Estamos acostumbrándonos a ver la hipocresía y las mentiras como algo normal en la política. Y no lo es. Ni la hipocresía ni las mentiras son actitudes que hayamos de normalizar, aunque algunos políticos mienten más que hablan. O mienten siempre que hablan.

He leído con interés las declaraciones del señor Feijóo, que recoge Religión Digital (17 de agosto de 2025). Y me subleva que este político diga, en relación al caso de Jumilla y a la prohibición de usar el polideportivo de esa ciudad para actos religiosos por parte de los musulmanes, que el ayuntamiento no los ha prohibido. Sólo (ha declarado el señor Feijóo), “ha ejercido la competencia para decidir que en las instalaciones deportivas, se ejerce exclusivamente el deporte”. Recordémoslo: “Se ejerce exclusivamente el deporte”.

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La hipocresía mayúscula del señor Feijóo quiere disimular, maquillar o negar (¿o bien le falla la memoria al dirigente popular?), los mítines políticos del PP en diversos polideportivos. Y también en plazas de toros. ¿O es que los mítines del señor Feijóo y de los señores Aznar y Rajoy en los polideportivos no eran mítines sino partidos de tenis?

"Hace sólo dos meses, el polideportivo de Málaga se llenó con 5000 simpatizantes del señor Feijóo"

Y es que antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Sin ir más lejos, hace sólo dos meses, el polideportivo de Málaga se llenó con 5000 simpatizantes del señor Feijóo, en el mitin que el presidente del PP dio en esta ciudad andaluza (La Opinión de Málaga, 15 de junio de 2025). Este polideportivo (sí, polideportivo), se llenó de banderas de España y de Andalucía, mientras los asistentes aclamaban al señor Feijóo. Y en este acto del PP, en el polideportivo no se ejerció “exclusivamente el deporte”, que es como justifica el presidente del PP, la prohibición del ayuntamiento de Jumilla, sino que fue un mitin.

No hace falta recordar los mítines de los señores Aznar y Rajoy en instalaciones deportivas, como el abarrotado acto del PP que se celebró en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, el 18 de noviembre de 2011, lleno a rebosar dos horas antes del mitin final de campaña del señor Rajoy (Europapress, 18 de noviembre de 2011).

O los mítines de Podemos y de VOX en el Palacio Deportivo de Vista Alegre, en Madrid. ¿O ese acto en Vista Alegre, de VOX (que es el partido que prohíbe a los musulmanes poder celebrar el culto en el polideportivo de Jumilla), era un partido de balonmano?

"No podemos aceptar las mentiras, ni maquillar la decisión racista y xenófoba (y del todo anticristiana) del PP y de VOX en el ayuntamiento de Jumilla"

O cuando el señor Aznar llenó el campo de Mestalla en València con 55000 personas, el 29 de febrero de 1996. Nos lo recordaba el diario ABC-València, en una crónica sobre los mítines del PP, en su edición del 27 de marzo de 2019 ¿O aquel acto era un partido de fútbol?

No podemos aceptar las mentiras, ni maquillar la decisión racista y xenófoba (y del todo anticristiana) del PP y de VOX en el ayuntamiento de Jumilla.

El señor Feijóo habría de saber que las mentiras no llevan a ninguna parte y que el acuerdo del PP y de VOX en Jumilla, es una aberración y un ataque a la libertad de culto, reconocida en la Constitución, que tanto dicen defender.

"El acuerdo del PP y de VOX en Jumilla, es una aberración y un ataque a la libertad de culto, reconocida en la Constitución"

Por eso, que no nos venga el señor Feijóo disimulando o blanqueando al PP y a VOX, con la decisión de no ceder el polideportivo para un acto religioso. Que no nos diga el presidente del PP, mintiendo (¿recuerda el señor Feijóo el octavo mandamiento de la Ley de Dios?), que no ha habido una prohibición del ayuntamiento de Jumilla, sino que sólo se ha tratado de que los concejales del PP y de VOX han ejercido su derecho, para que las instalaciones deportivas se utilicen sólo para  el deporte. Porque los mítines del PP (y de cualquier formación política), no son partidos de fútbol ni de pádel. ¿O sí?

Un político, como el señor Feijóo, no debería mentir nunca, ni maquillar acuerdos vergonzosos, como el que adoptó el ayuntamiento de Jumilla, prohibiendo (sí, prohibiendo), un acto religioso. ¿O es que el ayuntamiento de Jumilla no respeta la libertad de culto y de religión que la Constitución española consagra?

Es mejor rectificar, porque aunque se repita una y mil veces una mentira, seguirá siendo mentira. Como la mentira del ayuntamiento de Jumilla, que según el señor Feijóo no prohíbe un acto de culto a los musulmanes. Y es que aunque se repita un millón de veces que una mentira no lo es, continuará siendo una mentira. Como la que ha dicho el señor Feijóo.   

El señor Feijóo que acusa al gobierno del estado de proteger más a los musulmanes que a los católicos (con un trasfondo xenófobo), habría de recordar las palabras de diversos obispos, como el de Tarragona, Joan Planellas, que ha afirmado que “un xenófobo no puede ser un auténtico cristiano”. I el papa Francisco, cuando dijo que “no acoger a los inmigrantes es un pecado grave”.¿O no recuerda el señor Feijóo el fragmento evangélico del evangelio de San Mateo: “Fui forastero y no me acogisteis”?

"El señor Feijóo habría de recordar las palabras de diversos obispos, como el de Tarragona, Joan Planellas, que ha afirmado que 'un xenófobo no puede ser un auténtico cristiano'"

Si no descubrimos a los demás como hermanos, este mundo se guiará por la ley de la selva.

Por cierto, los gallegos que emigraron (y todavía emigran), sobre todo a Argentina, ¿el señor Feijóo quiere que sean tratados como su partido, el PP, trata a los inmigrantes de Jumilla?