacionado con el comunismo y el marxismo. Por supuesto, la “teología de la liberación” ha sido condenada y los recalcitrantes han sido puestos en penitencia.

En tal contexto, no es de extrañar que las personas elegidas para ser cardenales y obispos fueran elegidas, entre otras cosas, por su adhesión al formato neoliberal. Conocemos el viaje del Papa Juan Pablo II en América Latina, sus buenas relaciones con Pinochet y sus malas relaciones con Ortega. El Papa Benedicto XVI siguió el mismo camino en cuanto al nombramiento de representantes de la Iglesia en América Latina. En cuanto al Papa Francisco, ha dicho muchas cosas buenas, pero sigue pendiente, de Washington. No debemos olvidar que él también firmó un pacto con Obama que se refleja en la conexión anterior.

 Tenemos el ejemplo del papel del Vaticano y sus obispos en Bolivia que hicieron campaña contra Evo Morales en las elecciones del 19 de septiembre de 2019. Los votos dieron a Evo Morales como ganador en la primera vuelta. Con la intervención de la OEA y del ejército boliviano, leal a Washington, el golpe se llevó a cabo sin suscitar comentarios negativos por parte del Vaticano y los obispos bolivianos. 

En Venezuela está sucediendo algo similar, excepto que esta vez los militares se mantienen leales a su pueblo. Por otro lado, el episcopado y el Vaticano se alían con las prerrogativas de Washington, de manera muy particular no reconocen a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela. Prefieren apoyar a un tal Juan Guaido, designado por Trump como presidente interino. Es importante mencionar que Naciones Unidas y más de 2/3 de los miembros de la Asamblea General reconocen a Nicolás Maduro como el presidente legítimo de Venezuela. Sobre este tema, el Vaticano y el episcopado venezolano se alinean con el grupo de Lima.

 En su última encíclica, Fratelli tutti (Hermandad Universal), el Papa Francisco denuncia la ley del mercado y el capitalismo salvaje en términos muy fuertes. Por otro lado, con los gobiernos emergentes de L.A. quienes atacan el establecimiento de una alternativa a esta ley del mercado y este capitalismo salvaje, como es el caso de Cuba, Bolivia con Evo Morales, de Venezuela, con Chávez y Nicolás Maduro, de la 'Ecuador con Rafael Correa, de Nicaragua con Daniel Ortega, de Brasil con Lula y Dilma Rousseff y de Argentina con Cristina Fernández y su esposa… El Papa Francisco habla más de “populismo” y “nacionalismo”. Ni una palabra sobre el socialismo del siglo XXI. que se define a sí mismo como humanista, cristiano, socialista y antiimperialista. Todo eso  es curioso. 

Si en sus escritos nos da la imagen de una persona abierta a estas alternativas al capitalismo salvaje, de hecho se posiciona para no molestar a Washington. Tiene cuidado de no denunciar enérgicamente el intervencionismo criminal e ilegal del imperio en los asuntos internos de otros estados e imponer allí su ley. Cuando habló por última vez en el Tribuna de la ONU a principios de octubre, tuvo la oportunidad de denunciar este intervencionismo y las sanciones que lo acompañan. Sobre el intervencionismo y el respeto a la carta de la ONU que cada país debe respetar, ni una palabra. Sobre las sanciones que el Secretario General de las Naciones Unidas condenó y pidió que se pusiera fin, el Papa Francisco pidió en cambio que estas sanciones no lleguen demasiado a las necesidades de la gente. 

La fraternidad universal se vive en la familia, en su entorno de vida y trabajo, con respeto mutuo sin la presencia de fuerzas opresivas y fuerzas oprimidas. No señalar con el dedo a estos opresores y a quienes son oprimidos por ellos es ser cómplice. 

Oscar Fortín 

16 de octubre de 2020

Nota: El domingo 18 de octubre será el día de las elecciones en Bolivia ... Algunos países ya se niegan a los ciudadanos bolivianos el  derecho para que vayan a votar en la Embajada y el Consulado de Bolivia, en los paises donde están. Una historia a seguir ...