"Si Dios no lo evita, el valenciano seguirá condenado a muerte en la Iglesia de Valencia" Quinielas episcopales y la sucesión de Cañizares

Quinielas episcopales
Quinielas episcopales

"Son quinielas o rumores, porque la decisión final para nombrar un nuevo obispo sólo la tiene el papa Francisco, a partir de los informes elaborados por el nuncio de cada país y la Congregación para los Obispos, de la cual forma parte el cardenal Joan Josep Omella"

"Sólo son quinielas. Pero el periodista de Religión Digital, Jesús Bastante (21 de junio de 2022), se atreve a hacer su quiniela para la diócesis de València, donde el cardenal Cañizares presentó su renuncia en octubre de 2020"

"Los nombres que suenan para sustituir al cardenal Cañizares, según Religión Digital, son el del obispo de Barbastro-Monzón, el aragonés Ángel Pérez Pueyo; el andaluz José Cobo, auxiliar del cardenal de Madrid, Carlos Osoro y todavía el actual arzobispo de Oviedo, el madrileño Jesús Sanz. Ninguno de ellos valenciano, ni catalán o balear"

"Ya veremos cómo queda la quiniela episcopal de Jesús Bastante para la diócesis de València, pero lo que más me gustaría sería equivocarme en eso que he dicho y que tuviésemos como sucesor del cardenal Cañizares, un obispo que asumiera nuestra lengua y nuestra cultura. Amén"

Son eso: solo quinielas o rumores, porque la decisión final para nombrar un nuevo obispo sólo la tiene el papa Francisco, a partir de los informes elaborados por el nuncio de cada país y la Congregación para los Obispos, de la cual forma parte el cardenal Joan Josep Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Y es que de la misma manera que las encuestas sólo son encuestes, las quinielas episcopales solo son encuestas episcopales.

Cabe recordar que de los cuatro obispos titulares del País Valenciano, el más joven es el vasco José Ignacio Munilla, obispo de Oriola-Alacant, y que hasta ahora, después de cinco meses en su nueva diócesis, no ha mostrado ninguna sensibilidad por el valenciano, aunque en Donostia utilizaba con normalidad el eusquera en la liturgia. Con 60 años de edad, al obispo Munilla, nacido en San Sebastián, le quedan quince años hasta, su renuncia, a los 75 años.

Cardenal Cañizares
Cardenal Cañizares

Con 63 años tenemos el obispo de Tortosa, Enric Benavent, hijo de Quatretonda, con nueve años en la diócesis que compartimos catalanes y valencianos y el único de los cuatro obispos valencianos sensible a la lengua de nuestro país.

El tercero de los obispos valencianos es el de Sogorb-Castelló, Casimiro López, con 71 años, nacido en Burgo de Osma y que a lo largo de los dieciséis años que lleva en Sogorb-Castelló, tampoco ha mostrado nunca ninguna sensibilidad por el valenciano.

Finalmente, el obispo de más edad, con 76 años largos, es el cardenal Cañizares, que tampoco utiliza el valenciano, ni lo promueveen el Seminario y que lleva casi ocho años en la diócesis de València.

Por lo que se refiere a los auxiliares de València, la única diócesis del País Valenciano con auxiliares, el arzobispo Cañizares tiene a los obispos, Javier Salinas, nacido en València en 1948, que fue obispo de Tortosa (1998-2013) y de Mallorca (2013-2016), y en la actualidad es auxiliar de València desde el 2016. Otro auxiliar es Vicente Juan, de Tavernes de la Valldigna, con 66 años, que fue obispo de Eivissa (2005-2020) y auxiliar de València desde el 2020. Finalmente, el último de los auxiliares del cardenal Cañizares es, desde el 2016, Arturo Ros, de Vinalesa, con 58 años.

En los últimos setenta años, entre los obispos de Oriola-Alacant, y hasta el obispo Jesús Murgui, sólo Pablo Barrachina (1954-1989) era valenciano, de Xèrica, zona castellanoparlante del país y totalmente opuesto a la lengua de San Vicent Ferrer. Posteriormente hubo en la diócesis más meridional del País Valenciano, Francisco Álvarez (1989-1995), después, Victorio Oliver (1996-2005) y Rafael Palmero (2006-2012). El 2012 fue nombrado obispo, el valenciano Jesús Murgui (2012-2022) y desde principio de año, el donostiarra José Ignacio Munilla.

De entre los arzobispos que ha tenido la diócesis de València, ninguno de ellos ha tenido nunca la mínima sensibilidad por el valenciano: Marcelino Olaechea (1946-1966), el auxiliar Rafael González Moralejo, que rigió la diócesis de 1966 a 1969; José Mª García Lahiguera (1969-1978); Miguel Roca (1978-1992); Agustín García Gasco (1992-2008); Carlos Osoro (2008-2014) y finalmente Antonio Cañizares, desde el 2014. Ninguno de ellos, y es muy triste decirlo, ha hablado en valenciano de una manera habitual, a pesar de las promesas por aprender la lengua de San Vicent Ferrer.

Cardenal Cañizares besando la Senyera
Cardenal Cañizares besando la Senyera

De entre los obispos de Sogorb-Castelló, tuvimos la suerte de contar con los obispos Josep Pont (1951-1970) y Josep Mª Cases (1971-1996), que, con valentía, introdujeron nuestra lengua en la liturgia. Aunque después, el obispo Juan Antonio Reig (1996-2005), que es de la ciudad valenciana de Cocentaina, discriminó el valenciano y echó por tierra el trabajo de los obispos Pont i Cases, como ha afirmado Avel·lí Flors, de la asociación, “Pentecosta”.

