Joel Joan: "A la mierda el móvil" Un brujo autoritario

Incomunicación
Incomunicación

"Así definía el escritor Josep Mª Espinàs uno de los artilugios que más utilizamos: el teléfono"

"Lo he recordado porque en las dos sesiones de investidura del candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, he visto a muchos diputados más pendientes del móvil que de las palabras del candidato"

"Pero lo mismo pasa en les sesiones del Congreso de los Diputados, donde sus señorías (ministros incluidos) están más pendientes del móvil que de las propuestas que se presentan en la cámara"

"Ojalá el Señor nos ayude a vivir más atentos y más solícitos a Él y a los hermanos y a ser menos esclavos del móvil"

Así definía el escritor Josep Mª Espinàs uno de los artilugios que más utilizamos: el teléfono. Nos lo recordaba ahora hace un año (Regió 7, 10 de mayo de 2020), el artículo: “De la coacció a l’emoció”, de Jordi Estrada: “En cierta ocasión, el escritor y articulista Josep Mª Espinàs escribió que no era un entusiasta del teléfono: Nos coacciona. Es un pequeño pero impertinente brujo autoritario que no hemos aprendido a tener a raya”.

En otro artículo, “Els mòbils que han matat els telèfons” (El Periódico, 10 de enero de 2020), el señor Espinàs evocaba las cabinas telefónicas que casi han desaparecido de nuestras calles, debido a la proliferación de los móviles.

He recordado las palabras de Josep Mª Espinàs sobre este “brujo autoritario”, cuando en las dos sesiones de investidura del candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, he visto a muchos diputados (tanto de la oposición como del gobierno) más pendientes del móvil que de las palabras del candidato. Pero lo mismo pasa en les sesiones del Congreso de los Diputados, donde sus señorías (ministros incluidos) están más pendientes del móvil que de las propuestas que se presentan en la cámara.

Diputats que no poden viure sense el mòbil
Diputats que no poden viure sense el mòbil

Hace cincuenta años, sin móviles, no podíamos hablar con una persona, si estábamos en el campo, si viajábamos en tren o si disfrutábamos de la playa. Y ahora con este “compañero” inseparable, podemos comunicarnos allá donde estemos. Y como todo, un buen uso del móvil conlleva muchas ventajas. Lo que ya es más preocupante es cuando no lo mantenemos a raya y el uso del móvil se transforma en abuso, consultándolo en la mesa, durante las comidas, en clase, en la cama, conduciendo o en el trabajo, hasta el punto que a menudo nos aísla de los que nos rodean. A menudo los monjes oímos el sonido del móvil, mientras celebramos la Eucaristía o rezamos Vísperas. Y es que ni en la iglesia la gente puede desconectarse de este “brujo autoritario”.

Por eso durante el discurso del Sr. Pere Aragonès, muchos diputados estaban más pendientes de los móviles que de las palabras del candidato. Y si los diputados constantemente están consultando el móvil, ¿cómo podemos pedir a los jóvenes que no lo utilicen mientras comen o están en clase?

Según un estudio, casi el 90% de los jóvenes de entre 18 y 24 años tienen un móvil inteligente y lo miran una media de 72 veces al día. Según este mismo estudio, la franja de entre 35 y 44 años consultan el móvil 44 veces cada día. En cambio, los que tienen entre 45 y 54 años lo hacen 32 veces y a partir de 65 años las consultas caen hasta llegar a las 20 diarias.

Ignorar al otro por el móvil
Ignorar al otro por el móvil

Otro dato significativo de este estudio es que cuando los jóvenes se levantan, un 58% no tarda ni 5 minutos a consultar el móvil y media hora después de haberse levantado de la cama, casi 9 de cada 10 ya se ha conectado. Y es que el móvil nos indica la hora, hacemos WahatsApps, miramos el facebook, youtube, el correo electrónico, las noticias del día, el tiempo que hará o hacemos fotos.

Es tan adictivo, que un 55% de las persones lo utiliza en el trabajo, un 38% en el coche, un 53% en el transporte público, un 62% en la cama y un 45% en el baño. Y cuesta tanto apagarlo, que a menudo estamos más pendientes del móvil que de las personas y del paisaje que nos rodea. Y eso hace que, por culpa del móvil, se distorsionen las relaciones personales y sociales, además de ocasionar múltiples accidentes de circulación.

