Florecillas del Nuevo Francisco

. Preparó su maleta, pagó su factura en la Casa Sacerdotal de Roma y se volvió al Vaticano… Así, como Dios manada y ya está. Sin privilegios y sin condonaciones y excepciones clericales al uso.

. “Sed misericordiosos…” Es consejo-mandato que les dio, les da y les dará a quienes se lo pidan, o no se lo pidan. Sed castos, fervientes y fervorosos, rezad el rosario, reuníos una y otra vez, y lo más mutitudinariamente posible, y organizar procesiones de santos y santas, no dejéis de hacerlo con mesura y ponderación, pero sobre todo y por encima de todo, sed misericordiosos…

. “Si no me caso con vos, me hago cura”. Se llamaba, se llama, Amalia, vivía en el barrio porteño de las Flores y tenía doce años. Él se llamaba Jorge Mario y, claro, estudió para cura. Ahora se llama Francisco. Amalia le mandó el dibujo con una casita, rojo el techo y blancas las paredes, con la leyenda de “así será nuestra casita, cuando nos casemos”. El amor de la adolescencia es, por definición, veraz e imperecedero. El otro, no siempre lo es.

. “Si la Iglesia no proclama la palabra de Cristo Jesús (con hechos y no solo con palabras), no es Iglesia, y no pasará de ser una ONG más”. Y es que hay ONG que son santas, tanto o más que la Iglesia Y hay también Iglesias que ni siquiera son ONG. Hay que ser mucho más exigentes.

. “Si como Papas, cardenales y obispos no damos los testimonios propios de los discípulos de Cristo, nos convertiremos en otros tantos demonios”. Y es que el demonio, también por demonio, puede y sabe vestirse de capisayos rojos, con mitras, báculo, incienso y cantos que se dicen gregorianos.

. Cuando al Papa Francisco le lleguen a convencer de que el “metro”, el autobús, el ferrocarril y otros medios de transporte no son “pontificios”, el primer Francisco, el de Asís, se llevará un serio disgusto. Hasta le sugerirá que se cambie otra vez de nombre y se llame, por ejemplo, León, Constantino Gregorio, Alejandro, Calixto o Juan Pablo, con su silla gestatoria de infeliz recordación.

. “Que Dios os perdone lo que habéis hecho conmigo…” Fueron palabras más que rituales, dirigidas a los cardenales quienes –testigo Miguel Ángel en la Capilla Sixtina-, habían sido “culpables” de su elección pontificia, Los pecados de los cardenales, sobre todo los de la Curia, no se perdonan con palabras frías y rituales. Los pecados en general se perdonan con el propósito de enmienda y dolor de corazón. Pero a los curiales hay que exigirles que se jubilen lo antes posible, es decir, ya.

.”Caminar, edificar, confesar…” es lema y norma de vida que han de practicar los cardenales para ser y ejercer como tales, dejando a un lado los palacios en los que viven y los títulos superlativos “eminentísimos“con que exigen ser tratados por el pueblo de Dios. Como todo esto, y a tenor con lo que “canta” la historia pasada y presente, es asignatura pendiente y además “en el nombre de Dios”, de lo que creen estar convencidos, a Francisco como homónimo del de Asís, habría que rebautizarlo con otro nombre cualquiera.

. Francisco, de nacionalidad argentina, y porteño por más señas, es hoy por hoy la penúltima esperanza que alienta en la Iglesia para seguir adelante. Son –somos- ya muchos los cristianos, a los que la tentación del desánimo nos cerca por todas partes, demandando reforma y reformas muy consistentes, poco canónicas, casi nada teológicas y absolutamente nada evangélicas.

.”Bueno, que lo paséis bien, que descanséis y que, como pueblo de Dios, me bendigáis como yo os bendigo. Recemos el “padre nuestro”, Amén
Volver arriba