Un amable comentarista nos pregunta quien es Don Silverio Nieto a quien ya da como arzobispo castrense. Y añade que es amigo del actual ministro de Defensa, Alonso. Que sin duda es recomendación muy a tener en cuenta. Porque es el único obispado que requiere consenso ente la Iglesia y el Estado. Lo que queda del viejo derecho de presentación.

Ya habíamos anticipado desde estas mismas páginas este nombre entre los candidatos al arzobispado castrense. Y otro no menos amable comentarista se hace eco de la pregunta del anterior informándonos de la estrecha amistad del sacerdote con el cardenal de Toledo. Pues ya tiene dos importantísimos valedores. Por lo que lo que era sólo un rumor va adquiriendo más consistencia.

Pues, ¿quien es Don Silverio Nieto Núñez? Un personaje curiosísimo. Nacido en Almendralejo, debe contar 59 ó 60 años de edad, y tiene a sus espaldas una historia verdaderamente peculiar. Podríamos decir que insólita en un sacerdote.

Fue oficial de la Marina Mercante, inspector de Policía, profesor de Comillas, juez por oposición y magistrado. Vocación tardía, se ordenó a los 51 años en 1999.Parece ser que la amistad con el ministro le viene de esos años de magistrado.

En estos momentos es el responsable del Servicio jurídico civil de la Conferencia episcopal y seguramente pocos eclesiásticos habrá tan capacitados para el cargo como él.

Rumores de Ángeles nos decía en marzo de 2006 que entre los fontaneros de Añastro "brillan con especial fulgor Modesto Romero, Silverio Nieto y Juan Antonio Martínez Camino". Y añadía que eran también conocidos como "el trío talibán". Con lo que, dada la deriva de Rumores de Ángeles, cabe deducir que inclinaciones progresistas, ninguna. Achaca a los tres la decidida oposición eclesial a la LOE.

Fue también pieza capital en la resolución de devolver a la diócesis de Barbastro-Monzón los bienes que retiene la de Lérida.

Rumores de Ángeles decía también, refiriéndose al trío talibán, que "los tres aspiran a mitra y los tres se alinean con júbilo en el sector más conservador de la Iglesia".

No es normal que se nombre a un obispo con apenas ocho años de sacerdocio. Ni que un simple sacerdote pase directamente a arzobispo. Aunque esto último ha ocurrido recientemente con el tarraconense Pujol. Y Tarragona tiene mucha más entidad que el arzobispado castrense.

Si llega a confirmarse la noticia, que cada vez adquiere más verosimilidad, creo que ingresaría en el episcopado español un hombre serio, curtido por la vida, de firmes convicciones y que todo hace pensar sería un buen arzobispo castrense o por lo menos que desempeñaría dignamente ese cargo.