Para una humanidad con rostro humano



La imagen que proyecta la humanidad, la con sus guerras, hambrunas, crisis económicas, no revela lo que tiene de más humano. Es más bien un campo de batalla donde se comete los más atroces crímenes y su destino está más cerca del abismo que de la plenitud de humanidad cuyo germen lleva adentro.

¿Qué uno sea creyente o no, no lleva la HUMANIDAD en su propia naturaleza una realidad y valores que reúnen a todas las personas de buena voluntad del planeta Tierra? ¿Pues sería ella condenada a un misterioso destino a no ser más que la contradicción de sí misma?

Sin embargo, desde la noche de los tiempos en que se puso en marcha hacia un destino aún no alcanzado, ella ha hecho pasos de gigantes para traspasar, etapa por etapa las resistencias de la materia, de la ignorancia, de la esclavitud, del individualismo, de los poderes de dominación y conquistas. Unos pueblos han conquistado su independencia y también el respeto de sus derechos, reconocidos en la Carta internacional de los derechos humanos.

Esta HUMANIDAD, a la cual pertenecemos todos y todas, es una semilla cuyas principales características se revelan a medida que se desarrolla en el tiempo. Las que se imponen en este momento preciso de nuestra historia se caraterisan por su dimensión universal y planetaria. Se trata de la justicia, de la verdad, de la solidaridad, de la compasión, de la dignidad, del respeto de las personas y de los pueblos. No estamos mas en los tiempos en que el pueblito se tomaba por el mundo y el individuo por la humanidad. Pasamos del “todo para mi” al “todo para la humanidad”. Pasamos, como diría el gran filósofo Gabriel Marcel, de lo mío al nosotros. Pasamos a la casa común que es el mundo entero.

El mundo que conocemos no es ya una entidad uniforme, sino una realidad multiforme y multi-polar, presentándose como un prisma a los miles colores y revelándose bajo distintas facetas. Siempre dónde estos valores toman forma y consistencia, la HUMANIDAD se revela más luminosa, más bonita, más diversificada y más autentica. Estamos en este paso. Un paso donde todo no es evidente. Nuevos paradigmas de gobernanza mundial se imponen. A nosotros de definirlos, de tomarlos con plena conciencia y utilizarlos como referencias del mundo nuevo a nacer.

LAS RESISTENCIAS AL CRECIMIENTO DE LA HUMANIDAD

Al igual de la materia bruta que fue una resistencia a los primeros pasos de la vida de esta HUMANIDAD, sucede lo mismo con los poderes dominantes de nuestras sociedades, guiados por las ambiciones de conquista y control, llevados por la codicia sin límites de sus artesanos, y hechizados por el consumo desenfrenado. Ellos son las nuevas resistencias que la humanidad debe vencer en su marcha hacia adelante. Este combate resulta tanto más difícil que estas fuerzas de resistencia han llegado, hasta cierto punto, a transformar sus mentiras en verdad y la verdad en mentiras, su codicia en generosidad y la generosidad en codicia, sus guerras en intervenciones humanitarias y las guerras de defensa de los pueblos en terrorismo. Se habla de algunas cosas mientras se calla al mismo tiempo otras para mejor engañar. Una tela, tejida con destreza y sutileza, presenta este miraje como la autentica y verdadera humanidad.

Las últimas técnicas de comunicación y los medios más potentes están, obviamente, al servicio de esta gran estafa. La mayoría de los espíritus no tienen ya tiempo de detenerse para observar lo que está pasando realmente, obsesionados, que son, por su cotidianidad. Se refieren a lo que dicen los Diarios y sus boletines de noticias televisadas que reciben como palabras de Evangelio. Los dirigentes de los países desarrollados, a los cuales varios de nosotros pertenecemos, nos venden la idea que somos los constructores de una nueva humanidad a las miles virtudes.



El famoso discurso de G.W. Bush, entonces Presidente de los Estados Unidos, definiendo lo que es buenos y lo que es malo, los buenos siendo los Estados Unidos de América y sus aliados, mientras que los malévolos son todos aquellos que no suscriben a sus proyectos de dominación y de imperio. Este discurso sobre lo bueno y lo malo marca un cambio de dirección en la historia de las relaciones de los pueblos y naciones. El imperio impone sus conceptos del bien y del mal.

Las Naciones Unidas con su carta sobre los derechos de las personas y de los Estados pasan a un segundo plano, el árbitro no siendo más la comunidad internacional, sino los principales artesanos de los poderes del Estado estadunidense. Incluso, la Iglesia Católica, a través de su papado y jerarquía, se hizo más bien complaciente con esta manera de definir el bien y el mal. Tanto el papa J.P. II que el papa Benedicto XVI no dijeron nada al respecto.

¿No recibió el papa Juan-Pablo II la medalla de la libertad de las manos de este G.W. Bush, este invasor de Irak? ¿No se prestó Benedicto XVI a una celebración grandiosa por su aniversario de nacimiento en los jardines de la Casa Blanca en compañía de más de 10 000 huéspedes, la mayoría siendo implicados en las guerras criminales contra “estos terroristas”, a saber aquellos que no se alían a su voluntad de potencia y dominación? Sobre este punto, les refiero a un artículo que da cuenta de esta gran alianza entre la Iglesia y el Imperio.

