La “tontería” de las mitras. (Las mitras ahuyentan al Espíritu Santo)

Con cuantos requisitos exige toda identificación cívica y religiosa, sencillez, evangelio, sentido común y afrontando cualquier consecuencia, recientemente se recibió en la redacción de RD una carta, -ya conocida por nuestros lectores, entre los que nos consta que se hallan no pocos obispos y “episcopables”-, de la que transcribo estos párrafos, con sagrada y respetuosa literalidad:

“Me llamo Mercedes Loering, de 95 años de edad y soy una religiosa de la Asunción. Como veo que tenéis buenos contactos con Roma, y con la jerarquía en general, quiero pediros un gran favor. Me pone de mal humor cuando veo en una ceremonia religiosa, sobre todo la Eucaristía, al obispo con la mitra quita y pon. O cuando  veo un grupo de obispos, todos con sus mitras. ¿Sería posible pedir al papa que suprimiera esos “sombreros” inútiles, que dan la impresión de alta categoría?. No me imagino a Jesús con esas pretensiones. Sus representantes deben dar testimonio de sencillez y el solideo ya es suficiente.

 “Perdonen mi atrevimiento, pero hace tiempo que deseaba hacer este petición y se me ha ocurrido que ustedes podrían encontrar el camino. Muchas gracias. ¡ Ojalá tengamos éxito y se pueda sumar mucha gente a la iniciativa y se termine con tanta tontería¡”

Sí, hermana Mercedes. Se trata de una tontería, palabra que según rezan los diccionarios que hicieron posible los libros escritos por sus hermanos jesuitas, quiere decir benévolamente nada menos que una “falta o escasez de inteligencia o de lógica”.

Las razones que avalan su petición, con la seguridad de que RD no escatimará medios para ayudarla en tarea tan sensata, evangelizadora y religiosa, son muchas y rigurosas. Y es que las mitras, con su quita y pon, distraen a cualquiera. No solo a quienes participan en la ceremonia, sino a quienes la presiden, siempre a las órdenes de los maestros de ceremonias, muchas de estas órdenes carentes de piedad y de significación religiosa. Porque sí y porque así fue de siempre, y así lo recogen y mandan los cánones…

Además, las mitras cuestan dinero. Casi todo el dinero que quieran invertir en su compra y adquisición los familiares, amigos, instituciones, organizaciones o movimientos que se dicen religiosos, con las cofradías correspondientes. Hay mitras que son otras tantas valiosas obras de arte y cuyo destino no será otro que el de los museos catedralicios, los joyeros de los cabildos o el de engrosar el “capitalito” a percibir en su día por los herederos sobrinos del tío que fue obispo.

Pero, poco a poco y no con las prisas santas que la hermana Mercedes y otros muchos estamos deseando y necesitamos, la Iglesia va cambiando. Ya se habla en conventos y monasterios de la “Iglesia en salida”, reformada y restaurada por el Vaticano II y el papa Francisco, de tal forma que ni la conocerán siquiera quienes ahora “mitrean” sus cabezas con sus vanidosas filacterias y baratijas. Con lo del solideo, -o “casquete que algunos eclesiásticos cubren su coronilla”- no estoy de acuerdo con usted, ni siquiera como consolación ritual ostentosa. “Coronilla” me recuerda al “coronavirus” y tal enfermedad es mala. Muy mala.

Pero que nadie eche en olvido que el tema expuesto y propuesto al papa por la hermana asuncionista Mercedes Loering, es de singular importancia en la Iglesia. Y es que el obispo es lo que es su mitra. La mitra es poder. Es jerarquía. Es ser “distinto” de los demás y obliga a estar y permanecer distante, del resto del pueblo. Con la insensata “satisfacción” de hacerlo “en el nombre de Dios”. “Tomar posesión” de una diócesis sigue siendo referencia de primera página de la prensa local, en la terminología de los informadores llamados “religiosos”. Poder es dominio. Sin mitra y sin la ayuda del báculo y otros adminículos –aparejos- litúrgicos, no es obispo el obispo, aunque haya ya no pocas hermanas Mercedes, sacerdotes, y laicos y laicas, convencidos de que, más que sacralizar, las mitras profanan lo religioso y, en ocasiones frecuentes, hasta hacen ahuyentar –espantar- al mismo Espíritu Santo en persona…Las mitran endiosan.

Por si algo le faltara a esta información y a su veracidad, tenga en cuenta la hermana Mercedes, que en declaraciones efectuadas en RD por un obispo, ex –“coranovírico”, ya curado, gracias a Dios, proclamó que, hospitalizado, “llegué a la conclusión de que no somos omnipotentes, que nos debemos absolutamente a Dios y a los demás, y que dependemos unos de otros”.

Desde RD y a su tiempo, informaremos acerca de las adhesiones a favor de la idea anti -mitra de la hermana Mercedes. Para lo que podrán hacer uso de “WhatsApp 638334622. ¡Gracias y amén¡       

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