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Carta abierta a monseñor Argüello

Versos para la Virgen de agosto

Miles de pueblos celebran sus fiestas patronales en torno al 15 de este mes, fiesta de la Asunción de la Virgen. No me voy a perder en literaturas y preámbulos. Ofrezco estos versos sencillos incluidos inicialmente en un libro de oraciones. Los teólogos sesudos los hallarán llanos e inmersos en la tradición piadosa con que nuestro pueblo ha honrado tradicionalmente a la Virgen. Pues eso es precisamente lo que hoy quiero hacer.

CUANDO QUIERO PENSAR EN ALGO HERMOSO

(A la Virgen María)

Cuando quiero pensar en algo hermoso,

cierro los ojos y te pienso a ti.

Cuando quiero escalar un cielo humano,

alzo los ojos y te miro a ti.

Para tocar una posible estrella,

desde el amor alzo mi mano a ti.

Y si busco un calor y una dulzura,

cierro los ojos y te sueño a ti.

Tú eres la madre del amor, refugio

para el que cada día

tiembla de humanidad y desamparo.

Al Todopoderoso

sostienes en tus brazos, Madre y Reina.

Eres tan madre que te multiplicas

y ofreces tu regazo

a tantos desterrados hijos de Eva.

Tan reina eres

que el mismo Dios te ha puesto un trono.

Cuando quiero pensar en un perfume,

cierro los ojos y te aspiro a ti.

Cuando quiero sentir un roce de alas,

abro mis labios y ten rezo a ti.

Para poder gozar un mar cercano

como a una playa me abandono a ti.

Y si le busco techo a mi intemperie,

casa materna

y puerta abierta yo te tengo a ti.

Tú eres la estrella, el mar, las alas, la dulzura.

Tú la belleza, el cielo, tú la luz, la casa.

Tú la madre de Dios, pura y humilde.

Tú la esperanza, oh madre de la vida.

Cuando quiero pensar en algo hermoso,

Cierro los ojos y te pienso a ti.

(De “Cien oraciones para respirar”,

Obra poética, p. 384)

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