El portavoz de los obispos de Nicaragua revela porqué se abstuvieron de participar como “testigos y acompañantes” de las negociaciones Gobierno-oposición Monseñor Mata: “El pueblo de Nicaragua quiere cambios radicales”

El obispo Mata
El obispo Mata

Critica la tibieza de la opositora Alianza Cívica y manifiesta que el régimen de Ortega persigue una amnistía

(Israel González Espinoza, corresponsal RD en Nicaragua).-El obispo de Estelí y secretario general de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), Monseñor Juan Abelardo Mata Guevara, emitió una serie de fuertes críticas contra el proceso de negociación que viene desarrollando el régimen orteguista con la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) para encontrar una salida pacífica y democrática a la grave crisis de gobernabilidad que vive la nación centroamericana desde abril de 2018.

“Al gobierno (de Daniel Ortega) yo no le veo voluntad sincera de encontrarse por un futuro mejor si no, simplemente, aquí mando yo y aquí nadie me saca, y por mis pistolas yo me mantengo aquí. Digo “por mis pistolas”, porque la fuerza, justamente, de este régimen, no le digo gobierno porque nos desgobierna, está en las armas no en la racionalidad, no en la constitucionalidad de este pueblo, reflejado en la carta magna, no en las leyes internas que gobiernan a este pueblo, sino que en un proyecto muy particular, muy personal, de un grupo que quiere mantenerse a toda costa en el poder no importándole la sangre que se derrama”, manifestó el jerarca católico, en una entrevista con el periódico Trinchera de la Noticia de Managua.

Para el líder religioso católico, el proceso negociador entre el régimen orteguista y la oposición, que es dirigido bajo la mediación del Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA) es “una payasada, un circo”  debido a que “como pastores nos duele que se abuse de la autoridad y se trate de medrar hacia proyecciones personales el dolor de ese pueblo”.

Mata, quién es un duro crítico del gobierno de Daniel Ortega desde que iniciaron los primeros desmanes autoritarios del ex guerrillero y ex líder de izquierda; argumentó que la historia de Nicaragua es cíclica porque cada 30 o 40 años se repiten los episodios de violencia política debido a las ambiciones desmedidas de poder de los gobernantes.

“Vemos cómo cíclicamente cada 30 o 40 años estamos repitiendo la historia de destrucción y de muerte, del pueblo, asesinatos, huidas de cerebros y faltas a la humanidad. Por eso yo he dicho hartas veces que la verdadera revolución se está fraguando en estos días cuando un pueblo ha tomado conciencia de su futuro y quiere labrar ese futuro y trabajar por él”, deploró monseñor Mata.

Fuertes críticas a oposición

Monseñor Juan Abelardo Mata criticó con mucha dureza la postura de la Alianza Cívica, y les exhortó a no negociar nunca con los derechos ciudadanos de la población ni tampoco abrir la puerta a una amnistía que cierre la posibilidad de juzgar a los responsables del aparato estatal orteguista que cometieron –según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)-, crímenes de lesa humanidad al disparar contra población civil desarmada para disolver manifestaciones anti-gubernamentales.

“No podemos poner en negocio a la persona humana. A la Alianza Cívica le pedimos el respeto profundo al pueblo, que el pueblo quiere cambios radicales, quiere en verdad que lo que se dice en la constitución de la República se viva. Naturalmente eso está garantizado por la distribución de poderes en la República, no se puede centrar todo en un solo poder todos los demás poderes, como en la práctica aquí se ha venido haciendo”, interpeló el jerarca católico.

Para el obispo, la oposición debe tener un papel de “mayor hidalguía” al momento de exigir al equipo negociador del régimen orteguista que cumpla con los acuerdos e inicie una efectiva democratización del país, al mismo tiempo que demandó condiciones míminas para seguir negociando; como lo es la liberación de todos los manifestantes encarcelados, la supresión de las fuerzas paramilitares que actúan con impunidad al servicio del partido de gobierno y el retorno de las instituciones internacionales de derechos humanos.

“Respeten al pueblo, la persona humana no es objeto de negociación. Da la impresión de que es un verdadero negocio lo que se está fraguando allí: tú me das a mí la liberación de los presos políticos y yo te doy tal cosa. En definitiva, creo que andan buscando la amnistía, uno lo percibe, lo ve. No, no podemos nosotros pretender ocultar la verdad de las cosas y negociar a la persona humana. Creo que este es el camino para ir garantizando que un diálogo llegue a buen lugar y son condiciones sine qua non que si no se dan no se puede desarrollar un diálogo”, remarcó el obispo de Estelí.

¿Intereses nacionales o personales?

El secretario del Episcopado nicaragüense criticó duramente el peso del gremio empresarial dentro de la Alianza opositora; y manifestó su rechazo a un pacto político que permita la vuelta al modelo de diálogo y consenso que mantuvo un maridaje de facto entre el régimen orteguista y el gran capital durante más de una década; que le permitió a Daniel Ortega ir demoliendo los cimientos democráticos del país mientras garantizaba una economía de libre mercado voraz y deshumanizante.

