De las cinco catedrales valencianas, tres de ellas están dedicadas a la Asunción La Asunción de la Virgen en el País Valenciano

Imagen de la Virgen de la Asunción en la iglesia del Miracle, en Valencia
Imagen de la Virgen de la Asunción en la iglesia del Miracle, en Valencia

"Es tal la popularidad de esta solemnidad, que la Virgen de la Asunción es patrona denumerosas poblaciones valencianas"

En València, la catedral, dedicada a la Asunción, celebra una procesión datada el 1352, con la imagen de la Virgen en su lecho, que se conserva en la iglesia del Miracle de la ciudad de València

Hoy 15 de agosto celebramos con gozo y acción de gracias la solemnidad de la
Asunción de la Virgen. Si el dogma de la Maternidad Divina de la Virgen fue proclamado en los primeros siglos del cristianismo, en Éfeso, el de la Asunción de Santa María lo fue en pleno siglo XX, en Roma.

Fue el 1 de noviembre de 1950 cuando el papa Pío XII, por medio de la encíclica Munificentissimus Deus, proclamó el dogma de la Asunción de la Maria, haciéndose eco de la fe del pueblo cristiano, que desde siglos ya creía (como lo demuestra el Misteri d’Elx) que María fue elevada a la gloria de Dios en cuerpo y alma.

Verdad de fe

De esta manera se proclamaba este dogma como verdad de fe, que la Iglesia ya creía
desde los inicios del cristianismo, como cantan estos Gozos antiguos: “Desdel gran
Trono exaltada,/ ahont regnáu Verge Pia:/ Siau la nostra advocada/ Reyna dels Angels
Maria”.
Ya desde la antigüedad, tanto en la Iglesia de Oriente como en la de Occidente, la
liturgia celebraba la Asunción de Maria con diversos nombres, como la Dormición o
también la Virgen María de Agosto o la Virgen del lecho o de la cama. Fue el papa Sergio I, que en la letanía o procesión estacional para las fiestas marianas, mencionaba la Natividad de la Virgen, juntamente con la Anunciación, la Purificación y la Dormición: “Vostre cos, seu de puresa,/ com mantell de reiales/ s’ornà amb llum d’eternitat;/ i formoso vos en anàreu/ al bell tron que al cel trobàreu,/ on Crist serva el fruit preuat”.

Fulgores de estrellas

Si una leyenda del siglo V en el Oriente cristiano relacionaba la muerte y la Asunción de María con fulgores de estrellas y músicas celestiales, San Juan Damasceno afirmaba que María “conservaba, sin ningún tipo de corrupción, su cuerpo después de la muerte”. Y San Germán de Constantinopla decía que el privilegio de la Asunción, era debido a la Divina Maternidad de María y por eso su cuerpo “es preciso que se vea libre de convertirse en polvo”.
En el País Valenciano, la fe del pueblo cristiano en la Asunción de María nace con el rey
Jaime I, que en conquistar la València musulmana, dedicó al misterio de la Asunción de
Santa María, su catedral, así como también todas las iglesias que fue erigiendo en las
tierras conquistadas a los musulmanes. De hecho, de las cinco catedrales valencianas,tres de ellas, la de València, la de Sogorb i la de Castelló, están dedicadas a la Asunciónde la Virgen María: “Qual blanca Paloma hermosa,/ qual Rosa candida i pura/ resplandent pujáu la altura/ Vare de Jesé preciosa,/ al Cel entrau magestuosa/ dels Angels en companyia”.

Patrona de numerosos poblaciones

Es tal la popularidad de esta solemnidad, que la Virgen de la Asunción es patrona de
numerosas poblaciones valencianas como Barracas, Aiora, Costur, Bètera (con sus
tradicionales albahacas, de más de dos metros de altura) Benlloch, Paiporta, Rosell o
Teresa de Cofrentes. También se ofrendan las albahacas a la Virgen de Agosto, además
de en Bétera, en Benifaraig, Nàquera, Gata de Gorgos y Massarrojos.
En València, la catedral, dedicada a la Asunción, celebra una procesión datada el 1352, con la imagen de la Virgen en su lecho, que se conserva en la iglesia del Miracle de la ciudad de València. També Faura (con más de 400 años de antigüedad) celebra la
Asunción, así como las localidades de les Coves de Vinromà, con el tradicional Ball del
Pla y sobre todo en Elx, con la Festa o Misteri.
También mossèn Joan Puig, en su “Vocabulari de Catí” nos habla del Lecho de la Virgen, que “a manera de peanya es posa la imatge de la Mare de Déu d’agost, gitada, i com a morta”, així com també de la “Missa major ab música i sermó de la Mare de Déu”, que consisteix en la “funció de tèrcia, solemne, missa major ab música i sermó de la Mare de Déu d’agost el dia 15”.
Por lo que respecta a las iglesias, son muchos los templos dedicados a la Virgen de laAsunción, como Alaquàs, Alboraia, Albaida, Andilla, Aielo de Rgat, Aiora, Benaguasil,
Beneixida, Bocairent, Camporrobles, Carcaixent, l’Alcora, Càcer, Santa Pola, Carlet,
Sax, Castelló de Rugat, Cocentaina, Xixona, Dénia, Gandia, Foios, Biar, Llutxent,
Llíria, Gorga, Navarrès, Museros, Montesa, Onda, Montserrat, La Vila-Joiosa,
Vilafamés, Oliva, la Vall d’Uixó, la Pobla del Duc, Benassal, Planes, Penàguila, Pego,
Riba-roja de Túria, Teresa de Cofrentes, Torrent, Utiel Ontinyent, Benlloch, Guadalest,
Xàtiva i Castelló de la Ribera: “Fóreu l’arca santa i pura/ on prengué mortal figura/
Jesucrist, el Redemptor./ Estols d’àngels us escorten/ i amb bells cants hui vos porten/ a
la dreta del Senyor”.

Un espíritu de servicio 

El teólogo Von Balthasar recordaba como “La teología, desde San Bernardo ha puesto de manifiesto el aspecto personal de María, para subrayar el auténtico espíritu de la Virgen María: un espíritu de disponibilidad, de servicio, de humildad, un espíritu de generosidad que quiere existir para los demás”.
María es la mujer fiel y obediente, que por amor se abandonó a la voluntad de Dios, con
plena docilidad a la gracia. Por eso Santa María es para la Iglesia, un ejemplo de oracióny de servicio generoso, que ella vivió con alegría. Y además de ser modelo de santidad, María es intercesora para todos nosotros”.
Que la Virgen de Mare la Asunción, que ya participa de la gloria de su hijo, nos ayude aconfiar más en Dios y nos acompañe en el camino de la fe: “Tota hermosa immaculada/ gloriosa y triumfant,/ dels brassos de vostre Amant/ passau al Trono sentada;/ hont dels Angels saludada/ y dels Sants sou, Reyna Pia”.
Por eso el pueblo cristiano aclama a María y pide su protección; “Del cel Reina se us corona/ i a l’honor que Déu vos dóna/ ajuntem els nostres cants./ Sigueu sempre, Verge pia,/ dolç conhort i nostra guia/ fins a veure-us triomfants”.

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