?Que pasara en el juicio final con los pecados establecidos por la Iglesia ?



El evangelista Mateo nos presenta la versión que les enseno Jesús de lo que iba a pasar en el juicio final. Conocemos todos y todas el escenario de este juicio. Lo que llama la atención en este juicio es la ausencia completa de referencia a todos esos pecados mortales establecidos por la Iglesia a lo largo de los siglos

¿ A que juicio estaremos sometidos? ¿Al aquel de que nos habla Jesús en el Evangelio de Mateo o a este de la Iglesia ? ¿Jesús no dijo a Pedro que lo que iba a ligar sobre la tierra será ligado en el cielo?

Para tratar de entender mejor lo que podría pasar en el Juicio final, me permití una simulación de aquel juicio a base de las dos referencias, la del Evangelio y la de la Iglesia.

Ese Juicio empieza al igual como lo vemos en el Evangelio de Mateo. Jesús pone los buenos de un lado y los malos del otro lado.

A los buenos les abre las puertas del cielo por haber cumplido con todos los mandamientos de la Iglesia y los de su doctrina
por haber cumplido con todos los mandamientos de la Iglesia y los de su doctrina.


Ustedes aceptaron la fe de la Iglesia católica, la única en detener el poder de abrirles las puertas del cielo.

Siguieron las directivas de sus Pastores sobre la práctica fiel de los sacramentos, especialmente los del bautismo, de la confesión, del matrimonio y de la Eucaristía dominical.

Hicieron sus Pascuas anualmente, confesándose y comulgando.

Participaron generosamente en el pago anual del diezmo exigido por su Iglesia.

Se abstuvieron del uso de contraceptivos en sus relaciones amorosas con su cónyuge y también de otras relaciones extramatrimonial.

Siempre han llevado un gran respeto hacia los sucesores de los apóstoles, obedeciéndoles en la fe y absteniéndose de criticarlos y menospreciarlos ante el mundo.

Lucharon, en unión con sus Pastores, contra el matrimonio homosexual y el aborto, contra las ideologías marxistas y los teólogos de la liberación.

Me honraron como Rey y Señor del mundo y adoraron a Dios con una gran devoción.


Todos se quedaron muy contentos por haber cumplidos a la letra las obligaciones impuestos por su Iglesia.

A los otros, los malos, les dijo:

Pues, Ustedes no reconocieron a la Iglesia Católica como la única iglesia apta a abrirles las puertas del cielo.

No siguieron las directivas de sus Pastores sobre la práctica de los sacramentos del bautismo, de la confesión, del matrimonio y de la eucaristía dominical.

No pagaron su diezmo a la Iglesia como se les pedía.

Utilizaron los contraceptivos, favorecieron el matrimonio entre personas de un mismo sexo, toleraron el aborto y conocieron las aventuras fuera del matrimonio.

No respetaron a sus Pastores, haciéndoles la lección como si no fuesen para ustedes mis únicos representantes.;Han sido excomulgados por las autoridades eclesiales por no cumplir ciertos compromisos esenciales para la vida de la Iglesia.

Abandonaron a Dios y no me glorificaron como el Rey del universo ;

Se preocuparon más del mundo y de sus problemas, como si no estaba allí para solucionarlos;

Se juntaron a ideologías que no me reconocían como Dios y que denunciaban a mi Iglesia como poder aliado a las potentes del mundo.

Entonces les dirá: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles.

Estos últimos tomaron la palabra, recordando a Jesús lo que había dicho al respeto del juicio final cuando andaba con sus discípulos a poco tiempo antes de irse a la casa de su Padre.

Señor, tú mismo, nos has enseñado a amar a nuestro próximo, a perdonar a los pecadores, a dar pan a los hambrientos, a acoger a los extranjeros y a los perseguidos;


Tu mismo nos has dicho que el Sabbat estaba al servicio del hombre y no al revés y que la ley no era para dominar, sino para servir;

¿No nos has dicho que no bastaba con decir Padre, para acceder al Reino de Dios, sino de hacer su voluntad y que esta voluntad era amarnos los unos a los otros en la verdad, en la justicia, en la compasión y en la misericordia?

¿No nos has dado el ejemplo al condenar a los fariseos, aquellos sumos sacerdotes y s doctores de la ley acusándolos de hipócritas y sepulcros blanqueados?

Nos dijiste que lo que hacíamos al los más pequeños de los tuyos, era a ti que lo hacíamos.

¿Cómo puedes ahora mandarnos a la gehena eterna si de hecho nos aplicamos, sin ser siempre conscientes, a poner en práctica lo fundamental de tus enseñanzas?

¿No has declarado, tu mismo, que lo fundamental era la justicia, la misericordia y la fidelidad? (Mt.23, 23)

Reacción de Jesús

Extrañado por esta contraparte y sin querer derogar a su promesa hecha a Pedro de reconocer su poder de atar y desatar en el cielo como en la tierra, Jesús pidió a Pedro lo que pensaba de eso.

Pedro tomó entonces la palabra y dijo a Jesús:

Mi Señor, tu solo sabes leer en el fondo de los corazones y reconocer a aquellos que te han sido fieles. Lo hiciste conmigo mientras te había renegado tres veces y había buscado arrastrarte del camino que era él de tu Padre.

Al escuchar la defensa de esas personas, reconozco tu enseñanza y tu testimonio de vida. La gran mayoría de ellas te han seguido, conscientemente o no, hasta los más oscuros atrincheramientos de la miseria humana,solidarizándose con los excluidos de la humanidad y llevando luz, consuelo, justicia, verdad, amor, compasión, misericordia y solidaridad.

Así pues, según los poderes que me has dado sobre la tierra, yo, Pedro, tomo sobre mí el desligar estos últimos de todas estas leyes acumuladas por una iglesia cortada de sus raíces evangélicas. Hago lo mismo con todos los demás que te han seguido con buena fe, sobre el camino de la esperanza humana. Tomo sobre mí esta traición de tu Iglesia como lo hice con mi triple traición hacia tu persona. Tu misericordia para conmigo te la pido para todos los otros que se revelan de buena voluntad.

Entonces Jesús declaró:

Vengan a mí, todas y todos los bendecidos de mi Padre. No he venido para condenar sino para salvar, para abrir a todos las puertas del Reino de mi Padre. Sin embargo, en este Reino no hay lugar para los mentirosos, los hipócritas, los manipuladores, los codiciosos, para los que piensan dominarlo todo, ¡que estos últimos vayan a la gehena eternal.

Aquí se termina la simulación de estos dos juicios, el primero basado en la doctrina de la Iglesia y el secundo sobre el Evangelio. ¡Ojala que esta simulación nos ayude a discernir lo esencial de lo secundario.

Oscar Fortin
El 8 de octubre 2014
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