Joe Biden mantiene política agresiva contra Venezuela

Ayer, 5 de marzo, era el octavo años de la muerte de Chavez. No conozco a dictadores que tuvieron tanto cariño de parte de sus pueblos. En general, los dictadores, cuando mueren, los pueblos hacen la fiesta y no les lloran.

Hoy, sigue, el mismo pueblo, resistiendo a todas las calamidades que sus adversarios, tanto del exterior como del interior, les echan por encima: manipulacion de la informacion, sanciones que afectan profundamento las condiciones de vida del pueblo y que sus autores no mencionan nunca.A eso se juntan las acciones terroristas...

06.03.2021 | Oscar Fortin

No es de extrañar que el ex vicepresidente de Obama continúe con su misma política hacia Venezuela cuando asumió la presidencia de Estados Unidos.

Acaba de renovar el decreto proclamado por Obama, que convierte a Venezuela en una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Hay que decir que Donald Trump ha mantenido, con sus sanciones, la misma ofensiva contra el pueblo y el gobierno de Venezuela. En esto, los tres presidentes son iguales.

La figura principal en Venezuela, invitada a su juramento, como presidente, fue nada menos que el autoproclamado Juan Guaido, utilizado por la Casa Blanca para crear el caos y orquestar el cambio de régimen en Venezuela.

Joe Biden no parte de los objetivos perseguidos desde el inicio de esta revolución, calificados por Chávez como socialismo, democrático, humanista, cristiano y antiimperialista. Joe Biden parte mas bien de la definición utilizada por los opositores a esta revolución, a pesar del del hecho que haya mantenido, hasta el día de hoy, sus principios fundamentales de democracia, de socialismo humanista y cristiano y de antiimperialismo.

Estos últimos prefieren usar el lenguaje que caracterizó la revolución en Rusia en las décadas de 1940 y 1950. Los escritos de Karl Marx estaban de moda en ese momento e inspiraron a Lenin y Stalin en la revolución, descrita como "comunismo y marxismo". Comunismo, sin dios, y totalmente centrados en la lucha de clases y la justicia social. Los gobernantes se autoproclamaban y tomaban el control del estado que gobernaban con la autoridad de dictadores. La democracia no fhacia parte de las dictaduras vigentes.

Quienes insisten en calificar la revolución, generada por Hugo Chávez, en 1998, olvidan mencionar que el poder del Jefe de Estado de Hugo Chávez fue el resultado de una elección que permitio al pueblo venezolano decidir de sus líderes. La democracia ocupa un lugar muy importante en esta revolución que se basa en la voluntad del pueblo. Hasta el momento, se han celebrado casi una treintena de elecciones, desde las presidenciales hasta las de parlamentarios, alcaldes y gobernadores. Solo la mala fe de estos opositores a esta revolución puede explicar la distorsión de los hechos. Entre estos últimos, hay que señalar, lamentablemente, el papel jugado por el episcopado venezolano, que abunda en descalificar este socialismo humanista y cristiano. Para ellos, Maduro es un dictador, pero cuando hay elecciones, instan, la mayoría de las veces, al pueblo a no ir votar.

No hace falta decir que esta oposición, interna de Venezuela, fue rápidamente recogida por Washington, lo que la convirtió en aliados principales. Para Washington, el objetivo es recuperar el control del estado y la riqueza de Venezuela y asegurar que Venezuela no sea un ejemplo para otros pueblos del poder que pueden tener tomando su propio destino en sus propias manos.

Por paradójico que parezca, el Imperio Americano, que se presenta como el gran impulsor de la democracia en el mundo, es el primero en no creer en ella y en hacer todo para que el pueblo no pueda decidir más que votando por ellos. Para el Imperio, la única democracia verdadera es aquella que responde a sus intereses. Si hay fraude electoral, corrupción, manipulación de los votos y equipos informáticos fraudulentos, todo se convertirá en una verdadera democracia. La verdadera democracia, el poder del pueblo para el pueblo, no puede existir fuera del imperio.

Los dejo con este pueblo que acompañó a Chavez, su Presidente, en su último descanso. Una muerte que, aún, sigue siendo un misterio. Era el 5 de marzo de 2013 cuando Chávez se transformó en su pueblo.