Joe Biden el católico y presidente de EE.UU.

Papa Francisco con Joe Biden

Hay que alegrarse que así sea. Que dos lideres que encabezan instituciones  de primer plano, como es el caso del papa con la Iglesia católica y de Joe Biden como presidente de la primera potencia mundial debe ser apreciado a su justo nivel. Sin embargo, los dos tienen objetivos que no van por el mismo camino.

La catolicidad de la Iglesia y del Vaticano responde a imperativos que se alimentan del mensaje evangélico y de Jesús, el Nazareno, que vino a nuestra tierra no para ser servido, sino para servir. Ocupan un gran espacio lo que llamamos “justicia”, “verdad”, “solidaridad” “amor de los unos con los otros” y “ misericordia” etc.

La catolicidad de Joe Biden responde ante todo a los imperativos  del Estado profundo cuyos objetivos es tomar el control del  mundo, haciendo de los pueblos y de los Estados un solo pueblo y un solo Estado, encabezando la humanidad entera. Lo que llaman la gobernación mundial.

Ese proyecto no cuadra con la Carta magna de las Naciones Unidas, tampoco con otras potencias, como China, Rusia, India, África, y muchos otros países del mundo que promueven un mundo multipolar, reflejando la diversidad de los pueblos, de las culturas y de la libertad de todos a expresarse sin ser objeto de sanciones de toda naturaleza.

El primero, el papa Francisco, es para servir a todos los pueblos y naciones del mundo, el secundo, Joe Biden, el católico, presidente de EE.UU. es para dominar todos los pueblos y ser servido por ellos.

Las buenas relaciones que tienen, el uno con el otro, no cambian nada al rumbo que corresponde a cada uno. Los Evangelios y el proyecto del Reino del Padre se imponen al papa Francisco.  El estado profundo y la gobernación mundial se imponen a Joe Biden.

Importa no confundir el “Reino del Padre” con la “gobernación mundial”.

Vi la ciudad santa,e la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de la presencia de Dios. Estabadispuesta como una novia que se adorna para su prometido.gY oí una fuerte voz que venía del trono y decía: “Dios habita aquí con los hombres.h Vivirá con ellos, ellos serán su pueblos y Dios mismo estará con ellos como su Dios.jSecará todas las lágrimas de ellos y ya no habrá muerte,l ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo que antes existía ha dejado de existir:“Apocalipsis 21

¿Qué puede hacer el papa Francisco para servir los imperativos de los evangelios a través la amistad que lo une al presidente Joe Biden?

Ante todo, el papa Francisco debe tener bien claro que el Reino del Padre tiene nada que ver con el proyecto de un gobierno mundial, teniendo a su cabeza los mas potentes del mundo, en termino de riqueza, de poder militar y de dominación sobre los pueblos. A no confundir, este ultimo, con el Reino del Padre, al cual Jesús, después de su resurrección ha mandado a todos sus discípulos para que proclamen la buena noticia de la venida del Reino del Padre. Un reino de paz, de justicia, de fraternidad, de verdad, acompañado por el Padre que hizo de Jesús, al resucitarlo, el primero nacido de la raza divina. En ella,, la Humanidad entera, tiene su autentico destino.

Pertenece a los pastores de la Iglesia y a todos los que se junten a ella, como es el caso de Joe Biden, proclamar la llegada del reino del  Padre a no confundir con los proyectos de ciertas potencias que tienen el proyecto de poner la Humanidad a sus ordenes. En ciertos casos, tratan hacer pasar eso como el proyecto de Dios y el cumplimiento del Reino del Padre.

Por eso importa que el Papa no se ponga en situación de confusión al promover el proyecto del Estado profundo, al servicio del cual, el católico Joe Biden responde.

El papa Francisco puede poner a prueba la amistad que les une.

Por ejemplo, pedir a su amigo Joe Biden rectificar la conducta de EE.UU. que no respeta siempre la Carta Magna de las Naciones Unidas. Su intervencionismo en los asuntos de otros países sin que sea reclamado por las N.U. o los países invadidos. En América latina existe varios casos de ese intervencionismo que afecta profundamente la vida de los pueblos. Es el caso de Cuba, de Venezuela, de Nicaragua entre otros. Va igual por las sanciones que no responden al derecho internacional y aun menos al derecho humano de las personas y de los pueblos.

El católico Joe Biden, siendo presidente de EE.UU., tiene responsabilidades, como católico, de justicia, de respeto a los derechos de los pueblos y de las personas. Tiene el poder de eliminar los caminos que conducen a la corrupción de personas, gobiernos incluyendo medios de comunicación. Ser católico implica asumir de verdad todo eso.

Pienso que el papa Francisco rechaza todas esas acciones y que puede, junto al catolico Joe Biden, que respeta mucho al papa Francisco, que se de pasos significativos para que EE.UU respete el derecho internacional y que no se mete en los asuntos internos de otros países. Muchos conflictos internos a países se producen únicamente porque EE.UU. se mete en sus asuntos.

La amistad es una cosa, la fe católica es otra cosa. Que los dos se complementan, perfecto, pero si no se complementan es otra cosa. En eso tiene que pensar el papa Francisco.

Oscar Fortin

8/5/21

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