Prohibir su tañido es como prohibir el canto del gallo ¿Han de enmudecer las campanas?

Campanas de Banyoles
Campanas de Banyoles

"Encuentro fuera de lugar que alguien diga que el sonido de las campanas por las noches, tan tradicional en nuestra tierra, pueda prohibirse porque son molestas, como si se tratase de un ruido infernal, cuando desde siempre han acompañado la vida de los ciudadanos, anunciando la fiesta y el duelo"

"Creo que antes, mucho antes, de prohibir el tañido de las campanas, se habría de prohibir el ruido de las motos o de los que sin ninguna consideración por los vecinos, van gritando en los botellones por las calles a las 2 de la madrugada"

No es la primera vez que aparece como noticia el tañido de las campanas. O mejor dicho: la prohibición de tocar las campanas durante la noche. Hace unos años fue en la ciudad de València, concretamente en la parroquia de San Nicolás y también en la de los Santos Juanes y en la iglesia de los Escolapios, pero ha habido otros casos.

También hace unos años se dio la misma polémica en la ciudad de Girona, por el repique de las campanas de su catedral. Y es que los propietarios de un hotel, cerca de la seo, se quejaron porque a los clientes les molestaba el repique de las campanas durante las horas de descanso. Afortunadamente el Ayuntamiento de Girona, en abril del 2016, defendió la protección del toque de las campanas como Bien de Interés Local.

Ahora le ha tocado a la ciudad catalana de Banyoles, concretamente a la iglesia de Santa María dels Turers. Y es que los clientes (otra vez) de unos apartamentos turísticos, han protestado por el tañer de las campanas.

Campanas de Banyoles

Encuentro fuera de lugar que alguien diga que el sonido de las campanas por las noches, tan tradicional en nuestra tierra, pueda prohibirse porque son molestas, como si se tratase de un ruido infernal, cuando desde siempre han acompañado la vida de los ciudadanos, anunciando la fiesta y el duelo (si el muerto era un hombre, una mujer o un niño) avisando del peligro del fuego, el toque de somatén o bien alertando de cualquier otra situación. Hace falta recordar que entre otros, había los tradicionales toques de bautismo, de misa del alba o de completas.

Llegar a prohibir el repique de las campanas, con un argumento tan poco consistente como es la contaminación acústica, es tan irracional como prohibir el canto del gallo en las alquerías o en las casas de campo. Y eso no es ninguna fantasía. Ha sido noticia también, que gente que ha ido a pasar un fin de semana a una casa rural, se ha quejado por el canto del gallo, porqué le despertaba o del mugido de las vacas. Incluso ha habido alguien (no me lo invento) que ha protestado por el olor de las vacas o de los cerdos, natural por otra parte, que se da en el entorno rural.

Torre campanario de  la Iglesia de Santa Catalina. Valencia.
Torre campanario de la Iglesia de Santa Catalina. Valencia.

Creo que es un despropósito que se llegue a prohibir el sonido de las campanas, ahora que en algunos pueblos valencianos se ha recuperado su toque manual. Y es que las campanas, que anuncian diversos acontecimientos, religiosos pero también civiles, forman parte de nuestra cultura y de nuestras tradiciones, que una sociedad normal y culta habría de preservar y de transmitir a las generaciones futuras.

Consideraría normal que se prohibiesen las campanas si el volteo tuviese lugar a las 12 de la noche o a las 3 de la madrugada. Pero que toquen las campanas a las 8 de la mañana, para anunciar la misa matutina, o en el ángelus, a las 12 del mediodía, o el toque de difuntos a las 4 de la tarde para convocar un entierro, lo considero normal y nada molesto. O incluso el toque de las horas y de los cuartos, siempre y cuando no sea un toque estridente.

¿Alguien prohibiría la traca a la salida de una boda, o el castillo de fuegos artificiales al final de la procesión? ¿Alguien cortaría el paseo de la Castellana porque el tráfico molesta a sus vecinos? Creo que antes, mucho antes, de prohibir el tañido de las campanas, se habría de prohibir el ruido de las motos o de los que sin ninguna consideración por los vecinos, van gritando en los botellones por las calles a las 2 de la madrugada. 

Como decía Francesc Llop, de la Associació de Campaners, (Levante 30 de enero de 2017), hace falta un diálogo que haga posible el merecido descanso de los ciudadanos y a la vez, la protección de nuestro Patrimonio.

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