"El patriarca Cirilo también es responsable del genocidio de Putin" Las Iglesias y la invasión de Ucrania

Putin y Kirill
Putin y Kirill

"En 2019, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana se independizó del Patriarcado de Moscú, después de 300 años de tutela rusa, hecho que provocó la ira de Rusia y de su patriarca, Cirilo, ahora tan poco imparcial"

"El patriarca ortodoxo ruso, aunque parezca imposible, ha llegado a justificar este conflicto, diciendo que 'no hemos de permitir que fuerzas externas y hostiles se rían de nosotros'"

"Una actitud muy diferente de la del patriarca Cirilo, es la posición del Vaticano y de las Iglesias cristianas, tanto católicas como protestantes"

"El patriarca Cirilo, en vez de pedir a Putin que pare la guerra, ha defendido los postulados genocidas y terroristas del presidente de Rusia. Por eso el patriarca Cirilo también es responsable del genocidio de Putin"

En la infame invasión de Ucrania por parte de Rusia, las diferentes Iglesias han tomado, desgraciadamente, posiciones diferentes.

En Ucrania hay diversas confesiones cristianas. La más importante de todas ellas en cuanto a número de creyentes es la Iglesia Ortodoxa (la de obediencia rusa y la ucraniana) y después la Iglesia Greco-Católica, formada por cristianos en comunión con Roma (y por tanto, católicos), pero de rito oriental, no de rito latino. 

En 2019, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana se independizó del Patriarcado de Moscú, después de 300 años de tutela rusa, hecho que provocó la ira de Rusia y de su patriarca, Cirilo, ahora tan poco imparcial, por su apoyo, irracional e inmoral, a la acción infame y expansionista de Putin. Por eso la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ha sido defendida por el mismo patriarca Cirilo, jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa desde el 2012 y fiel a la acción imperialista de Putin.

Kirill

El patriarca ortodoxo ruso, aunque parezca imposible, ha llegado a justificar este conflicto, diciendo que “no hemos de permitir que fuerzas externas y hostiles se rían de nosotros”. De hecho, Cirilo (al igual que Putin), considera que Rusia “incluye Ucrania, Bielorrusia y otras tribus y pueblos” y por eso ha dicho que “el pueblo ruso y Ucrania tienen siglos de historia en común, que se remonta al bautismo de Rusia por San Vladimir”. De aquí su firme e irracional apoyo a Putin. Y es que, en vez de denunciar a Putin por la invasión de Ucrania y exigir al presidente ruso el fin del conflicto bélico, el patriarca Cirilo se ha puesto al lado de Putin y en contra de la paz, de la libertad y del derecho de Ucrania a decidir su futuro.

Una actitud muy diferente de la del patriarca Cirilo, es la posición del Vaticano y de las Iglesias cristianas, tanto católicas como protestantes. Así, el grupo “Religiones por la Paz”, consciente que la violencia solo engendra violencia, ha afirmado que la invasión de Ucrania por parte de Rusia, es “un conflicto de violencia que nunca puede tener resultados positivos”. Este grupo (igual que el papa Francisco), ha pedido que se puedan hacer pasillos humanitarios ante el horror de la guerra iniciada por Putin.

Por su parte, el arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, en su carta a las comunidades ucranianas de la diáspora, del pasado 28 de febrero, ha pedido que “el diálogo y la diplomacia ganen la guerra”. Y ha orado para que el Señor “envíe la paz al corazón de las naciones”. Al mismo tiempo, el arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica ucraniana, ha agradecido la firmeza del papa Francisco de condenar “enérgicamente la guerra”. 

Sviatoslav Shevchuk
Sviatoslav Shevchuk

Esta invasión de Ucrania provoca el sufrimiento y la muerte de sus ciudadanos, debido a la atrocidad y a la inhumanidad de los que matan el prójimo, con el intento de borrar la historia y la libertad de Ucrania. Así y todo, el arzobispo Sviatoslav Shevchuk, ha afirmado que los greco-católicos “estamos de pie, en oración por nuestro sufrido pueblo ucraniano”. Cabe destacar que los obispos y los sacerdotes, juntamente con los periodistas, (a diferencia de los diplomáticos), son los únicos que no abandonan nunca al pueblo martirizado por las guerras. Por eso el P. Smoerechynskyj, sacerdote en Odessa, ha dicho también que “existe miedo a la guerra, pero la Iglesia no huye”. Y también, el nuncio del papa en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, ha declarado que él no dejará el país. 

