Venezuela de nuevo en la mirada del imperio




Desde la toma del poder del Estado por el pueblo venezolano, en 1998, los enemigos de la democracia se mueven por todos los medios para volver a tomar el poder que les había tan bien servido. Estos enemigos llevan un nombre y, hasta ahora, sus proyectos diabólicos de crear las condiciones de un golpe de Estado, fallaron.

En abril de 2002, en el Golpe de Estado que sólo duró algunas horas, vimos los rostros de los que estaban detrás de estas manifestaciones de violencia. Entre estas figuras, había el patronato, representado por sus más altas instancias, la Iglesia Católica, representada por su cardenal. Habia también numerosas otras personas que representaban los sectores de comunicación, comercio e industria. La mano invisible de Washington estaba sobre todos los labios y el Presidente de entonces, Georges W. Bush, fue el primero en salir para reconocer a este nuevo Gobierno, producto de los millones de dólares invertidos para descartar a Hugo Chávez y reanudar con el control del país y de su riqueza principal, el petróleo.

Hace varios meses, asistimos a un escenario similar. No se trata de acciones aisladas o de manifestaciones espontáneas, como los medios de comunicación, al servicio de los intereses del imperio y de las oligarquías, quieren hacerlo nos creer. Mas bien, se trata de un plan estructurado y organizado en función de invertir el Gobierno y de tomar el poder por la fuerza. Los dólares no faltan para corromper y, igualmente, los cómplices para hacer el sucio trabajo.

El primer acto de este plan fue la guerra comercial, privando a los Venezolanos de bienes esenciales a su subsistencia y al mantenimiento de su vida diaria. Se trata de retener en bodegas y contenedores los productos de primera necesidad en alimentación y en mantenimiento de u vida diaria. Así, en los almacenes de comestibles y en los centros comerciales están faltando numerosos productos. A esto se añade la especulación sobre los precios de lo que queda disponible. El objetivo es indisponer a la población y demostrar por los medios de comunicación el fiasco de este socialismo que crea la escasez y priva al pueblo venezolano de estos principales productos vitales.

No es sin recordar lo que justificó la instauración del bloqueo económico contra Cuba.

“En 1960, Estabilizar D. Mallory, entonces Subsecretario de Estado asistiendo a los Asuntos interamericanos Los Estados Unidos, escribió en un memorándum que la única manera de invertir a Castro era causar “el hambre y la desesperación” entre los Cubanos, con el fin de impulsarles “a invertir el Gobierno”, apoyada por “la mayoría de los Cubanos”. Declara que, en este objetivo, el Gobierno americano debe utilizar “todos los medios posibles para minar la vida económica de Cuba »19.

Lo mismo había sucedido en Chile para descreditar el socialismo de Salvador Allende.

A esas provocaciones, el gobierno del Presidente Maduro supo contestar con determinación y eficacia. Gracias a las investigaciones, descubrió varios de los sitios donde se escondía toneladas de los productos de primera necesidad. Sin perder tiempo, les puso en circulación en los grandes espacios comerciales. Del mismo modo, para contener la especulación sobre los precios, fijó un precio máximo sobre los distintos productos, limitando así los beneficios de los comerciantes a 30% del valor básico de los productos.

El miércoles, 12 de febrero, hemos asistido al segundo punto del plan. Estudiantes bien remunerados han sido movilizados para salir en las calles, para protestar, saquear edificios públicos, crear un clima de crisis permitiendo a los medios de comunicación, bajo control del imperio y de las oligarquías, de difundir a través del mundo imágenes mostrando a estudiantes revueltos contra el gobierno y fuertemente reprimidos por la fuerzas policiales. Algo como para hacer pensar en una nueva primavera latino-americana.

Sin embargo, el Gobierno y sus fuerzas policiales mantuvieron reacciones moderadas, dejando a los medios de comunicación las unicas acciones de violencia y de saqueo de los estudiantes y paramilitares infiltrados. Tuvieron que recurrir a algunas fotografías trucadas para garantizar su cobertura internacional. El Gobierno revelo con muestras estos montajes de fotografías.

Este plan, del que se habla, involucra altos dirigentes de la oposición venezolana, infiltración de paramilitares, también representantes de los grandes medios de comunicación privados de Venezuela y, como previsto, de Washington con sus millones de dólares y agencias de sabotaje, como la CIA. En cuanto a la Iglesia Católica, tan pronta a condenar habitualmente la violencia y el incumplimiento de la Ley constituciónal, se hace más bien discreta. Es preciso ver la confirmación de este proverbio: ¿quién no dice palabra consiente?



