Obras son amores y no buenas razones

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  1. siempre dos hermanos.

        Resulta curioso las veces que en la Biblia aparecen dos hermanos: Caín y Abel, (Gn 4,1-2); Esaú y Jacob, (Gn 25,24ss); un padre tenía dos hijos en la parábola del padre y el hijo pródigo, (Lc 15,11ss); en la parábola de hoy también un padre tenía dos hijos... Dos hermanas: Marta y María

        Tal vez más que dos hermanos se trata de dos aspectos de un único personaje, que todos llevamos dentro en una especie de “esquizofrenia inevitable”. Probablemente todos somos algo de Caín y de Abel; algo tenemos de hermano mayor cumplidor, prepotente; y algo de hijos pródigos. Todos hablamos mucho y hacemos poco, como en la parábola de hoy.

Al mismo tiempo, en todo ser humano hay algo de la bondad de Abel y del arrepentimiento del hijo menor, además de las incoherencias del hijo al que le dio un “perrenque”, dijo que no iba a trabajar, pero luego se lo pensó y fue.

Las “esquizofrenias” y los dobles momentos antes que de la psicología y de la psiquiatría, son de la vida misma y algo de sentido común. Como se dice en estos tiempos, todos somos algo “bipolares”.

  1. La Viña.

        La viña, los campos de trigo son el pueblo de Dios, la humanidad, la historia en la que hay mucho que trabajar. Las más de las veces el trabajo es sencillo, pequeñas tareas, pero son trabajos nobles.

        Todos estamos llamados a trabajar en la mies, en la viña del Señor. San Pablo dice un poco estentóreamente aquello de que: quien no trabaje que no coma, (2Tes 3,10).

        El trabajo no es solamente un medio de ganarse la vida, sino un modo de construir la propia persona-personalidad y la historia.

        El trabajo no es una mercancía, que se vende (dirá el mismo K.Marx).

        Trabajar -en la medida en que uno puede- es bueno y hace bien.

  1. Obras son amores, que no buenas razones.

        Así acuñó Santa Teresa esta afirmación que ha pasado a ser un refrán: obras son amores, que no buenas razones.

De grandes palabras (palabrería) están llenos los espacios políticos, eclesiásticos y también los personales. Las promesas de las campañas electorales duran hasta el día siguiente de las elecciones. ¡Si la Iglesia fuese conforme a lo que leemos en el Nuevo Testamento, en las encíclicas y documentos!, etc.

O4.  Ortodoxia y orto praxis.

        Orto significa: recto / correcto. Doxa: doctrina / pensamiento y praxis: práctica / acción.

Corren tiempos en los que algunos grupos católicos gozan buscando recuperar una ultra-ortodoxia que anquilosa la vida y el evangelio, cuando lo que importa es la ortopraxis, es decir la vida.

        Muchas veces la ortodoxia tiene poco que ver con lo que hacemos, con la ortopraxis.

  • o A veces la ortodoxia no es más que una trinchera donde se defienden miedos y posicionamientos ideológicos y religiosos. Algunos movimientos religiosos modernos viven afincados en una super-ortodoxia intransigente, sin significado, pero es el “santo y seña”.
  • o Otras personas y actitudes hacen la verdad: están con los que sufren, los pobres, el sida, ancianos etc., incluso con una doctrina (ortodoxia) muy elemental, incluso no muy puritana para el orden establecido.

La verdad no se dice, se hace.

Esta veta la recogió con energía la Teología de la Liberación.

Es evidente que el papa Francisco se sitúa en la praxis, en el hijo que va a trabajar. Es también evidente que los que se oponen y se enfrentan con la línea de Francisco son ultramontanos fanáticos que guardan con celo la doctrina, pero no mueven un dedo para ayudar a la humanidad a cargar con el peso de la vida y de la historia (Mt 23,1-12)

        Quiera Dios que la ultraortodoxia fundamentalista no pise la praxis evangélica.

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  1. ¿Quién hizo la voluntad de Dios Padre?

Lo de Jesús tiene su retranca.

No es un diletantismo exegético, pero conviene leer con atención el cp 21 de Mateo.

Mt 21, 1-27:        Jesús, tras expulsar con energía del Templo a los comerciantes, Jesús pronuncia tres parábolas contra los dirigentes religiosos, es decir contra el poder (no contra el pueblo):

Mt 21,29-32       Parábola de los dos hijos

Mt 21,33-46       Parábola de los viñadores homicidas, (el poder crucifica)

Mt 22,1-14          Parábola del banquete del Reino al que no quieren asistir los invitados

La conclusión de la parábola de hoy es desconcertante y osada. Jesús pone modelos de vida algo que escandaliza a los estamentos oficiales. Probablemente nadie se lo creyó entonces, -ni hoy-, que los publicanos (ladrones legales de impuestos) y las prostitutas, la gente de los cruces de los caminos estarán, están, por delante de nosotros en la viña del Señor, en el Reino.

Nos puede resultar escandaloso y molesto, pero en el cristianismo de Jesús las cosas -gracias a Dios- son así.

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