¿PODEMOS LIBERAR LA HUMANIDAD DE LA MUERTE?

El problema de la muerte es la angustia de todos los seres humanos. Por la gran mayoría, la muerte pone fin a su existencia, haciendo de ella la NADA. Muchos otros piensan en la existencia de muchas otra planetas para seguir viviendo en un otro mundo. Que queda de la persona, de su espiritu, de sus relaciones con sus seres queridos? La vida, la muerte y la resurrección de Jesus nos abre la puerta a un renacimiento de nuestra persona en una tierra nueva y en un Cielo nuevo. El camino para pasar del mundo de la muerte al mundo de la vida eterna será aclarado por el amigo Gonzalo.

jesus sur la croix

Todos los indicadores que la historia pone à nuestra disposición revelan que la muerte es parte de la Humanidad de la cual somos. Así va con todos los seres vivos que nacen de la tierra y que vuelven a la tierra. Las personas que llegan a esa vida, todas, que vengan de donde vengan encontraran sus horas de muerte. Desde que la Humanidad es Humanidad, todos y todas que nacieron de ella, desde los miles de siglos, han muerto. 

Por supuesto que podemos prolongar la vida con medicinas, alimentación especial, adaptada a cada persona. Al final llega siempre la muerte. Los que sobreviven a sus seres amados, les lloran, les recuerdan, siguen conversando con ellos como si fueran siempre vivos en otro mundo.

Podemos también matar esa vida de miles de maneras. Las guerras son las mas conocidas para matar, quitando la vida a millones de personas. La pobreza es también una arma que mata, poco a poco, a millones de personas.  Hay distintas enfermedades que nos vienen de todas partes como es el caso del Coronavirus , llamado también el Covid-19  que mata y aíslan las personas, las unas de las otras.  Un virus que da la impresión de tener como principal objetivo la muerte de la Humanidad social, solidaria, fraternal, amorosa de la vida y del compartir con sus seres queridos. Las consignas de los gobiernos tienen por objetivo el alejamiento de las personas, sus aislamiento en sus casas etc. Todo eso para que la muerte sea parada dentro de las comunidades.

En mi país , estamos con la consigna de dos metros entre las personas. Adios a los encuentros familiares en las casas,  a los conciertos, a las celebraciones religiosas así que a todas las otras actividades de naturaleza parecida. Adios a los cinemas, a los estadios de deporte, a los centros de espectáculos etc.… 

¿Qué queda de la vida humana de proximidad, de abrazos cariñosos, de besos amorosos, y mas… ¿ Hay como algo que no cuadra bien con el objetivo de servir en lo mejor la Humanidad. Estamos frente a dos muertes: la, provocada por el Coronavirus  que mata a personas y la otra, provocada por las consignas de los gobiernos,  que mata toda vida social, compartida en lo real del a vida de cada uno. De una parte se mata el cuerpo  de las personas y del otro se mata el alma social de los pueblos. 

Al momento de escribir esta reflexión, los cristianos del mundo, de quien soy, se memorizan los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret. El  jueves santo, es el recuerdo de la ultima cena que tuvo con sus discípulos.  y del mensaje que les dejo.

Su mensaje no habla de religión, tampoco de cualquier ideología, sino del amor de los unos con los otros, la atención al prójimo y actuar siempre con el mismo espíritu con el cual ha actuado con ellos y con la gente. Actuar siempre con la  humildad del buen servidor y tener la certidumbre que estaré siempre con ustedes, como su Padre ha siempre estado con Él. Todo, confirmando sus acciones e intervenciones con la gente. Las mas importantes nos recuerdan las Bienaventuranzas(también llamado sermón sobre la montana). Las buenas acciones del buen Samaritano así que sus admoniciones a los grandes sacerdotes, doctores de la ley y ancianos. El mensaje que deja a sus apóstoles y discípulos es un mensaje de gran humanidad de los unos con los otros. 

Todo eso contrasta con una Humanidad dentro la cual cada persona se convierte en una amenaza para con los otros. Con el Coronavirus, cada uno puede llevar el virus y comunicarle a otros sin que se diera cuenta. Ya sabemos de las directivas que se imponen a los pueblos. Es un virus que podríamos calificar de anti-social. Al mismo tiempo hay que reconocer la gran solidaridad humana para liberar el mundo de este virus criminal. Esa solidaridad se expresa de miles de manera en las familias en los hospitales, con la ayuda a los sin recursos etc.

LA HUMANIDAD RESUCITADA EN EL JESÚS DE Nazaret

Por el conjunto de los cristianos y musulmanes, el Jesús de Nazaret seria el primero hombre a conocer la muerte y a resucitar para vivir en otro mundo. Ya había dicho que en la casa de su Padre había muchas habitaciones. Su resurrección queda un desafío que    ninguna potencia del mundo en el cual vivimos puede enfrentar.  Hay que tomar en cuenta que el camino que conduce a la resurrección es un camino con muchas trampas y al mismo momento con mucha esperanza, sabiendo que Él esta siempre con  los que andan en el buen camino.


A sus discípulos que le preguntaban que era ese camino, respondió que él era el camino, la verdad y la vida. Para los creyentes y las personas de buena fe es una esperanza. En francés hay una canción que dice “Todo el mundo quiere ir al Cielo pero nadie quiere morir.” Por supuesto, nadie se apura para dejar a sus seres queridos.

A la pregunta que encabeza el presente articulo, tenemos una respuesta en la Resurrección de Jesús. Salió vivo de su tumba y fue recibido por las mujeres que se habían recordado de lo dicho de su resurrección el tercer día de su muerte. Aquí dejo la palabra al amigo Gonzalo Haya, gran especialista de los Evangelios.

¿PODEMOS LIBERAR A LA HUMANIDAD DE LA MUERTE?


jesus resucité

No podemos liberar a la Humanidad de la muerte, como el Padre no pudo o no quiso liberar a Jesús de la muerte; ni siquiera de una muerte tan dolorosa y humillante.El Padre liberó a Jesús de la muerte eterna, pero no al final de su vida sino desde su bautismo en el Jordán. Jesús vivió una vida definitiva y plena en el amor, en la esfera del
espíritu; y esa vida va mucho más allá del cuerpo y no muere con él. Su amor sigue perdonando desde la cruz tanto al ladrón que le increpa como a los verdugos. Y su amor sigue entusiasmando a miles de millones de seres humanos, que arriesgan la muerte corporal y, más aún, consagran su vida a “pasar haciendo el bien” como Jesús. Nosotros podemos liberar a la humanidad de la muerte del amor, de la muerte de la fraternidad, provocada por el virus del egoísmo. En estos momentos estamos
desarrollando una pandemia de solidaridad (pan-demia, que afecta a todo el pueblo) que arriesga su vida en los hospitales, en el cuidado de los más débiles, en los servicios de primera necesidad a toda la población.
Este amor gratuito es una muestra de la vida definitiva y plena que Dios ha dado a toda la Humanidad para que la preserve de toda corrupción y dé frutos fraternidad.

La buena noticia es que todas las personas de buena fe, que actuan en su vida al mejor de su consciencia, que actuan en la verdad, sin engañar a nadie serán las bienvenidas en la Casa del Padre donde hay espacio para todo el mundo de buena fe. El juicio final que va presidir el Jesus resucitado se va realizar a base de lo que él nos enseño antes de irse: tenia hambre y me dieron a comer...Ver el lazo para el texto completo (Mt.25.31-46)

Oscar Fortín y Gonzalo Haya

10 de abril 2020

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