Asunción: María terminó en Dios. El horizonte de nuestra esperanza es Dios

- La Asunción de María.
La definición del dogma de la Asunción es reciente. Fue el papa Pío XII quien el 1 de noviembre de 1950, propuso a la fe de la iglesia que María, la madre del Señor fue llevada a los cielos en cuerpo y alma.
Pero antes de la definición del dogma, siempre estuvo presente en la memoria y en la fe de los cristianos que María terminó con su hijo, JesuCristo, en la casa del Padre, en el cielo.
De María sabemos históricamente muy poco; apenas unos escuetos datos que nos ofrecen los evangelios. Pero sabemos lo más importante: que fue creyente en su hijo JesuCristo: dichosa tú porque has creído. Sabemos que llevó adelante su misión en la historia de la salvación al aceptar ser madre de Jesús. Y sabemos por la fe que la Virgen terminó en Dios, fue asunta al cielo.
¿Cómo no va a terminar María junto a su hijo, JesuCristo y junto a Dios?
No pertenece a la fe pensar que María fuese llevada físicamente en cuerpo y alma al cielo. Son modos de hablar y expresar realidades que no se pueden “decir” de otro modo. Sería un poco extraño que fuese elevada físicamente. ¿Cuerpo y alma? Digamos que la persona de María tiene su existencia en Dios. ¿En el cielo astronómico? Mejor pensamos y creemos que María concluyó su existencia en Dios, junto a su hijo JesuCristo.
- María creyente
Su prima Isabel es quien le dice a María: Bendita Tú porque has creído… María es la primera persona que creyó en su propio hijo: JesuCristo.
Isabel le viene a decir y bendecir porque ha creído en que el hijo que va a tener es expresión de Dios, es Jesús el Cristo.
Los relatos de la anunciación, la visita del ángel, los relatos de la infancia de Jesús y los mismos evangelios son posteriores al nacimiento y a la vida de Jesús. Son relatos que tratan de expresar cómo Dios entra en nuestra historia.
No le sería fácil a María creer en su propio Hijo tal y como éste pensaba, vivía y convivía: con pecadores y publicanos, polémicas continuas en el Templo, con los sacerdotes y fariseos, con la ley, qué tipo de ideología tenían los discípulos que le acompañaban, etc… Pero María creyó en su Hijo JesuCristo.
María fue la primera creyente.
- Final de María.
No sabemos cuánto sobrevivió la Virgen María a Jesús. No sabemos ni cómo ni dónde vivió después de Jesús. Alguna tradición habla piadosamente de la dormición (más que de la muerte) de María en Jerusalén. Otra tradición “sitúa” los últimos años y la muerte de la Virgen en Éfeso.
Lo que sabemos no por la historia y la arqueología, sino por la fe es lo que celebramos hoy: la Asunción. María fue asunta, llevada al cielo y terminó su tiempo en la eternidad de Dios, en el cielo.
El final de María es Dios.
- Canto de Esperanza
Que María terminara en Dios fortalece nuestra esperanza. Nos señala cuál es también nuestro final.
La Asunción nos indica que nuestra meta es el cielo.
El lugar del ser humano es Dios.
Tal es el sentido de la vida: terminar en Dios.
Hemos comenzado la celebración con un canto muy popular y sencillo: María ampáranos, consuélanos y guíanos a la patria celestial.
Dios nos libre de quien piensa que su patria está aquí, en este mundo (hay mucho Netanyahu suelto por la historia).
Por otra parte, Dios nos libre de perder el sentido y el horizonte de la vida: ¿a qué se debe si no tanta enfermedad mental, depresiones, suicidios..?
En estos tiempos de desesperanzas la Asunción nos afecta a nosotros, porque nos indica que “esto” tiene sentido y destino para la humanidad para la historia. En y por María contemplamos el final amable al que estamos llamados todos.
Mirad al cielo, porque con JesuCristo, con María y nuestros hermanos es también nuestra estación Termini, nuestro final. Como dice el texto bíblico en la Ascensión de Jesús: no os quedéis plantados mirando al cielo, pero mirad al cielo