En una sociedad japonesa: Ashaki

El gobierno de la ciudad japonesa de Akashi preocupado por la baja natalidad de sus habitantes ha tomado algunas resoluciones. Una furgoneta se pasea por la ciudad ofreciendo pañales gratis, comida infantil, atención médica gratuita y comedor escolar. Las autoridades han llegado a la conclusión de que psicológicamente ayuda más el trato personal, a unas madres que se sienten solas, que el servicio prestado. Las medidas parece que han surtido efecto con la población ya que ha crecido durante 10 años seguidos en 300.000 personas. Aunque hay que reconocer que parte de esta subida se debe a los emigrantes

            Parece un milagro en una nación cuyos nacimientos van descendiendo, de año en año, hasta el punto de que el primer ministro, Kishida Fumio, habla de colapso. Muchos colegios están cerrando por falta de alumnos lo contrario que en Akashi donde faltan aulas. Otra ciudad, Nagareyama, a las afueras de Tokio está también creciendo y la razón principal está en el tren express a la capital, pero también en los esfuerzos de la municipalidad para facilitar con ayudas a las familias jóvenes. Se han abierto numerosas guarderías y sus políticas giran en torno a crear un ambiente en el que los padres puedan continuar trabajando a la vez que incrementando su familia. Tan es así muchas parejas escogen tener un segundo o tercer hijo

            Aunque el gobierno del país está haciendo algunos progresos la cola para acceder a las guarderías es larguísima mientras que la reducción de impuestos por familia con hijos es mínima. Un catedrático de la universidad de Meiji, Tanaka Yumi, ha hecho un estudio en el que asegura que los vecinos de las familias con hijos los miran con mala cara porque hacen ruido. Un restaurante popular, Soup Stock, introdujo la novedad de ofrecer comida gratuita a los bebés y se encontró con un rechazo generalizado de clientes que no se querían sentar al lado de niños intranquilos

Tanaka Yumi, una madre con dos hijos, aseguró en una entrevista que estaba acostumbrada a las miradas de reproche de sus vecinos hasta que se mudó a Nagareyama donde había cantidad de familias con niños pequeños y se vio aceptada

En mi siguiente entrada trataré de la forma en que piensan solucionar el problema de la baja natalidad en China. Son dos ejemplos de países que se encuentran, como el nuestro, con graves problemas por el descenso de su población con la intención de aprender si adoptan soluciones positivas

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