"La profesión temporal de Josep Antoni Díaz, una nueva manera de vivir, de ser y de hacer" Trenzar una historia de amor y de vida

Josep Antoni Díaz-Pavón
Josep Antoni Díaz-Pavón

"Éste es el deseo del monje que se da a Dios. Éste es el objetivo de los que en los monasterios nos consagramos a Dios. Es precisamente ésta la actitud y el anhelo del hermano Josep Antoni Díaz, que el pasado 3 de septiembre, en la fiesta de San Gregorio Magno, hizo la profesión temporal en Montserrat"

"El monje, como el nuevo profeso temporal, Josep Antoni Díaz, es aquel que, con un corazón y una mente abierta a toda la humanidad, intenta que su vida y su oración sean un servicio y un ministerio a favor de nuestro mundo"

"Iluminado por la luz nueva de Pascua, el monje, como Josep Antoni Díaz, ha de aprender a ser humilde, acogedor. Ha de saber descubrir en la creación, en cada acontecimiento y en cada persona, el amor inmenso del Dios

"La profesión temporal de Josep Antoni Díaz, muestra a nuestro mundo que hay una nueva manera de vivir, una nueva manera de hacer y de ser, no basada en el poder o en el dominio de los otros, en el consumismo, en la mediocridad o en las mentiras"

Éste es el deseo del monje que se da a Dios. Éste es el objetivo de los que en los monasterios nos consagramos a Dios. Ésta es la actitud de aquel que, en el seguimiento de Jesús, en el silencio del claustro, quiere hacer de la propia vida, entrelazada con la del Maestro, una historia de amor. Es precisamente ésta la actitud y el anhelo del hermano Josep Antoni Díaz, que el pasado 3 de septiembre, en la fiesta de San Gregorio Magno, hizo la profesión temporal en Montserrat.

El monje es aquel que, reconociendo la propia debilidad y fragilidad, sabe confiar en el Dios que lo ha llamado a adentrarse en el camino de la vida monástica, para recibir de Cristo aquella alegría que llena su corazón, ya que se sabe amado por Dios. Y es que el amor, y solo el amor, está en el origen de la vida monástica, como un camino, como una aventura, como un éxodo que hace que el monje, saliendo de sí mismo, camina, avanza y corre, en la escuela del servicio del Señor, al lado de los hermanos que Dios le da, y a los cuales ha de saber acoger, amar y servir.

El monje, como el nuevo profeso temporal, Josep Antoni Díaz, es aquel que, con un corazón y una mente abierta a toda la humanidad, intenta que su vida y su oración sean un servicio y un ministerio a favor de nuestro mundo. Guiado por el Espíritu Santo, el monje quiere ser testigo de fraternidad, artesano de comunión, sembrador de unidad, profeta de compasión, icono del amor Trinitario de Dios, servidor de la caridad y heraldo de esperanza. El monje, con su vida, que pone totalmente en manos de Dios, y a pesar de su propia pequeñez, es un hombre que sueña, porque se fía totalmente de aquel Dios que abre nuevos caminos allí donde aparentemente no había ninguna posibilidad de avanzar.

Tuve el gozo, como maestro de novicios, de acoger en el monasterio, en septiembre de 2018, al hoy nuevo profeso temporal, Josep Antoni Díaz, nacido en el País Valenciano, en la ciudad de Elda el 2 de noviembre de 1983. Después de sus estudios de primaria y bachillerato en su ciudad natal, Josep Antoni Díaz estudió magisterio en la Universidad Jaume I de Castelló de la Plana, psicopedagogía, en la Universidad de Alacant y periodismo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Y es por su deseo de aceptar la voluntad de Dios, que el 2017 llamó las puertas de Montserrat para ser monje. Después de un tiempo de discernimiento con el maestro de novicios, ingresó en el monasterio en septiembre de 2018.

Y es bajo la acción del Espíritu Santo, y con el anhelo de buscar siempre el rostro de Dios, el monje se esfuerza por ser testigo del Reino en el silencio y en la oración, en la acogida y en el trabajo, en el estudio y en la lectio, rumiada y masticada, que va alimentando la propia vocación.

El monje es aquel que aprende cada día, a hacer suya, y a mostrar a los demás, la ternura de un Dios que es Padre. El monje es aquel que sabe mirar la creación con ojos alegres, limpios y confiados, como los de un niño, ya que sabe que nuestro mundo está como acunado por el amor de Dios. El monje también aprende a vivir, en la escuela del servicio del Señor, desde la libertad, que siempre es fruto de la misericordia. El monje sabe que la su vida, llena de la belleza de lo que es sencillo, ha de ser espejo de generosidad y de entrega.

Josep Antoni Díaz y el maestro de novicios
Josep Antoni Díaz y el maestro de novicios

Iluminado por la luz nueva de Pascua, el monje, como Josep Antoni Díaz, ha de aprender a ser humilde como las plantas del bosque, pequeñas y sencillas, y a la vez, llenas de fragancia y de belleza. El monje ha de saber ser un hombre acogedor como la sombra de un pinar o como el agua fresca que se ofrece generosamente a los caminantes cansados. El monje, configurándose a Cristo, ha de saber descubrir en la creación, en cada acontecimiento y en cada persona, el amor inmenso del Dios del consuelo y de la alegría, del Dios que no se cansa nunca de amar, del Dios que nos sostiene en nuestra debilidad y en nuestra tribulación, del Dios que abre nuevos horizontes y nuevas esperanzas.

La profesión temporal de Josep Antoni Díaz, muestra a nuestro mundo que hay una nueva manera de vivir, una nueva manera de hacer y de ser, no basada en el poder o en el dominio de los otros, en el consumismo, en la mediocridad o en las mentiras. Por eso este nuevo profeso temporal que se ha consagrado a Dios como monje de Montserrat, sensible al sufrimiento y a la alegrías de los hermanos, con su opción de vida, nos ayuda a hacer de nuestra comunidad un espacio vivo, abierto y pascual, confiado y pacífico, invadido por el gozo del Espíritu, para así trenzar una historia de amor y de vida.

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