Finalmente, de entre los obispos de Tortosa (la mejor diócesis en relación a la normalización de la lengua en la Iglesia), tanto el valenciano Ricard Mª Carles (1969-1990), como el catalán Lluís Martínez Sistach (1991-1997), otro valenciano, Javier Salinas (en su tiempo en esta diócesis de 1998 a 2013) o el valenciano Enric Benavent, han hecho de nuestra lengua una herramienta pastoral.

Vuelvo a insistir que las quinielas sólo son quinielas. Pero el periodista de Religión Digital, Jesús Bastante (21 de junio de 2022), se atreve a hacer su quiniela para la diócesis de València, donde el cardenal Cañizares presentó su renuncia en octubre de 2020. Según Bastante, habrá cambio de arzobispo este agosto, en la segunda diócesis por el número de habitantes del estado, aunque, como recoge también Bastante en su artículo, los más próximos al arzobispo Cañizares dicen que el cardenal no se jubilará antes de abril de 2023.

Los nombres que suenan para sustituir al cardenal Cañizares en la diócesis de València, según Religión Digital, son el del obispo de Barbastro-Monzón, el aragonés Ángel Pérez Pueyo; el andaluz José Cobo, auxiliar del cardenal de Madrid, Carlos Osoro y todavía el actual arzobispo de Oviedo, el madrileño Jesús Sanz. Ninguno de ellos valenciano, ni catalán o balear.

Lo más curioso de todo, es que los obispos valencianos que son enviados a otras diócesis, enseguida se encarnan en la diócesis que sirven, tanto si son destinados a Cataluña, (como es el caso de los obispos de Tortosa, Solsona, Sant Feliu y Lleida), a Alcalá de Henares o a Málaga. Pero curiosamente, los obispos enviados al País Valenciano, como queda comprobado, no se encarnan en la cultura de nuestro país, continúan hablando sólo en castellano y celebrando la liturgia sólo en castellano, como si el valenciano no existiera ni a Castelló de la Ribera, Elx, Borriana, l’Alcúdia, Benissa, Onda o en l’Olleria.

Qué diferencia tan grandeentre los obispos actuales y el obispo Pont i Gol, que se encarnó plenamente en la diócesis de Sogorb-Castelló y que al dejarla, para ir a servir a la archidiócesis de Tarragona, recordaba con pasión su primera diócesis: “Cosas, lugares y gente que yo he amado y aún llevo en el corazón, como la fiesta de la Magdalena, el tercer domingo de Cuaresma, con la caña en la mano y enseñas verdes por todas partes”.

Si hace más de 50 años, más de 20000 valencianos pidieron la introducción de nuestra lengua en la liturgia y en la catequesis, ahora aún estamos igual: con nuestra lengua prohibida en la liturgia y en los estudios en los Seminarios.

Hace un año, el Grup Cristià dels Dissabtes también va recogió firmas que han llegado a nunciatura, pidiendo la presencia del valenciano en la liturgia. Pero tres de los cuatro obispos titulares del País Valenciano, continúan haciéndose el sordo a la necesidad de inculturar a la Iglesia en nuestro país y prohibiendo el valenciano en los templos. De esta manera contribuyen a agravar, más aún, la emergencia lingüística que padecemos los valencianos desde hace siglos.

En Cataluña y en las Islas Baleares la situación del catalán en la Iglesia es mucho mejor que en el País Valenciano. A pesar de ello, el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, hace unos días denunciaba que el catalán aún es una lengua “débil”en el ámbito eclesial. Por eso el arzobispo Planellas decía: “Hemos de querer que el catalán sea en nuestro ámbito eclesial porque es nuestra lengua, la de mis padres, tenemos derecho y nos protege la Constitución” (Avui, 19 de junio de 2022). Y si la legua es débil en la Iglesia de Cataluña, en el País Valenciano nuestra lengua se encuentra condenada a muertepor parte de nuestros obispos. Y a pesar que los obispos valencianos defienden con uñas y dientes la Constitución (sobre todo por lo se refiere a la unidad de España), olvidan que el texto constitucional defiende las lenguas cooficiales, aunque los obispos de València, Sogorb-Castelló y Oriola-Alacant, marginan y arrinconan el valenciano.

Por cierto: si en las diócesis con sede en Cataluña hay cuatro obispos valencianos, que han sintonizado perfectamente con la tierra que los ha acogido, ¿por qué no podemos tener los valencianos un obispo catalán o balear, que sí que se haría valenciano entre nosotros (y que no vería nuestra lengua como extraña), tal como lo hicieron los obispos Pont i Gol y Cases Deordal?

Ya veremos cómo queda la quiniela episcopal de Jesús Bastante para la diócesis de València, si acierta o no con la terna que propone. Pero si Dios no lo evita, continuaremos (después de la renuncia del arzobispo Cañizares), con obispos que en la diócesis de València continuaran despreciando el valenciano, como lo hacen también los obispos de Oriola-Alacant y el de Sogorb-Castelló. Pero lo que más me gustaría sería equivocarme en eso que he dicho y que tuviésemos como sucesor del cardenal Cañizares, un obispo que asumiera nuestra lengua y nuestra cultura. Amén.

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