También en los monasterios ha entrado el móvil, que en caso de ser necesario, no conlleva ningún problema. Comprendo que el abad, el prior, el enfermero o el ecónomo necesiten el móvil. El problema surge cuando el móvil se convierte en una escapatoria o un subterfugio para evadirse o bien para “llenar” el tiempo. En ese caso no utlilizamos el móvil sino que es el móvil el que nos utiliza.

La desesperación por el móvil
La desesperación por el móvil

Durante los años que fui maestro de novicios, el móvil era una de las renuncias que presentaba a los candidatos. Pero estaban tan acostumbrados al móvil, que sin él, creían que no podían vivir. Y eso que a la celda tenían un teléfono fijo. Pero para ellos el móvil era como la propia piel.

Reconozco que no tuve demasiado éxito en las conversaciones con los postulantes, para que antes de entrar en el monasterio renunciaran al móvil. Daban mil excusas para no haber de desprenderse de él: que si lo necesitaban para el estudio, que si recibían las notificaciones del médico de sus madres… Al menos les pedía que fuesen “discretos”, es decir, que no estuviesen demasiado enganchados, ni fuesen dependientes de este “brujo autoritario”. Entre otras cosas porque para hablar con Dios, no hace falta ningún móvil.

Solo uno de los postulantes me entregó su móvil, renunciando a depender de él. Y eso que era un chico italiano. A pesar de hacerles ver que se llama móvil por el hecho que está concebido para cuando tenemos necesidad de salir del monasterio, les era difícil entenderlo. Les decía que si estábamos en el monasterio y tenemos un fijo en la celda, no necesitábamos (porque no nos movíamos) tener un móvil. Pero no lo entendían.

La soledad que nos llega con los móviles
La soledad que nos llega con los móviles

Como decía Zygmunt Bauman, “los móviles ayudan a estar conectados a los que están lejos”. Pero Bauman añadía también, que “los móviles permiten a los que se conectan, mantenerse a distancia”. Y por eso este pensador afirmaba que “una persona nunca pierde de vista su móvil”, ni tan solo cuando hace deporte, ya que “su ropa deportiva tiene un bolsillo especial para ponerlo”. De tal manera que “salir a correr con este bolsillo vacio, sería como ir descalzo”, como pensaban los postulantes que tuve.

Cuando estaba terminando este artículo he conocido el tuit del 4 de abril (muy sensato) del actor Joel Joan, que el 4 de abril escribía: “Os hago saber que el Twitter, l’Insta, el Wahtsap, el tik tok, el telegram y tantas y tantas aplicaciones que no conozco, nos están convirtiendo en addictos a los smartphones. Creemos ser nosotros los dueños del aparato y es él el dueño de nuestro tiempo, emociones y esperanzas. Ya no tenemos minutos de silencio, conversaciones que nos hagan volar un poco, todo es actualidad, juegos, vanidad, narcisismo i aislamiento. Aunque nos creemos más sociales porque tenemos más seguidores en la red, lo que estamos es más solos. Sin nuestro móvil no somos nada. Yo ya tengo bastante. Estoy cansado de tanta frivolidad, insultos, de hacer ver que somos quien no somos. De deprimirme constantemente por nuestros “políticos” y no políticos. De no hacer la revolución necesaria porque “yo ya lo he dicho a mi Insta, Twitter y el sumsumcorda”. De solo vivir de la pantallita y por mi ego. No quiero ser esclavo de nadie. A la mierda el móvil”.

Aislados por el móvil
Aislados por el móvil

Es evidente que los diputados que, compulsivamente, no paraban de mirar su móvil, parecía que no tuviesen ningún interés por las palabras que les dirigía el Sr. Aragonès, ya que con su actitud demostraban que el discurso del candidato, no les importaba nada. A no ser que estuviesen siguiendo las palabras del candidato por medio de este “brujo autoritario”. Que todo podría ser.

Ojalá el Señor nos ayude a vivir más atentos y más solícitos a Él y a los hermanos y a ser menos esclavos del móvil.

Atados por el móvil
Atados por el móvil

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