Las guerras en Libia y Siria, los golpes de Estado en Honduras y Paraguay así como las múltiples tentativas de inversión de Gobiernos en Bolivia, Venezuela y Ecuador, tienen todos un objetivo común, el de parar la emergencia de otro mundo y de reconquistar las riquezas y poderes de los Estados.

Cuando los “ indignados ” salieron a la calle en Europa y en los Estados Unidos, quisieron decir, “basta.” Es escandaloso que el 1% de la humanidad disponga a voluntad más que los 99%. Eso ha suficientemente durado.

LAS FUERZAS ASCENDENTES DE LA HUMANIDAD

Detrás de esta imagen oficial que nos dan los principales medios de comunicación del imperio y de sus aliados políticos y religiosos, hay una humanidad que avanza, fragilizando cada vez más este montaje de información y destapando, siempre con más agudeza, la hipocresía y la mentira que constituyen sus fundamentos.

Julian Assange, fundador de WikiLeaks, que rompió el hielo del secreto revelando millares de documentos que cuestionaban al Gobierno de los Estados Unidos, Bradley Manning, este joven soldado de 26 años que denunció los crímenes cometidos por el ejército y los servicios secretos de su país, Edward Snowden, otro joven de 29 años acaba de revelar todas las partes escondidas del espionaje criminal de los Estados Unidos en el mundo, son los tres verdaderos héroes en esta lucha contra el secreto que cubre crímenes y criminales. Sus intervenciones levantan el velo detrás del cual se ocultan los verdaderos rostros de aquellos y aquellas que se hacen pasar por grandes servidores de la humanidad, mientras que no son más que sepultureros.

Más allá de estos recientes acontecimientos, hubo y habrá siempre cada vez más líderes y pueblos que van a tomar conciencia de esta gran manipulación y que la enfrentaran con valor, dignidad y determinación indefectible al servicio de la verdad, justicia y solidaridad.

La segunda mitad del siglo pasado nos proporciona numerosos ejemplos de estas tomadas de conciencia del gran fraude. Tanto en África como América Latina estos tajaros de los poderes dominantes y de sus marrullerías, han testificado, en gran número, de sus convicciones hasta sacrificar su propia vida. Que se piensa en los centenares de millares de víctimas de los golpes de Estado militar, que sea en Guatemala, Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay, Argentina, sin olvidar todas estas víctimas del Plan Cóndor.

En julio pasado, el pueblo cubano celebraba el 60e aniversario del ataque del cuartel militar “Moncada”. Un grupo de jóvenes, aún en la veintena, escandalizados por la dictadura de Batista, por las injusticias sociales, por la dominación de las multinacionales, por el mantenimiento de un régimen de esclavitud, por la corrupción generizada, atacaron, un 26 de julio de 1953, el cuartel militar de Moncada, símbolo de este poder. Ciertos dejaron su vida, otros resultaron heridos o hechos prisioneros. Fidel Castro llegará a huirse a la montaña, pero rápidamente fue denunciado y hecho preso. El propio joven Fidel de 26 años y abogado de formación, asumirá su propia defensa. Esta defensa se convirtió en una referencia fundamental para todo lo que va a suceder en América Latina y en numerosos países del Tercer mundo, “ La Historia va a absolverme”. Terminó su alegato oral con estas palabras :

“Termino mi defensa, no lo haré como hacen siempre todos los letrados, pidiendo la libertad del defendido; no puedo pedirla cuando mis compañeros están sufriendo ya en la Isla de los Pinos, ignominiosa prisión. Enviadme junto a ellos para compartir su suerte, es inconcebible que los hombres honrados estén muertos o presos en una república donde el presidente es un criminal y un ladrón. Condenadme, no importa, la historia me absolverá.”/strong>

El 1 de enero de 1959, Batista es derrocado y los jóvenes revolucionarios,r la gran mayoría del pueblo, hicieron una entrada triunfal en La Habana. Desde más de 53 años, este pequeño país de las Antillas está sometido a uno de los peores bloqueos económicos de su potente vecino del Norte. A pesar de todas estas dificultades, la Cuba revolucionaria sobrevivió, convirtiéndose en la referencia continental con sus médicos y sus servicios de salud, ofreciendo gratuitamente la educación a todos sus ciudadanos y ciudadanas y desplegando una solidaridad internacional que hizo decir al ex Presidente de la Asamblea general de las Naciones Unidas, Miguel Descoto, que Fidel Castro era el hombre más solidario de nuestro tiempo.

