La ausencia de un padre

La ausencia de un padre

El Instituto de Estudios Familiares, una ONG americana, entre muchos capítulos ha incluido una encuesta sobre el número de niños que nacen en un hogar con sus dos padres. Sudáfrica se lleva la palma negativa por ser el país donde solo el 36% de los nuevos nacimientos viven con sus padres biológicos, una cifra que en los de raza negra disminuye al 31%. Y mostrando datos comparativos las cifras no mejoran ya que han empeorado en un 10% desde 1990

Estos datos me han hecho preguntarme si es algo reciente o ha pasado toda la vida. Todos conocemos que en España las jóvenes que se quedaban encintas, sin haber contraído matrimonio, eran expulsadas de su familia y si, no las acogía la beneficencia, estaban condenadas a la prostitución

Otros motivos de crecer sin padres están ligados a la economía: pobres resultados escolares conllevan malos trabajos posteriores, el paro y la criminalidad final. Está demostrado que los niños más pobres son los más propensos a que su padre no viva con ellos y el estudio también afirma que la presencia paterna en la casa ayuda al desarrollo de la personalidad

Con el apartheid africano los varones eran obligados a dejar sus familias para trabajar en las minas donde no se admitían esposas ni mujeres. En este sistema los hijos veían a sus padres, a lo sumo, una semana al año. El arzobispo Desmond Tutu, cuando recibió el premio Nobel de la Paz en 1984, afirmó que esta situación era un cáncer que mataba la vitalidad de las familias de raza negra

Tras la abolición del apartheid las condiciones, no sólo no han mejorado, sino que han retrocedido. Y aquí es donde han entrado las mujeres que con su salida al mercado laboral consideran más fácil, financieramente hablando, vivir separadas de los padres de sus hijos. Como en muchos países, la figura paterna africana está vista bajo el epígrafe de aportación del dinero al hogar y no se piensa en la cultura del cuidado que, cuando los hombres la practican están mal clasificados

Hay realidades paralelas en las que los hijos crecen en una familia extendida con tíos y abuelos, o la madre vive con un compañero que no es el padre de sus hijos. Algunos estudios reflejan el incremento del abuso en hogares con hijos donde el padre no es el biológico. La otra cara de la moneda también demuestra que su influencia es beneficiosa en cuanto que ayudan a los niños en el trabajo escolar y les leen libros. Estos padres sociales también contribuyen financieramente al hogar

A nuestras pantallas llegan películas de padres que se enfrentan, de la noche a la mañana, con el cuidado de un hijo y los problemas que les crean al no estar acostumbrados a ejercer diversas funciones. La moraleja del film es clara: si buenos actores proyectan imágenes de un padre cariñoso, los niños crecerán con la idea de que ésta no es una función reservada a las madres

Hace dos años apareció en TikTok la declaración de un niño en la que prometía abandonar a sus hijos como su padre había hecho con él. Pero consciente de que había personas viéndole terminó sus palabras con una oración que suponía todo lo contrario “que Dios nos ayude a no cometer los mismos errores que nuestros padres”

No soy pesimista, pero me parece que habrá grandes cambios en los nacimientos. En primer lugar, porque en España el 25% de los que supuestamente iban a hacer se quedaron en el camino y muchas mujeres, cuando llegan a una determinada edad, se inseminan para tener el hijo que no habían deseado antes. Muchas variables de este nuevo sistema social no favorecen la existencia de padres, pero terminemos como el TikToker pidiendo la ayuda de Dios para que los hombres de las nuevas generaciones sean más felices

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