La vivienda y la unidad d España ¿Por qué los que defienden la Constitución en la Plaza de Colón se olvidan del artículo 47?

Durmiendo en la calle
Durmiendo en la calle

"El pasado día 14 en Barcelona, un hombre de 58 años se suicidó lanzándose por el patio de luces cuando iba a ser desahuciado"

"Recibía ayuda de Cáritas, llevaba tres años en paro y un informe de vulnerabilidad intentaba frenar el deshaucio"

"Hace unos días, en la concentración en la plaza de Colón de Madrid, los participantes en este acto defendían con uñas y dientes "la indisoluble unidad de la Nación española, patria comuna e indivisible de todos los españoles"

"Pero la gente no vive ni come de la unidad de España, pero sí que necesita una vivienda para poder vivir dignamente. Si se defendiera con igual interés el artículo 47 de la Constitución, el hombre de Bracelona no se habría suicidado"

El pasado día 14 en Barcelona, un hombre de 58 años se suicidó lanzándose por el patio de luces cuando iba a ser desahuciado. Este hombre, que recibía ayuda de Cáritas, hacía tres años que estaba en paro y no pagaba el alquiler del piso donde vivía desde junio de 2020. Debido a su situación precaria, los Servicios Sociales del ayuntamiento de Barcelona habían hecho un informe de vulnerabilidad para de esa manera evitar que fuese desahuciado, pero la justicia lo rechazó.

Hace unos días, en la concentración en la plaza de Colón de Madrid, los participantes en este acto defendían con uñas y dientes “la indisoluble unidad de la Nación española, patria comuna e indivisible de todos los españoles”, como afirma el artículo 2 de la Constitución. Pero los que defienden la unidad de España, siempre se olvidan de defender el artículo 47, también de la Constitución, que proclama que “todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada” y por eso “los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”.

¿Porqué los que defienden el artículo 2 de la Constitución, no defienden también (y todavía más) el artículo 47? Cabe recordar que la gente no vive ni come de la unidad de España, pero sí que necesita una vivienda para poder vivir dignamente. Si los que defienden la unidad de España defendiesen también el derecho a una vivienda digna, el hombre que se ha suicidado en Barcelona, todavía estaría vivo.

En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, el papa Francisco nos recuerda que las personas más vulnerables no necesitan solo limosnas, sino también justicia. Como necesitaba justicia el hombre que se suicidó cuando la comitiva judicial fue a desahuciarlo.

En 2014, el papa dirigió estas palabras a los participantes en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares: “¡Ninguna familia sin vivienda! ¡Ningún labrador sin tierra! ¡Ningún trabajador sin sus derechos! Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados”.

Y el papa afirmó también que “la solidaridad es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, es afrontar los destructores efectos del imperio del dinero”. El papa se dirigía a los participantes en este Encuentro Mundial de Movimientos Populares así: “Ustedes tienen los pies en el barro y las manos en la carne. Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades. Es posible que su grito incomode porque seguramente se tiene miedo al cambio”.

El libro del papa
El libro del papa

Como nos recuerda el papa en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, “a causa de la pandemia algunas personas están sufriendo gravísimas consecuencias, de manera que los más vulnerables están privados de los bienes de primera necesidad”, como el hombre que se ha suicidado en Barcelona. Por eso el papa ha denunciado “un estilo de vida individualista, cómplice en la generación de pobreza”.

Para los cristianos todos los artículos de la “Carta Magna” no tienen el mismo valor. Por eso, muy por encima del artículo 2 de la Constitución, los discípulos de Jesús hemos de defender el artículo 47. Y es que Jesús no habló nunca de la unidad de España (ni este concepto queda recogido en el Credo), pero la solicitud que hemos de tener por los pobres y por los que sufren (Mt 25), constituye el núcleo central del Reino de Dios. Por eso si no reconocemos y ayudamos a los pobres, si no hacemos justicia a los pobres para que puedan salir de la pobreza, por más banderas españolas (o catalanas) que enarbolemos, no somos discípulos de Jesús.

Como dice el papa en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que celebraremos el domingo 14 de noviembre, “los creyentes cuando quieren ver a Jesús en persona, saben a dónde dirigirse: a los pobres”, que “representan su persona y remiten a él”. Por eso, como dice el papa, “los que no reconocen a los pobres, traicionan la enseñanza de Jesús y no pueden ser sus discípulos”.

Els pobres han d'estar al centre de l'Església
Els pobres han d'estar al centre de l'Església

Por otra parte, cuando existen tantos pisos vacios, propiedad de los bancos, es una inmoralidad y una vergüenza que las personas vulnerables sean desahuciadas y se queden en la calle.

Hace unos días (Catalunya Cristiana, 13 de junio de 2021), el arzobispo Santiago Agrelo decía: “Si hemos de luchar, y hemos de luchar, no es per defender cruces de madera, sino para que no haya crucificados...y si eso os parece una utopía indigna de ser tomada en consideración, entonces luchemos al menos para que nosotros no crucifiquemos a nadie”.

Y es que a menudo, como dice el arzobispo Agrelo, “nos hemos inventado un cristianismo sin compromiso ni pasión por los pobres, un Evangelio que sirve para salvarnos a nosotros. Puede ser que escandalice a algunos, pero lo que me interesa es que los pobres tengan justicia sobre la faz de la tierra”. El arzobispo Agrelo continuaba así sus declaraciones: “El día que me presente delante de Dios, no me preguntará si tenía muchas o pocas ganas de ir al cielo, me preguntará si di comida al que tenía hambre, o bebida al que tenía sed, y si procuré un abrigo al que tenía frio”.

Hablando de los inmigrantes que hace unas semanas llegaron a Ceuta (unas palabras que también pueden ser aplicadas a las familias que son desahuciadas), el arzobispo Agrelo decía: “Si pienso en el abrazo de la cooperante de la Cruz Roja al joven que continua braceando contra la angustia, pienso en la ternura de Dios con sus hijos, en el amor de Dios a sus hijos, en el abrazo de Dios a su hijos, en la bondad de Dios a sus hijos. Quien haya ensuciado aquel abrazo”, refiriéndose a los que lo criticaron, “ha ensuciado a Dios”.

Como muy acertadamente decía la Sra. Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas, es necesario que “esta crisis no sea una excusa para dejar de lado a millones de personas, condenadas al hambre y a la pobreza” (Religión Digital, 16 de junio de 2021).

Por eso habríamos de recordar a los que defienden la Constitución (y curiosamente se olvidan siempre del artículo 47), que no solo han de defender el artículo 2, sobre la unidad de España y el 56, sobre la monarquía (con un rey irresponsable, porque “no está sujeto a responsabilidad” 56,3), sino que han de defender (y todavía más), el derecho de todos los españoles a una vivienda digna. Porque repito: la gente que pasa necesidad no vive de la unidad de España y del rey (el rey sí que vive de los ciudadanos), sino que necesita un techo para vivir con dignidad.

Els pobres han de ser rescatats
Els pobres han de ser rescatats

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