El papa Francisco, mensajero de paz, en un gesto inédito, hace unos días se desplazó a la embajada de Rusia en Roma, para pedir el fin de este conflicto bélico. Y tambien el secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha dicho que “la Santa Sede está dispuesta a ayudar en las negociaciones entre Rusia y Ucrania”. 

Por su parte, Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, que conoce bien las diversas Iglesias cristianas (los ortodoxos y los católicos y otras confesiones) que “conviven” en la ciudad santa, ha denunciado que “la Iglesia Ortodoxa rusa no ha permanecido al margen” en este conflicto, “sino que se ha puesto al lado de Putin”, que habrá de responder ante la historia, del genocidio que está provocando en Ucrania. Y es que el patriarca Cirilo, en vez de pedir a Putin que pare la guerra, ha defendido los postulados genocidas y terroristas del presidente de Rusia. Por eso el patriarca Cirilo también es responsable del genocidio de Putin

Pizzaballa

Desgraciadamente, esta invasión está provocando que los cristianos (los ortodoxos y los católicos) se maten entre sí. Y eso en pleno siglo XXI. Y es que la guerra siempre es un fracaso de la política, con lo cual descubrimos que los hombres no hemos aprendido nada del horror de las guerras que azotaron a Europa en el siglo XX.

En Cataluña (y también en el País Valenciano), son diversas las comunidades ucranianas de cristianos, tanto ortodoxos como greco-católicos, sobre todo en Guissona y también en Cervera, Sant Joan de Vilatorrada, Barcelona y Solsona. Unas comunidades cristianas que sufren por sus familiares que se encuentran en Ucrania y por la angustia de no saber dónde caerá el próximo misil. Y también sufren por el más de medio millón de ucranianos (mujeres y niños) que han tenido que dejar su país, con colas para pasar la frontera de hasta seis horas. Cabe destacar la solicitud de mossèn Ramon Balagué, de Guissona y del arzobispo Joan Enric Vives, apoyando y acogiendo a los ucranianos que viven entre nosotros.  

El drama de la guerra (de todas las guerras) entre hermanos, y más aún entre los cristianos, es que (como ha dicho alguien), los soldados que combaten, que ni se conocen ni se odian, acaban matándose en el frente. Por el contrario, los dirigentes de los pueblos (en este caso, Putin) que sí que se conocen y sí que se odian, no se matan entre ellos. De toda manera, la guerra entre Ucrania y Rusia, no es propiamente una guerra, sino una abominable invasión terrorista por parte de Putin, debido a sus ansias imperialistas y expansionistas del presidente ruso.  

Pero lo más lamentable (y vergonzoso), es que el patriarca ortodoxo ruso, Cirilo, en vez de pedir (como ha hecho el papa Francisco) que se acabe esta agresión e invasión contra Ucrania, justifique la guerra propiciada por Putin contra los ucranianos, una invasión del todo injustificable.   

Kirill

Si las Iglesias (y sus dirigentes) no son signos de paz (como no lo es en este caso el patriarca Cirilo) y no trabajan por construir un mundo más harmónico y más fraterno, estas Iglesia (y estos dirigentes), no tienen ningún sentido. Y si el máximo dirigente de la Iglesia Ortodoxa rusa, no solo no pide a Putin que se pare la guerra sino que la justifica, este patriarca está prostituyendo la religión y convirtiéndose en un escándalo ante el mundo

Y es que como dice el poeta valenciano Marc Granell:


“La guerra és inútil, 

mai no apanya res, 

la guerra és tan sols 

la forma cruel 

que té d’augmentar qui mana, 

el poder.

Els pobles no hi guanyen 

jamai res de res.

Encara que hi vencen, 

sempre ixen perdent”.

Ucrania no nos es indiferente
Ucrania no nos es indiferente

Primero, Religión Digital
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