Apacienta -apacienta- mis ovejas

01. TENEMOS VIVA MEMORIA DEL PRIMADO.
En nuestra vida hemos conocido el pontificado de varios papas y todavía tenemos reciente el recuerdo de la muerte del papa Francisco y la elección del papa León. Tales acontecimientos nos sitúan de modo más vivo ante la cuestión del Primado romano.
Vayamos un poco más allá del frívolo y periodístico tratamiento que hacemos de estas cosas: que si el papa viste así, calza de tal manera, si vive aquí o allá, si es progresista o conservador…
02. ¿EL PAPA UN JEFE DE ESTADO O UN PASTOR DEL REBAÑO DE JESUCRISTO?
Hemos escuchado en el evangelio el texto en el que Jesús elige a Pedro, -la fe de Pedro- como roca de la Iglesia.
Al final del evangelio de San Juan y a las preguntas de Jesús a Pedro sobre si le amaba. Pedro, ¿me amas? Jesús le responde a Pedro: apaciente mis ovejas. Y en otro momento Jesús le dice a Pedro: confirma a tus hermanos en la fe, (Lc 22,32).
Por los recorridos históricos el obispo de Roma ha pasado a ser un jefe de estado, pero la misión de Pedro, del papa, es la de ser un buen pastor que apacienta la Iglesia y nos anima y confirma en la fe.
Jesús no pensó en un jefe de estado, en un jefe de gobierno, sino en un Pastor que apacienta y anima la fe del pueblo de Dios.
03. PEDRO.
En la época del NT y en los primeros momentos la iglesia iba naciendo y creciendo remontándose a varias tradiciones vinculadas a un lugar geográfico concreto, y referidas a la autoridad de determinados apóstoles.
La autoridad de estos apóstoles servía para legitimar una visión teológica, un modo eclesial. Así las tradiciones más importantes invocaban la autoridad de Pablo, Pedro, Tomás, Juan, Santiago, etc… Durante algunos años estas diversas tradiciones convivieron y se fecundaron unas a otras, pero:
con el tiempo la tradición más directamente vinculada a Pedro asimiló o desplazó, al menos en occidente, a las demás tradiciones apostólicas, convirtiéndose en la tradición hegemónica, frente otras corrientes, consideradas como heterodoxas, y que por esta razón han tenido menos influencia en la historia posterior de la Iglesia
GUIJARRO, S., en: Pedro en la Iglesia Primitiva, p 17.
El obispo de Roma fue pronto primado de los obispos, el Papa de la cristiandad. A lo largo de la historia, el ministerio del Papa ha sido responsable directo de los cristianos de la diócesis de Roma, catalizador de la comunión de las Iglesia locales, impulsor de la unidad ecuménica,
03. PEDRO Y LA UNIDAD DE LA IGLESIA.
La función del Sucesor de Pedro es el servicio de la unidad en la fe, que algo de eso es lo que le dijo Jesús a Pedro: apacienta, ayuda a tus hermanos en la fe.
Pablo VI fue muy consciente de la misión del papa de mantener la unidad de la Iglesia y se lamentaba cuando decía que -sin embargo- el papado es motivo de diferencias y enfrentamientos.
El ministerio de Pedro ha desembocado en -fórmulas siempre humanas- el Romano Pontífice que es para "confirmar a los hermanos en la fe" y para ayudar a hacer y vivir en unidad.
Por otra parte, mantener la unidad no es tarea fácil. El papa Francisco supo y sufrió mucho por esto y marchó de este mundo sin haber podido desplegar la diversidad, sin ver el pluralismo cristiano-eclesial, sin adaptar la Iglesia a las nuevas situaciones y problemas de la historia.
04. UNA PALABRA ECUMÉNICA
El papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires, era el delegado de ecumenismo en la Conferencia Episcopal argentina. Ya papa, Francisco dijo: tendremos mucho que aprender sobre el primado de las Iglesias ortodoxas.
Hoy la sede de Roma no puede esperar, en la pacífica
posesión de su autocomprensión tradicional, que las demás Iglesias lleguen a reconocer el poder dogmáticamente legítimo del Obispo de Roma. La sede de Pedro habrá de hacer grandes esfuerzos para llegar a un acuerdo en esta cuestión.
En defensa de esta postura hay que decir que no se puede justificar todas y cada una de las potestades de las que los papas se han hecho poseedores a lo largo de los siglos, no se puede justificar que estas potestades formen parte clara y necesariamente de la esencia dogmática del ministerio de Pedro. (Rahner, K.).
05. SAN PABLO
El 29 de junio celebramos la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Pero dicho esto, no es menos cierto que, al final, solamente es la fiesta de San Pedro. S Pablo queda en un segundo plano, si no olvidado.
Sin embargo S Pablo fue el que llevó el cristianismo adelante y quien extendió el cristianismo al mundo pagano tanto geográfica como culturalmente.
Posiblemente si no hubiese existido “un” S Pablo, el cristianismo habría terminado siendo una secta judía más.
San Pablo es el que abrió un cristianismo judío en su origen a un cristianismo universal, abierto, libre.
06. CURSUM CONSUMMAVI ET FIDEM SERVAVI (2TIMOTEO).
Hemos escuchado en la segunda lectura un hermoso párrafo de la 2 Timoteo.
Las cartas a Tito y 1 y 2 Timoteo (cartas pastorales) son más tardías que San Pablo. Cuando se escriben estas cartas Pedro y Pablo habían muerto martirizados en Roma el año 67. Estas cartas son de tradición paulina, datan de finales del siglo I y evocan -“recuerdan”- un Pablo anciano que ha terminado el curso de su vida, ha combatido bien, ha conservado la fe y confía en el Señor también al final de su vida.
Tal vez esta pueda ser la actitud de algunos (muchos o pocos) de nosotros. Hemos recorrido el camino de la vida, hemos trabajado y conservado la fe. Hemos crecido y vivido el evangelio en el tono vital del concilio Vaticano II.
Previsiblemente no veremos muchos cambios, novedades. Ni las esperamos tampoco. Seguiremos la eclesiología de San Juan: permaneced en lo que os enseñé desde el comienzo: permaneced en mi amor. Para nosotros la mirada está en el Señor, en el Reino de Dios.
Esto no es pesimismo, sino esperanza.
He librado un buen combate, he dado fin a mi carrera, he conservado la fe. Ahora me queda esperar la corona, el final en JesuCristo. (2 Tim 4,7).
ORACIÓN DE LO