Es importante señalar aquí, las observaciones de un personaje importante de la Iglesia y de América Latina. Se trata del cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodriguez Maradiaga. Para los que no lo sabrían, se trata del cardenal que no vaciló a colaborar, en junio de 2009, con los golpistas de su pais para expulsar por la fuerza de las armas al Presidente legítimamente elegido, Manuel Zelaya. Es igualmente uno de los hombres de confianza del papa Francisco. Actúa como coordinador del grupo destinado a aconsejar al papa sobre la reforma de la Curia romana.

Este cardenal, bien conectado con Washington y el Vaticano, aliado fiel de las oligarquías hondureñas, hizo declaraciones a un periodista en Berlín que deja suspechar algo como si hubiera anguila bajo rocas.

Después haber constatado que la globalización era un gran fracaso y que la corrupción reinaba en maestra en los gobiernos, prosiguió denunciando con el mismo aliento el sistema venezolano que era también un gran fiasco donde la corrupción perduraba bajo nuevas caras.

Así, como se puede deducir, la situación exige la aparición de un nuevo sistema de gobernanza y de democracia, los sistemas existentes habiendo fracasado todos.

Ya la mesa esta preparada par llamar a una primavera latinoamericana.

¿“Para cuándo, se exclama, la llegada de una nueva primavera latinoamericana?”

Esta llamada, en este momento, a una primavera latinoamericana, al igual que la que sucedió en el Oriente Medio, suena falsa y sigue siendo sospechosa. El cardenal finge ignorar todo lo que esta pasando en América Latina. No se da cuenta que ya esta la primavera de una América latina que se esta transformando, esta vez de forma pacifica y democrática. No dice nada de lo que esta pasando en Ecuador, bajo la presidencia de Rafael Correa, tampoco en Bolivia, bajo la presidencia de Evo Morales, en Nicaragua, con Daniel Ortega, en Argentina, con Cristina Fernández, en Brasil con Dilma Rousseff, en Uruguay con José Mujica y incluso en Cuba, con Raul Castro. Se permite, sin ninguna base, descalificar a Venezuela y al socialismo del siglo XXI del cual se guarda bien de hablar explícitamente.

El cardenal habla de América latina con los ojos de Washington. No ve lo que pasa con UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CELAC. Hace como si no existiera nada de todos esos organismos de integración regional y de desarrollo. Hace menos de un mes, se realizo en Cuba la secunda cumbre de la CELAC. Los 33 presidentes de América latina y de los Caribes estaban presentes y hicieron una declaración final . El presidente de Cuba, Raúl Castro, era el anfitrión de este importante encuentro de integración regional. Curiosamente, al igual de la prensa dominante de nuestros países, el cardenal Maradiaga no hablo de esas realidades.

Muchos podrían pensar que el cardenal está en servicio mandado, preparando nuestros pueblos a ver, en las próximas acciones de sabotajes en Venezuela y otros países de la región el soplo de una primavera de cambio para América latina.

Por su silencio sobre la verdadera primavera latinoamericana, el cardenal abre la puerta a estos salvadores humanitarios que supieron hacer un trabajo tan bueno de sabotajes y masacres en Irak, en Libia y actualmente en Siria. Los mismos que inventaron el Plan Condor para limpiar America latina de todas las fuerzas que denunciaban las injusticias y que luchaban para deshacerse de los dictadores y del imperialismo.

Verdaderamente, hay algo para hacernos reflexionar.

El futuro nos dirá, mas temprano que tarde, si las políticas del Vaticano van ajustarse a la Exhortación apostólica del papa Francisco o si van a permanecer lo que son.

Mientras tanto, el pueblo de Venezuela así como la solidaridad latinoamericana siguen luchando contra esta nueva tentativa de Golpe de Estado. Mejor vale por los pueblo contar sobre ellos mismos que contar sobre estos falsos salvadores de humanidad, alimentados de codicia y de ambiciones de poder. De nuevo, este pueblo de Chávez sabrá vencer a estos rapaces. Ojala que el cardenal Oscar Andrés Rodriguez Maradiaga vaya por el lado de los pueblos y no de las oligarquías para descubrir lo que esta pasando en América latina y los Caribes.

Oscar Fortin
Quebec, el 15 de febrero de 2014

traductor: Marius Morin
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