Arrullos mexicanos

Estuve hablando largo rato con un misionero español que estaba desarrollando su pastoral en una parroquia pobre en el Distrito Federal mexicano. Le pregunté por las costumbres navideñas que guardaban sus fieles y me sorprendió la respuesta. El día de Navidad casi no lo celebraban, pero en Nochebuena tenía que presidir dos eucaristías en el templo porque se llenaba. Todas las familias traían a los niños Jesús que tuvieran en casa porque la costumbre era arrullarlos, es decir mecerlos, como si fueran un hijo común, mientras se cantaban villancicos. Muchos, los tradicionales españoles, pero otros auténticamente autóctonos, incluso cantados en nahuatl

Algo parecido hacen antes en casa delante de una cuna vacía rodeada de musgo, pastores, ovejas y magos. Una mujer mayor coloca a Jesús en la cuna y los niños le llevan regalos. En un momento sacan al niño del moisés lo vuelven en una manta y lo mecen lentamente. Es aquí cuando comienza el arrullo que intenta imitar lo que haría María con Jesucristo, cantándole nanas. Lo más curioso es el deseo de las familias de compartir con sus vecinos en la Iglesia estos actos

No recuerdo una celebración similar en España, aunque es cierto que algunas parroquias y monasterios durante la Edad Media los fieles cantaban nanas en las parroquias en celebraciones. San Francisco consolidó la tradición del pesebre y surgió la costumbre simbólica de mecer o acunar al Niño, aunque nunca tuvo la compleja ceremonia que se celebraría más tarde en América

Cuando los misioneros españoles llevaron la Navidad al nuevo continente, los pueblos indígenas respondieron especialmente a la dimensión afectiva y familiar del Niño Jesús. Juntaron las raíces indígenas de mecer al recién nacido, las africanas con sus ritmos propios y las hispanas por los villancicos traídos de la península. Éstos se transmitían oralmente, aunque transformados por las sonoridades y costumbres locales. En el pesebre, una choza de palma y barro, colocan campesinos locales con huipil, pollera y poncho y figuras de la vida cotidiana como alfareros, y niños con mazorcas. Además del buey y la mula aparecen llamas, alpacas, iguanas, monos, armadillos…, depende la zona. Reproduzco un villancico típico mexicano

Duerme, Niño del maíz

dormido en la tierra viva;

tu sueño siembra el camino,

tu luz al campo anima

Hoy, me decía mi amigo misionero que los arrullos son una mezcla de nana, rito popular y acto de fe. Le daba mucho valor a que si hiciera en la parroquia como un espacio de identidad comunitaria: un niño simbólico cuidado entre todos que reúne memoria, tradición y ternura

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