Las fuerzas dominantes no lo entendían así, pero Fidel, blanco de más de 635 tentativas de asesinato, está siempre allí para escuchar y aconsejar a los numerosos Presidentes y a dignatarios de América Latina y Caribe, así como a los venidos de todas las partes del mundo. La segunda cumbre del CELAC, realizada en Cuba en Enero pasado, fue una ilustración inequívoca de su influencia. Numerosos Presidentes y Presidentas desearon visitar a Fidel e intercambiar con él. Fue, entre otras cosas, el caso de Dilma Rousseff de Brasil, de Cristina Fernández de Argentina, de José Mujica de Uruguay, de Rafael Correa de Ecuador, de Evo Moral de Bolivia, de Nicolás Maduro de Venezuela y de Daniel Ortega de Nicaragua.

Desde entonces, el germen de un nuevo pensamiento para otro mundo, otra humanidad, tomó raíz y se desarrolló. Los países emergentes de América Latina así como las distintas organizaciones de integración regional hacen cada vez más esta demostración. Confunden al imperio y a sus oligarquías, realizando, por vías enteramente democráticas, los cambios profundos que vuelven a dar a sus pueblos el verdadero poder de su destino.

He aquí lo que tenía que decir, en este 60e aniversario del ataque del cuartel de Moncada, Pepe Mujica, Presidente de Uruguay, antiguo revolucionario Tupamaros, con 15 años de prisión en condiciones donde el respeto de la persona no tenía lugar.

“Los cambios sociales no están a la esquina de la calle. Los cambios sociales no disponen de laboratorios donde se puede experimentar en frío. Los cambios sociales son el resultado de la experimentación directa de la lucha con los pueblos.

“La revolución cubana fue una revolución de auto-aprecio para los Latinoamericanos. Los cambios materiales son más fáciles que los cambios culturales que son el cemento en definitiva de la historia.


En cuanto a Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, antiguo conductor de autobús y Metro tuvo estas palabras a la intención del pueblo cubano:

“Gracias al pueblo cubano si América Latina es hoy lo que es. Cuba es responsable de la creación de instituciones como el ALBA (Alianza bolivariana para los pueblos de nuestra América), la CELAC (Comunidad de Estados latinoamericanos y Carabéanos), de que tenemos la esperanza de lo que somos hoy. Ha sido necesario esperar 60 años de lucha. Gracias a Cuba, gracias a Fidel, gracias a Bolívar.

Nuestros medios de comunicación y nuestros gobernadores han diabolizado tanto a Cuba y a sus dirigentes que tenemos dificultad en comprender que dirigentes de país democráticos, intelectuales de reputación internacional, precios Nobel de la paz, puedan tener tal respeto y admiración hacia estos últimos.

En efecto, la Humanidad del futuro, en la cual todos los humanos podrán reconocerse, debe pasar por esta vía de la solidaridad, la democracia participativa, el respeto de las diferencias a través de la integración que suelda a las personas y a los pueblos los unos a los otros. La justicia debe convertirse en una referencia constante y la verdad debe imponerse por su transparencia.

La Humanidad no necesita ya estos amos que se imponen a los pueblos para avasallarlos, sino a estos amos que se unen a los pueblos para servirlos.


CONCLUSIÓN

Un viento de optimismo se filtra un paso a través de la morosidad de los tiempos que atravesamos. Los países emergentes de América Latina avanzan con sus pueblos, cimientos de su capacidad para vencer estas fuerzas ocultas que los han tenido durante numerosos años manipulados y avasallados. El primer gesto de estos nuevos Gobiernos es dotar a su pueblo de una nueva constitución que sea a su imagen. Las antiguas constituciones, elaboradas por las oligarquías, respondían prioritariamente a los intereses de estas últimas. Fue, entre otras cosas, el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En los tres casos, las nuevas constituciones han sido reconocidas y aceptadas a través de un referéndum popular.



El papa Francisco con Rafael Correa, Presidente de Ecuador

Con la llegada del papa Francisco, una nueva era se anuncia para la Iglesia, aliada tradicional de las fuerzas del Imperio. Muchos ingredientes indican que esta alianza llega a su término.

De hecho, la opción por los pobres y con los pobres que predica el Papa no podrá fraternizar más tiempo con las fuerzas que están a la fuente de una gran parte de esta pobreza. La llamada a la caridad cuya Iglesia se hace la promotora para solucionar los problemas de la pobreza no podrá resistir mucho tiempo a la necesidad de combatir el sistema que es el germen y su principal causa. La caridad que recurre a la generosidad y a la bondad debe combinarse con la justicia que reclama los derechos de las personas y de los pueblos. Los días y los meses que vienen serán determinantes para ver más claramente la dirección hacia la cual se dirige el papa Francisco.

Para América Latina, un cambio de cabo de la Iglesia institucional tendría un impacto determinante sobre las fuerzas oligárquicas e imperiales del Continente.ng> A veces, me ocurre pensar que habría visto nacer el Nuevo Mundo, el nuevo Hombre, la nueva Humanidad en sus últimos pasos hacia su plena realización. El libro del Apocalipsis tiene su propia manera de describirnos esta llegada.

“Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó". Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Yo hago nuevas todas las cosas". Y agregó: "Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. (Ap. 21, 1-5)


Oscar Fortin
Traductor : Marius Morin

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