LA COMUNIDAD DE JESÚS VIVE EN PAZ, ALEGRÍA Y BUEN ESPÍRITU

APOSTOL

  1. La resurrección impregna la vida de paz, alegría y espíritu

         La comunidad eclesial se encontraba al anochecer, encerrados en sí mismos y con miedo. Pocas huellas y poco testimonio de resurrección daba aquella comunidad: de discípulos El texto dice: discípulos, creyentes. No dice los Doce ni apóstoles. Por eso estaban -vivían-encerrados, con las puertas cerradas y con miedo, enquistados, tristes, sin paz.

  1. ¿Y en la Iglesia actual? ¿en nuestra diócesis?

         Los relatos evangélicos son siempre los mismos. Pero las situaciones tanto personales como sociales y eclesiales cambian.

         Una iglesia, una comunidad sin audacia, sin espíritu ni vitalidad, sin serenidad (paz) y sin alegría, dista mucho de ser la iglesia de Jesús y vive en oscuridad (al anochecer) miedo y con miedo.

Muchos de nosotros tenemos la experiencia de estar viviendo años férreos en nuestra Iglesia local, encerrados, paralizados y anquilosados por el miedo a todo: al marxismo, al laicismo, a la secularización, a los logros científicos (ciencias), a la libertad, miedo a la creatividad, pavor al concilio Vaticano II, etc.

Debido a esta situación vivimos bajo el miedo y la censura; vivimos en un tono eclesiástico oscurantista?

El día 18 de este mes de abril (2019) Rafael Aguirre publicaba un artículo en el DV en el que detectaba que: estamos asistiendo al desembarco político de una sedicente cultura católica extremista y conservadora.

         Pero la gran tradición cristiana no coincide -ni mucho menos- con muchas de las palabras, costumbres y modos eclesiásticos, que se nos presentan como pertenecientes al núcleo central de la fe, cuando ni lo fueron, ni lo son?

  1. paz, alegría aliento vital (espíritu)

         JesuCristo confiere a los suyos, a su comunidad: paz, alegría y aliento vital: Espíritu bueno, ganas de vivir.

         La comunidad de Jesús se caracteriza por vivir en paz, alegría y Espíritu.

         ¿En nuestra diócesis se vive en paz, con alegría e ilusión? ¿No estamos más bien en una división eclesial, enfrentamientos y en una honda tristeza?

  1. se intuye en la Iglesia una vuelta al origen en las intuiciones de Francisco

         Gracias a Dios que el estilo y tono cristiano y eclesial de Francisco es más evangélico del que pulula en algunas diócesis y obispos. El paradigma ha cambiado. Lo principal ya no es el miedo y la represión, la doctrina a ultranza y contra quien sea. Francisco no carga machacona y agresivamente contra el pueblo el laicismo, el secularismo, contra el ateísmo, contra los homosexuales, etc.

         Si el poder eclesiástico y religioso te hace daño, si una moral legalista te ha hecho daño: el Señor te alivia, confiere paz, alegría. El ¡Señor mío y Dios mío! Es JesuCristo y nadie más ni en el ámbito social-político (campaña electoral, ni ninguna jerarquía eclesiástica sustituye a JesuCristo).

         Nos hará bien recordar lo que Teilhard de Chardin escribía en su oración:

En el fondo de tu alma coloca, antes que nada,

como fuente de energía y criterio de verdad

todo aquello que te llene de la paz de Dios.

Recuerda: cuanto te reprima e inquiete es falso.

Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida

y de la promesa de Dios.

Por eso, cuando te sientas apesadumbrado y triste,

Adora y confía.

  1. A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados

         El perdón es necesario en la vida y en la Iglesia. Jesús nos invita a todos a perdonar. No es una potestad que Jesús da a los apóstoles, a los Doce, sino a los discípulos, a los creyentes, a la comunidad de los que seguían a Jesús. Por otra parte, Jesús no pone condiciones para el perdón. En todo caso no se menciona para nada la confesión del penitente, (JM Castillo).

  1. Tomás no estaba en el grupo.

         Las grandes cuestiones de la vida son comunitarias: la familia, el pueblo, la cultura, el idioma, la fe, los valores son cuestiones comunitarias.

Tomás no estaba en el grupo. Por eso no llega a la fe.

Es muy difícil vivir fuera del grupo, de la familia, del pueblo, de la propia cultura, de la comunidad cristiana.

Tomás vuelve al grupo que “ha visto al Señor”, es decir un grupo que vive en paz, en alegría e ilusión. Si Tomás vuelve al grupo es porque en ese grupo se puede vivir y convivir en la paz y alegría del Señor. Nadie vuelve a Egipto o a Auswitch.

         ¿Por qué se ha marchado tanta gente de la iglesia?

         ¿Por qué, como Tomás, se ha marchado tanta gente del grupo, de la Iglesia? Es un simplismo fanático decir a lo tonto que la gente se ha ido del Evangelio porque es atea, increyente, infiel o pecadora, consumista, laicista, etc.

         ¿Y si la iglesia fuese un remanso de paz, de sosiego, de convivencia, de contento, de vida o un hospital donde se curan heridas (Francisco)? ¿Quién no quiere vivir en paz y alegría?

         Vivamos libremente en la comunidad eclesial, con buen tono y mejor espíritu y en una Iglesia libre y liberadora podemos reconocer a Cristo como:

¡Señor mío y Dios mío!

del Credo de Pablo VI

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