DIOS NOS SALVE, MARIA








00. NOTA PREVIA. EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN.
La tradición de la veneración a la Virgen proviene desde el comienzo de la Iglesia. El Concilio de Éfeso (año 431) ya dijo que María era theo-tokos madre de Dios (la que ha dado a luz a Dios). Sin embargo la definición del dogma de la Asunción es muy reciente. Fue el papa Pío XII, quien el 1 de noviembre de 1950, María, la madre del Señor fue llevada a los cielos en cuerpo y alma.
¡Cómo no vamos a creer que María terminó con su Hijo, Jesús, en la casa del Padre, en el cielo!


01. UNA FIESTA LLENA DE VIDA Y ALEGRÍA
El relato evangélico de hoy está lleno de vida:
Dos mujeres que están creando vida, de qué van a hablar si no es de la misma vida, llenas de alegría, esperanza y, quizás, algo de preocupación.
o El encuentro de dos familias, dos mujeres que están gestando dos nuevas vidas: María e Isabel, Jesús y Juan.
o Bendita entre las mujeres
o La criatura salta de alegría en el seno materno de Isabel
o María canta a Dios: Proclama mi alma
o Se alegra mi espíritu en Dios.
o Le felicitarán todas las generaciones.
Sabemos que la vida tiene dificultades, pero la existencia humana es encuentro, es crear vida, es bendición, es alegría, es felicitarse por las pequeñas -y las grandes- cosas que el ser humano hace.



02. FIESTA DE ESPERANZA.
La fiesta de la Asunción, como todo el cristianismo es esperanza. Nuestro futuro es aquel: el cielo.
Pensand

o en voz alta: nuestra civilización ha sustituido la esperanza por el progreso y la ciencia. Confiamos en el progreso pero no tenemos esperanza. Sin embargo el progreso y la ciencia no termina de dar razón a nuestras vidas y, menos, a nuestra muerte. El progreso es lo que es y da lo que da de sí. Pero no se puede decir que, porque un caníbal utilice microondas, plato, cuchillo, tenedor y servilleta haya progresado mucho la humanidad.
Y lo que es más grave, hoy podríamos aplicarnos aquello de que: para qué queremos canciones, si no tenemos nada que cantar.
El futuro absoluto está en el “más allá”, o si no, no hay un futuro dotado de sentido.
La existencia dotada de esperanza absoluta vive no fácil, pero sí serenamente las cuestiones de la vida: la libertad, la culpa, la gratuidad, la familia, el pueblo, el futuro.
Nuestra meta está en el cielo de la Ascensión de Cristo y de la Asunción de María.


03. FIESTAS DE MUCHAS CIUDADES Y PUEBLOS.
En este día, en estos días muchos pueblos y ciudades celebramos la fiesta central de la vida comunitaria.
Solemos celebrar los contenidos de la vida: el cumpleaños, un aniversario, un éxito, etc. Se celebran contenidos
El mes de agosto es un mes de vacaciones , pero no es lo mismo estar de vacaciones -necesarias, por otra parte- que celebrar una fiesta, un contenido. Celebrar, lo que se dice celebrar, celebramos poco o nada. Tenemos más días libres que nunca, pero celebramos poco.
La fiesta de la Asunción es el contenido de nuestras fiestas de la ciudad, aunque sociológicamente sean más importantes los fuegos y los piratas que la Asunción. Los cristianos disfrutamos de la vida y de las fiestas como todo ser humano, pero con un plus de contenido, de esperanza y de futuro.

04. LA ASUNCIÓN.
La Virgen María, Jesús completaron su existencia en Dios. Algo de eso es lo que significan las fiestas de la Ascensión (Jesús) y la Asunción (María). Habremos de acallar nuestra curiosidad de cómo sea ese final, el cielo. Podemos tener dificultades sobre el cómo será, dónde, cuándo, etc., pero mantengamos firme la esperanza de que “será”. Confiemos en que será.
Nuestro final es el mismo de Jesús y de María: el cielo. También para nosotros se abrió en el cielo la casa de Dios. (Apocalipsis).
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