EVITAR QUE HAYA DERRAMAMIENTO DE SANGRE EN VENEZUELA

PARA ESO HAY QUE DIRIGIRSE A DONALD TRUMP



Recién, el papa Francisco respondió a la carta que le había mandado el Presidente legitimo de Venezuela, Nicolás Maduro, para solicitar su presencia en el dialogo entre el gobierno y la oposición. Su respuesta corresponde perfectamente a las consideraciones del Episcopado venezolano y de su Secretario general del Vaticano, Pietro Parolin, ex-Nuncio apostólico en Venezuela. La versión de ellos es que el gobierno no había cumplido con las negociaciones anteriores.

Esta decisión del papa Francisco constituye un alivio para el episcopado que desde el principio proclamabaque el papa no pudiera mediar en un tal dialogo. En eso no hay sorpresa,pues, desde la llegada de Chávez y del Chavismo, el episcopado y el Vaticano se juntaron a los de las oligarquías para rechazar la nueva manera de vivir la democracia y de hacer del pueblo la autoridad máxima del Estado. El bien común pasa, ante todo, para el pueblo , los pobres, los humildes, los trabajadores y las trabajadoras. Una manera de ver que las oligarquías rechazaron y hicieron todo para no deshacerse de los privilegios que el régimen neoliberal, de formato capitalista, les facilitaba. Los obispos y el episcopado se identificaban y se identifican siempre con esa clase privilegiada.

En el golpe de Estado de abril 2002, los obispos fueron presentes y activos. Lamentablemente no duro mucho tiempo, pues el pueblo y el ejercito pusieron fin a sus deseos de volver al poder. Los obispos de hoy son en su mayoría, de ese mismo grupo con los mismos opositores que siguieron su lucha para volver a los privilegios de los tiempos pasados. Ellos son los puntos de referencia que sirve a Washington para seguir su proyecto de recuperar el poder del Estado y de tener mano sobre las riquezas del país.

Es cierto que la llegada del papa Francisco dio nacimiento a una esperanza de cambio profundo en el comportamiento del Vaticano y de los episcopados. La búsqueda del poder y de los privilegios debe desaparecer para que sean verdaderos pastores cerca de su pueblo pobre y humilde. El papa Francisco, con su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, abrió con coraje una puerta sobre lo que llamo el capitalismo salvaje. Una manera bien directa para decir que al lado del socialismo hay ese capitalismo salvaje del cual la Iglesia no puede ser aliada.

Son muy pocos los obispos y episcopados que se dedicaron a analizar y compartir con sus fieles esta Exhortación apostólica. Como se decía en las oficinas de los funcionarios, el documento a rápidamente tomado la “filiera 13” .

En parecido contexto, uno puede preguntarse ¿si el papa ha cambiado de idea sobre el dialogo como única salida al conflicto interno en Venezuela? .Al decir no al dialogo queda una sola solución al interno, la que corresponde a sus responsabilidades de que se respete la Constitución, al externo hacer respetar la Ley internacional sobre el derecho de los pueblos y asegurar que su pueblo sea protegido contra los invasores. Me gustaría saber si el papa pidió al delegado de Venezuela en el Vaticano ha sido consultado en relación a la version del episcopado sobre el no cumplimento de lo concertado. Este ultimo es bien ubicado para responder, pues ha acompañado a la mayoría de esas negociaciones.

Curiosamente termina su carta llamando para que no haya derramamiento de sangre, como si fuera el gobierno que tuviera respuesta a esa preocupación del papa. Las amenazas de derramamiento de sangre vienen de Washington y de Colombia que actua bajo el mando de Washington. En Venezuela asistimos a la llamada du un pueblo que quiere paz. Mas de diez millones de Venezolanos y Venezolanas firmaron una carta dirigida a Donald Trump diciendo que Venezuela es un territorio de paz y que el pueblo quiere paz.

Yo propongo al papa que escriba una carta directa al Presidente de Estados –Unidos, Donald Trump con copia al Presidente Duque, de Colombia para que no haya derramamiento de sangre en Venezuela y y que se respete la Carta magna de las N.U. que se opone a toda fforma de intervencionismo en los asuntos internos de otros países. Invadir a Venezuela es lo que trata hacer Washington y sus aliados. Es importante, en este contexto, que el papa diga NO al intervencionismo y que lo diga sin ninguna ambigüedad.

Con todo mi respeto

Oscar Fortín
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