Poemas oración para la pausa del verano

NOTA: Para la pausa de verano que hoy inicio, ofrezco aquí estos diez poemas. Ojalá ayuden algo a la oración de quienes, en vacaciones o en el trabajo, se asomen a ellos.


AL EMPRENDER UN VIAJE


En tu nombre, Señor,
queremos parir.
Que no olvidemos nunca
que vamos hacia ti.
Tú eres en nuestras vidas
el camino y el fin.
Danos hoy tu gracia
un viaje feliz.
Amén.


ORACIÓN DE LA MAÑANA


Gracias, Señor, por el día.
Gracias, Señor, por la luz.
Y gracias por la alegría
de que no nos faltas tú.
De nuevo a nuestra tarea
vamos contigo, Señor,
para que contigo sea
el mundo un poco mejor.
Amén.


DUELE LA TIERRA DE HERMOSA


¡Qué bello creaste el mundo,
mesa de ricos sabores!
Mas son las cosas mejores
cuando me saben a Ti.

Te buscaré en cada piedra,
en cada ave, en cada rosa.
Duele la tierra de hermosa
por tanta huella de Ti.


Duele tu cara en la cara
de cada pobre que pasa
sin pan, sin amor, sin casa,
y duele el dolor de ti.

Desde tu amor, cada día,
seguro a mi encuentro sales.
¡Oh, qué asedio de señales!
Todas me llevan a Ti…

SED DE DIOS

(Salmo 63)


Madrugamos por ti, Señor del día,
pues tú eres nuestro Dios, pura mañana.
Desde una tierra de mortal sequía
por ti suspira nuestra sed temprana.

Ansia de ti tenemos, agua pura,
inmenso amor, torrente deseado,
donde sanar la urgente quemadura
que marcaste de ti en nuestro costado.


Desde el amanecer nada anhelamos
como gozar la sombra de tu casa.
Arrebatados a tu encuentro vamos
desde una tierra que por ti se abrasa.


¡Oh Dios, cómo resuena tu latido
en la entraña del mundo, en su corteza!
¡Y cómo en el paisaje florecido
que vistes de verdad y de belleza!


Te alabaremos, Dios, toda la vida,
aquí o allí, velando o en el lecho,
desde el dolor de la amorosa herida
que tú clavaste a fuego en nuestro pecho.


Siempre eres nuestro auxilio. Nos sostienes
en la zozobra de las horas malas.
Seguros y colmados de tus bienes
cantamos a la sombra de tus alas.


DOS BENDICIONES DE LA MESA


1.Jesucristo, Rey de Vida


Jesucristo, Rey de Vida,
Tú que naciste en Belén,
bendícenos la comida
y danos tu gracia. Amén.
En tu mesa abastecida
te das sin mirar a quién.
Tu bondad está servida
y tu justicia también.
Sigue siendo el capitán
de la paz contra la guerra.
Colma de amor y de pan
a los pobres de la tierra.
Amén.

2.Te bendecimos, Señor


Te bendecimos, Señor,
que das el alma y la vida.
Gracias por los alimentos
y la buena compañía.
Siéntate aquí con nosotros,
que está la mesa servida.
Al hambriento dale pan
y al que está triste alegría.
Gracias por ser el mejor
Padre de nuestra familia.
Amén.

ALLÍ ESTÁS TÚ


Si subo a las montañas o si hojeo los libros,
si bajo a mi memoria o me interno en el bosque,
si me baño en el mar o si abro las ventanas
que dan sobre los hombres,
me topo con tu esfera
de tiempo transparente,
multiplico mis manos
al palparte en el día.

Si aliento, si me quejo, si llevo mi palabra
hacia algo dolorido,
allí estás Tú.


Si monto sobre los siete días de la semana,
si se me paran de tedio los lunes,
si se me caen de fatiga los martes,
si me trotan animosos los miércoles,
si se me quedan sin aliento los jueves,
si se me arrasan de lágrimas los viernes,
si se me desbocan de deseos los sábados,
si tal vez me relinchan de gozo los domingos,
allí, allí estás Tú.

En enero, en febrero, en la luz del verano,
en las cuatro estaciones, en los mil calendarios,
en los faros marinos, en los mapas sin límites,
tras la última lente de los mil telescopios,
allí estás Tú.

Cuandoquiera que ame, que recuerde, que gima,
comoquiera que grite, me levante o alumbre,
dondequiera que vuele, me desmaye o pregunte,
allí,
allí estás Tú.

COMO UN NIÑO

(Salmo 130)


Señor: soy como un niño en tu presencia.
Desnudo de arrogancia, chico y débil,
me abandono a tus brazos y al calor de tu pecho.
Haz de mí lo que quieras.

¿Podrá dejar de ser cuanto suceda
la ventura mejor
para ti y para mí
y una fiesta de amor tu voluntad divina?

Señor, mi corazón sí es ambicioso.
Pero, elevado el vuelo,
¿en qué riqueza habrá de descansar
mejor que en tu riqueza?


Mis pensamientos son desmesurados,
altaneros mis ojos;
¿mas dónde crecer más, ganar altura,
que refugiado en ti
y haciéndome pequeño?

A ti me acojo, oh Dios,
hacia tu corazón modero y guío
mi tropel de deseos.
Descanso bien seguro en tu presencia
como un niño en los brazos de su madre.



ORACIONES DE LA NOCHE


1.Te damos gracias, Señor


Te damos gracias, Señor.
por el día que se acaba,
por el paso de las horas
y por tu amor que no pasa.
Gracias por nuestro trabajo,
por el pan que no nos falta
y por tanta gente buena
que has puesto en nuestra jornada.
Gracias por ti y por nosotros,
por lo que nos quieres… Gracias
por ser de nuestra familia
y vivir en nuestra casa.
Perdona nuestros pecados.
Ponnos tu paz en el alma.
Ampáranos en el sueño
y guárdanos en tu gracia.

Gracias, Señor. Buenas noches.
Un abrazo. Hasta mañana.


2. Y ahora bendecid al Señor


(Salmo 134)


Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,

las hijas y los hijos fatigados
de los trabajos y el afán del día.


Bendecid al Señor los que pasáis
la noche, el día, vuestra vida entera
en la presencia del Señor.


Levantad vuestras manos hacia Él
en el santuario familiar del mundo,
en vuestra propia casa,
y bendecid sin pausa al Señor.


Trabajando, comiendo o descansando
bendecid al Señor, en la certeza
de que en la vida y en la misma muerte
somos hijos queridos del Señor.


¡Qué paz y qué sueño profundo
mientras la sombra del Señor vigila!


El Señor te bendiga desde Sión,
y desde aquí, desde la cabecera de tu cama.

Tu sueño vele en el amor de Padre.
Rendido de cansancio,
encomienda tu espíritu al Señor
y duerme en paz, bien seguro en sus brazos.
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