Crecer como personas

Fiesta de la Santísima Trinidad

En nuestro tiempo la subjetividad de las personas  ha pasado a primer plano. Quieren ser ellas mismas, consideradas, respetadas y celebradas por los demás.  El “yo” busca fundamentarse y crecer pensando por su cuenta, asegurando su bienestar social, llevando una vida placentera. Pero ve que todo eso no da la consistencia que anhela.

Según la fe o experiencia cristiana, ese misterio que llamamos Dios es comunión de personas distintas en comunión de amor. La confesión de esta fe o experiencia siempre ha excluido el triteísmo (tres dioses) o la subordinación entre las personas. Y es que, según   esa fe o experiencia fundamentada en  la conducta de Jesucristo,  la persona divina se constituye y es ella misma  siendo totalmente  relación de amor gratuito hacia el otro.  

Cuando hablamos de persona humana nos referimos a un sujeto que puede amar, o cerrarse egoístamente en sí mismo.  Pero si creemos que los humanos somos y nos perfeccionamos siendo imagen de Dios, debemos concluir: el  modo adecuado de ser y crecer como persona es  amar. Salir de nuestro egocentrismo, e ir gratuitamente con amor hacia el otro.  Ahí está la clave para realizarnos como personas   conviviendo desde el amor  en  la  pluralidad cada vez más ineludible.

Volver arriba