"Un signo para el nuevo año" Santa María, Madre de Dios

Santa María, Madre de Dios
Santa María, Madre de Dios

"El evangelista Lucas escribe para las comunidades cristianas pobres en el sur de Grecia: por eso destaca el amor misericordioso de Dios y la pobreza o apertura libre a ese amor"

"El signo que se les da es un niño indefenso cuidado por el amor de unos padres económicamente pobres: 'acostado en el pesebre'"

"Esta cultura del cuidado choca con la cultura de muerte que viene imponiendo la ideología del sistema donde lo prioritario es el dinero y no la dignidad de las personas. Esa ideología está generando la muerte de las mayorías empobrecidas"


Evangelio: Lc 2, 16-21:

Los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

1. El evangelista Lucas escribe para las comunidades cristianas pobres en el sur de Grecia: por eso destaca el amor misericordioso de Dios y la pobreza o apertura libre a ese amor. En ese marco presenta el ejemplo de los sencillos que confiadamente a esa presencia de amor: María, José y los pastores.

2. El nacimiento del Salvador se revela directamente no a los ricos de Jerusalén, a los altos políticos del imperio romano, ni a las autoridades religiosas judías que se creen muy seguros; cerrados en su “yo”, no perciben esa presencia gratuita de amor. Esa Presencia se manifiesta e inunda el corazón de los sencillos que no confían en los ídolos o falsos absolutos.

Cuando los pastores están en las tinieblas de la noche, irrumpe una luz que los llena de alegría y los pone en camino. El signo que se les da es un niño indefenso cuidado por el amor de unos padres económicamente pobres: “acostado en el pesebre”. Los pastores son los primeros evangelizadores – “dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño” - y gustaron la experiencia mística singular: “se volvieron glorificando y alabando a Dios”. María y José son también los creyentes, “pobres del Señor", que se abren a la buena noticia: “guardaban todas esas cosas y las meditaban en su corazón”.

3. La fiesta de Santa María Madre de Dios fue celebrada muy pronto en la Iglesia y hoy litúrgicamente se ubica  en el primer día del año. Una fecha muy oportuna cuando al mismo tiempo celebramos la Jornada Mundial de la paz. No abra paz, dice el papa Francisco, sin “la cultura del cuidado”.

Seguimos sufriendo el látigo del Covid 19 donde constatamos nuestra fragilidad y la necesidad de cuidarnos unos a otros, especialmente necesidad de cuidar a los más indefensos. Esta cultura del cuidado choca con la cultura de muerte que viene imponiendo la ideología del sistema donde lo prioritario es el dinero y no la dignidad de las personas. Esa ideología está generando la muerte de las mayorías empobrecidas. Y puede también inspirar una ley de la eutanasia que opta no por la vida sino por la muerte. Que la cultura del cuidado marque nuestra conducta en el año que hoy comenzamos

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