GREGUERÍAS “FRANCISCANAS”

Con acierto, ponderación y seguridad, la RAE define el término “greguería” como “agudeza o imagen expresadas brevemente en prosa, en la que se plasma una visión de la realidad sorprendente y, con frecuencia, crítica y humorística”, con expresa y justa mención para su “inventor”, el escritor Gómez de la Serna.

Y hay que reconocer, con remembranzas al latín también eclesiástico e hispano americanizado, que el papa Francisco es experto en el uso de las greguerías y más, cuando levanta los ojos del texto del discurso escrito, e improvisa. Todo un florilegio pletórico de frescor de elocuentes y expeditas greguerías, con agudeza, humor y crítica evangelizadora, es santamente coleccionable cuando se le escucha y se está atento al gesto y al tono de su voz.

Me limito a referir algunas de ellas, con leves comentarios:

+ “¡Claro que también tú eres hijo de la Iglesia…¡” (El destinatario de la frase era un transexual, español por más señas, aterido en cuerpo y alma por tantos, graves e hipócritas dicterios lanzados contra él y además “en el nombre de Dios”, por obispos, curas y frailes, laicos y laicas, convencidos todos de acaparar la filiación divina por su machismo o feminidad relevantes, y exuberantes, y no más que orgánicamente).

+ “Los sacerdotes son como los aviones: solo son noticias cuando caen…”(Pero usted, papa Francisco, también conoce la notoria capacidad de generar noticias que definen a sacerdotes-y obispos por acción u omisión. Las caídas son triste y dramáticamente muchas más y con destructora actividad de escandalizar a niños, niñas, -pederastas- y mayores, por infinita misericordia con que sean juzgados…

+ “Sufro si veo a las mujeres en la Iglesia catalogadas y consideradas como “servidumbre…” (Es comprensible su sufrimiento, que no superará al de las propias mujeres y más si ellas están convencidas  de que de usted depende en gran proporción terminar con el ya obsoleto, inadecuado y ofensivo machismo – patriarcalismo que caracterizó y caracteriza en contra del Evangelio, a “Nuestra Santa Madre la Iglesia”, desde el papa a los acólitos).

+ “Duele ver a un cura o a una monja conduciendo el último modelo de coche …” (Es -será-, papa Francisco, un dolor pasajero… Dentro de poco tiempo y como no se tome en serio la reforma  de la Iglesia en consonancia con el Evangelio, seguirán circulando los coches, pero sin curas ni monjas, a consecuencia de la desaparición de unos y otras…).

+ “Dios no se cansa nunca de perdonar…Somos nosotros los que nos casamos de acudir a Él…” (Por amor de Dios, papa Francisco, no se canse repetirleesta doctrina a sus “hermanos en el Episcopado”, a los curas, catequistas y “catequistos” y dígales con claridad  que Dios es, y seguirá siendo, siempre y con todos, infinitamente misericordioso y que, por tanto, sus prédicas condenatorias son mentira podrida, porque “desdiosan” a Dios -a Jesús-, y además les roban el título de “Madre”, a María y a la Iglesia….).

+ El papa Francisco quiere reformar el papado y para ello no ahorrará esfuerzos en potenciar el laicado en la Iglesia…. (Comprendo su buena y constructiva intención y proyecto de santa reforma. El papado -también el suyo- la demanda con urgencia. Por dentro y por fuera. En su liturgia, en su pastoral y hasta en su misma teología. La Iglesia hoy, ni está, ni conduce al Evangelio. Es lícito dudar de su razón de ser como institución  espiritual al servicio de Dios, previa su encarnación  en todo cuanto de HUMANO hay en ÉL. Por supuesto que sin laicos y laicas no hay Iglesia. Por supuesto que verdad tan elemental merece y reclama un rotundo “Suspenso” en cualquiera de las asignaturas de las Ciencias Sagradas. Por lo que respecta a laico-mujer, el “Suspenso” es sería- de antología).

+ “La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita…” (Reconociendo con justicia y honestidad el bien que hizo y hace la Iglesia al servicio de los pobres, es igualmente justo y honesto tener que reconocer y rememorar que en los alrededores del altar suenan en demasía cantos de euros. Gratuitas, lo que se dicen gratuitas, no son ni siquiera, las misas. Ni los sermones. Ni tantos otros “servicios” canónicamente “sagrados” y de cuyas tasas fluctuantes hay referencias en los Boletines Oficiales de las respectivas diócesis y Hojas Parroquiales. Lo de que “la misericordia es gratuita” es asignatura pendiente en el “carrerismo” del culto y clero. Lo sabe, lo siente y lo padece el mismo papa Francisco, solo con respirar los aires de la Curia, por muchos incensarios y botafumeiros que se activen para su purificación imposible).

+ Con denodada y teológica frecuencia el papa Francisco refiere que “una Iglesia selectiva y de pura sangre no es ni “Nuestra, ni Santa, ni Madre”, sino más una secta”. “Dios es Padre y no reniega de sus hijos. El estilo de Dios es el de la cercanía, de la misericordia y de la ternura”. (Este y no otro, es el Camino de Dios, en cuyo recorrido hemos de encontraros con Él, antes y después de habernos encontrado con nosotros mismos).

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