Los musulmanes en los Estados Unidos

Curiosamente a los 20 años de la caída de las Torres Gemelas en Nueva York el número de musulmanes creyentes ha crecido más del doble en los Estados Unidos. Al día de hoy se calcula que su número asciende a 3 millones y medio de personas que van ganando influencia en la sociedad que hoy aparece sembrada de pequeñas cúpulas metálicas, aquí y allá, que albergan mezquitas bajo su techo

            Resulta también curioso que la minoría musulmana se encuentra en el segmento mejor educado de la población: doctores, periodistas e incluso políticos como Rashida Tlaib y Ilhan Omar, la primera mujer musulmana en el Congreso. Este incremento de los seguidores de Mahoma también coincide en paralelo con un odio creciente a sus creyentes a partir de la caída de las torres. La inquina se ha  promovido por la creencia y la campaña de que el Islam promueve la violencia. La realidad es que en los Estados Unidos no se han dado, como en Europa, actos terroristas, aparte del hecho trágico del 11 de septiembre aunque algunos quieren achacar al Islam un tiroteo en un bar homosexual ajeno a razones religiosas. La verdad es que la violencia con muertes que ha sembrado el país se debe a otras causas ajenas a los seguidores de Mahoma

            La mitad de los musulmanes americanos han nacido fuera de los Estados Unidos adonde migraron buscando oportunidades: libertad religiosa, promoción educativa y distanciamiento de sus vidas pasadas. Como muchos migrantes se sienten más americanos que los allí nacidos, aunque se han visto muy perseguidos por la islamofobia desatada a partir del ataque. En 2008 fue elegido Barack Obama, un presidente negro con nombre musulmán lo que aprovechó Trump, años más tarde, para identificar a su antecesor como extranjero musulmán, una frase que implicaba la idea de que eran vocablos sinónimos para acto seguido centrar su campaña en perseguir ambos aspectos para convencer a la mayoría blanca de su peligro

            Pero los musulmanes se encuentran tranquilos con la xenofobia ya que piensan que ellos no forman el principal frente ya que otros grupos más numerosos son los que se enfrentan al racismo. Mientras todas estas luchas se dan en el país, los musulmanes siguen creciendo y en los hospitales se ven muchos blancos racistas tratados por médicos musulmanes. Ante la realidad de la muerte propia o de familiares la agenda política tiende a desvanecerse… o eso esperan

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