“No lo digo por la gente de la Alianza Cívica, que está en el diálogo, que haya falsedad,  hipocresía, doblez, ciertamente hay dudas, porqué tanta fuerza en esa mesa es de la clase empresarial y dónde está la fuerza de los estudiantes y campesinos, que son los que han generado estos cambios en la república. ¿Será que se buscan intereses personales, como defender su capital nada más?”, -cuestionó Mata, a lo que añadió-, “No podemos permitir eso”.

El obispo alabó el ejemplo de los jóvenes y manifestantes detenidos y encarcelados arbitrariamente por el régimen orteguista por manifestar abiertamente su disenso con el gobierno; quiénes aún encerrados dentro de la mayor ergástula del país (centro penitenciario Jorge Navarro) sigue protestando y cantando el himno de Nicaragua como forma de protesta.

“Contra viento y marea, los muchachos que están allí (en la penitenciaría) se tiran a los techos de las galeras a cantar el himno nacional y a ondear la bandera. ¿Cómo es que lo logran y cómo es que consiguen esas banderas? La astucia humana es enorme, pero, sobre todo, lo más bello son sus voces, nadie los puede callar. Podrán tener preso al cuerpo, pero la mente y el corazón jamás. Por eso, cuando pueden, comienzan a cantar el himno nacional, como diciendo Nicaragua es una y no pertenece a un grupo que está explotando al pueblo”, puntualizó monseñor Mata.

Molestia episcopal por rechazo a Monseñor Álvarez

Monseñor Mata reveló que una de las cosas que fue factor decisivo para que los Obispos de Nicaragua declinaran a participar como “testigos y acompañantes nacionales” del proceso de negociaciones entre el régimen y la oposición fue el veto que realizó el Ejecutivo de Daniel Ortega contra la figura de Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y fuerte crítico del gobierno nicaragüense.

“Para ponerles un hecho muy concreto y que nos ha molestado mucho como Conferencia Episcopal fue el negociar a Monseñor Rolando Álvarez. Ok, te voy a permitir que esté Monseñor Álvarez como testigo cualificado o acompañante, como ellos lo llaman, pero si tú me dejas tal otra cosa y me permites traer a pastores protestantes afines al gobierno que estén allí”, fustigó el portavoz de la jerarquía católica nicaragüense.

La presencia de Monseñor Álvarez fue constantemente vetada por el régimen, quién prefería a obispos más moderados presentes en la mesa negociadora. En este caso, el gobierno pretendió dividir al Episcopado para imponer al cardenal-arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes como único veedor del proceso.

También el régimen aupó la presencia de los líderes de las sectas evangélicas del país; sumamente divididas entre sí, a las cuáles las forzaron a unirse en una “mesa de unidad de pastores” para poder participar de las negociaciones.

Cabe señalar que los predicadores evangélicos delegados para participar en las negociaciones (Jorge Ulises Rivera, Roberto Rojas Moya y Adolfo Sequeira); nunca se pronunciaron en contra de la represión gubernamental y en el caso de Rojas Moya; su organización religiosa se vio implicada en el caso de la quema de una mujer durante un rito de exorcismo en la zona rural norte de Nicaragua.

“Por esta misma razón le dijimos: La Conferencia Episcopal no vamos porque no somos objeto de negocio ni como Conferencia y mucho menos un miembro de la Conferencia”, subrayó Monseñor Mata.

“Dinosaurios políticos” a la espera de “su momento”

El obispo de Estelí remarcó que ve aún lejana una resolución a la crisis socio-política nicaragüense debido a que todavía no hay unidad en la oposición y que no hay renovación de personas en partidos políticos.

“Lejos en el sentido de que no veo en los canales cívicos, reconocidos por la Constitución, una unidad, y tampoco veo caras nuevas, estoy seguro de que también están siendo gestados entre esta juventud que milita en los partidos políticos. Los mismos dinosaurios que están detrás, esperando su momento político para intervenir”, subrayó Mata.

Para el líder religioso, lo importante es forjar una unidad opositora que logre ganar las elecciones en el caso de un hipotético adelanto de los comicios generales. “Si llamaran a elecciones ahorita sería una confusión terrible porque no veo unidad. Si en tiempos de Doña Violeta (Chamorro) se logró a pesar de la fragmentación se triunfó por la UNO, y no por la fuerza que presentaban los micro partiditos”, dijo.

Mata también expresó que hay división en las filas del régimen orteguista; puesto que unos apoyan a Daniel Ortega y otros juran fidelidad a su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo. Según el líder católico, lo que más ha golpeado la moral de las filas del partido en el poder de Nicaragua ha sido las concesiones a la oposición que está dando la delegación gubernamental en la mesa de negociaciones; esto debido a la amenaza de fuertes sanciones económicas por parte del EE.UU y la Unión Europea.

“Sabemos positivamente que hay división en las bases sandinistas, algunos están a favor de la vicepresidenta, otros a favor del presidente y hay molestia en ciertos ambientes del sandinismo porque están cediendo en la mesa del diálogo con la liberación de los presos políticos, mientras no les permiten manifestarse, expresarse, y esto más bien va creando división interna. No me alegro por las divisiones sino porque la conciencia comienza a golpear a mucha de esta gente y ojalá se busque el bien de la república”, finalizó monseñor Mata.

Volver arriba