Yo me junté a Jesús de Nazaret para con él dar una vuelta en la proclamada Iglesia católica que lo representa en este mundo. Pedro quiso juntarse a nosotros al igual que Pablo pero Jesús les dijo que sus presencias no eran necesarias. Aprovechando su cercanía me permití conversar un poco con él, cuestión de familiarizarme a su presencia y a su sentir como persona. Con mucha sencillez y sin pretensión se hizo muy cerca de mi, quitándome  lo artificial de mi comportamiento de manera que me sentí en plena confianza como lo son dos buenos amigos.  Algo que me recordó sus distintos encuentros  con las personas humildes como los del camino de Emaús, la Samaritana, la Magdalena, así que a todos y todas las personas que encontraba en su camino.  

Un poco como un discípulo de Emaús, él me hablo de su sermón sobre la montana en que daba lo esencial  al mundo en cuanto al camino conduciendo a las bienaventuranzas. Aproveché para preguntarle lo que pensaba de la suerte de esa enseñanza en el mundo de hoy. Me dijo, con gran sencillez,  que muchos hombres y mujeres se dedicaron a lo largo de los siglos a dar vida a ese camino del Sermón sobre la montana. Se trata de una semilla que sigue produciendo frutos. No hay que olvidar, Oscar, (primera vez que me llamaba por mi nombre) que las fuerzas del mal, bajo el control de Satán o mejor dicho del Padre de las mentiras siguen actuando como en mi tiempo en Jerusalén y Galilea. Uno de los desafíos que tuve que afrontar ha sido ese encuentro con el Padre de la mentira, Satán, el diablo. Tiene efectivamente poderes sobre la tierra. Se trata de un ser muy inteligente pero muy ambicioso. Quiere dominar el mundo y para conseguirlo sabe juntarse a personas en las cuales desarrolla las grandes ambiciones que se prestan en este mundo, tales las ambiciones del  tener, del poder, del parecer. Son los tres desafíos que tuve que enfrentar en mi encuentro con: la tentación del tener a través mi capacidad de transformar un piedra en pan, la tentación del poder a dominar todas las naciones con tal me ponga a sus ordenes, la tercera era tirarme abajo del templo para impresionar y ser admirado por el mundo. A las tres tentaciones dije NO a pesar del hecho de que anticipaba todo lo que tuviera que vivir en el cumplimiento de la voluntad de mi Padre en el Cielo. El diablo tiene sus servidores en el mundo y son numerosos.

En el hilo de la conversación, le pregunté ¿qué lo había decidido hablar con palabras duras a los doctores de la ley y a los grandes sacerdotes que actuaban en nombre del Templo de Jerusalén? Me miro con una sonrisa como si supiera de la otra pregunta que iba a seguir.  De verdad lo escandaloso de esos personajes era que utilizaban el nombre de Yahvé, mi Padre, sin tomar en cuenta lo que esperaba  de ellos.  Al contrario se comportaban como si hubieran dicho si a los poderes de las tres tentaciones. El tener, el poder y el  parecer eran lo que mas les importaba. Se habían vueltos al servicio del Padre de la mentira y de la manipulación. Mi misión, me dijo, era, entre otras, denunciar ese teatro de personajes, usando el nombre de YAHVÉ para hacerse respetar del pueblo para mejor manipularlo. Yo sabia que mi hora se acercaba y era necesario que denuncié esos comportamientos que tienen nada que ver con la voluntad de mi Padre. Unos días después me he encontrado ante los comerciantes del templo de Jerusalén donde me puse por primera vez en cólera ante tanta infamia. En ellos yo veía otra vez el trabajo del Padre de la mentira. Yo hice entender que la casa de mi Padre es una casa de oración y mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.

?Que le parece si fuéramos al Vaticano, el templo por excelencia de sus discípulos? Lo veía venir con ese proyecto, me dijo. Yo entiendo que, desde todos los siglos pasados, el padre de la mentira, promotor por excelencia del tener, del poder y del parecer ha logrado transformar los pastores del Evangelio en pastores mas pegados al tener, al poder y al parecer. No hay mucho cambio con el tiempo en Jerusalén. Piensan poder dar testimonio de los Evangelios mantenimiento el mismo comportamientos de los servidores del Diablo. Oscar, a ti te gusta leer los Evangelios y reflexionar sobre mi vida y mi enseñanza. Te recuerdas todas las veces que dije à mis discípulos Él que quiere seguirme tiene que dejar todo.  Todos y todas tienen que decir NO a las tres tentaciones que pueden cambiar toda una vida. Tampoco uno no puede servir dos maestros a la vez. Yo sé lo difícil de todo eso, lo he vivido hasta las ultimas consecuencias. A pesar de todo, te diré una cosa, yo reconozco en muchos de ellos y de ellas personas de buena voluntad, pendiente de una organización que les hace difícil cambiarse. Los que hay que denunciar son los manipuladores que se aprovechan de sus estatutos y privilegios para seguir teniendo siempre mas  con mas poder y mas fama. De ellos hay que hablarlos como lo hice con los doctores de la ley y los grandes sacerdotes. 

Yo estaba concentrado en sus palabras cuando mi di cuenta que ya se había ido de la misma manera como me había aparecido. No tuve tiempo de preguntarle sobre el corona virus.

Cuando me desperté volví a mi cotidiano, pensando en la sencillez y el amor que me llegaban al profundo de mi ser con paz y alegría. 

Un compartir místico que tiene algo de realidad.

Es algo que puede pasar cuando estamos en cuarentena, como es mi caso.

Oscar fortin

21 mars 2020