DEMOCRACIA SANTA

Más que a los “Santos Padres” y a los teólogos más abanderados de la Iglesia, en su último viaje a Grecia, el papa Francisco citó a los pensadores de pueblo tan culto en relación con la democracia, de la que se dice con autoridad y eficiencia que meciera su cuna. En su charla- rueda de prensa mantenida entre el cielo y la tierra en el avión que le transportaba a Roma, Francisco se preocupó de que los profesionales de la información se cuidaran mucho de “custodiar la democracia”. El papa, y cualquiera de sus seguidores, están convencidos de que precisamente lo que converse con los informadores en esos momentos, tiene tanta o mayor importancia y difusión que lo pronunciado en sus discursos oficiales viajeros.

¿Qué es eso de la democracia, además de “una forma de gobierno, en la que el poder reside en el pueblo”? ¿Es tan solo una definición administrativa y social, o un estilo y forma de ser, estar y vivir? ¿Se nace ya siendo demócrata y con capacidad innata de practicar la democracia, o esta es una ciencia, una sabiduría y un comportamiento que demanda formación-información y ejemplos de vida? ¿Se trata de una asignatura más que hay que aprobar en el examen de las “Tres Marías”, y en el de la educación general, familiar, cívica y social?

Con idéntica, o mayor necesidad de planteamiento y “aprobado” –“cum laude “o sin él,- es cuando la referencia principal en el examen citado, es precisamente la de que “el poder reside en el pueblo”, con carácter semi- dogmático.

La razón es simple, clara y transparente. Para su contestación sobran argumentos. Y es que la Iglesia no es demócrata. La Iglesia es y actúa anti- democráticamente. Y además, por definición, sin rehuir, por supuesto, la aseveración de que “la Teodicea es atea de por sí”. Esto no obstante -otro “milagro” del papa Francisco-, este seguirá proclamando -evangelizando, la imprescindible necesidad de “custodiar la democracia” que habrá de caracterizar la doctrina y la praxis también eclesiásticas. La Iglesia no es el papa Francisco, pero este sí que es Iglesia. “Por mucho que valga el hombre -también la mujer-, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre o mujer”, tal y como un laico, pero poeta, cantaba en su “Juan de Mairena”.

La Iglesia, como institución, rezuma por todos los poros de sus cargos, organismos, nombramientos de personas -obispos y asimilados-, porciones inconmensurables de dedocracia, de “por ser Vos quien sois”, y de “porque sí “, todo esto sellado y archivado “en el nombre de Dios”.

El futuro de la Iglesia-dedocracia, y además “teológicamente” para algunos, no está asegurado. Está en el aire, y más que cuestionado. Es ya hasta posible aventurar el tiempo y los obispos que faltan por recorrer tan breve puñado de años.

Precisamente cuando el papa Francisco incitaba a los “informadores religiosos” a “custodiar la democracia”, las diócesis españolas de Coria-Cáceres y de Orihuela-Alicante, se hacían noticias a consecuencia del nombramiento de sus respectivos obispos, sin intervención alguna de clérigos, laicos y laicas, lo que llevará necesariamente consigo que nuevamente seguirán siendo noticias…

¿Pero cómo a estas alturas del remedo de “sinodalidad” que se pretende instaurar en la Iglesia, pueden enterarse “por la prensa” del nombramiento de “pastores”, los y las pastoreables? ¿Es que ser, estar y ejercer de bautizados, es menos importante que ser, estar y ejercer de “ordenados in sacris”, aún con títulos cardenalicios? ¿Quiénes precisan ser catequizados, los catequistas, o los sufragáneos?

Y siguiendo con preguntas “indiscretas”, pero demócratas de por vida, sugiero las siguientes: ¿por qué una gran parte de los obispos españoles proceden mayoritariamente de “viveros episcopales” conocidos, como los de Toledo, Ávila, Valencia, La Rioja, y todavía -¡todavía¡-, con influencias ”rouconianas”?¿Acaso el índice de curas pederastas ha sido-y es- menor en las diócesis regidas por los obispos procedentes de estos viveros, que por los que se formaron en otros seminarios? ¿Cuándo lo de “Mater et Magistra” aplicado a la Iglesia con tantos fervor y devoción, dejará de extralimitarse, sabiéndose lo que se sabe?

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