Templo-Basílica S Juan Letrán. Misa sobre el mundo: Teilhard de Chardin
        
    - Basílica de san Juan de Letrán
 
San Juan de Letrán es la catedral de la diócesis de Roma (La catedral de Roma no es el Vaticano, sino la basílica de san Juan de Letrán). Y tiene un cierto tono pastoral.
Hay una anécdota simbólicamente importante de Juan XXIII. El “papa bueno” quiso celebrar el concilio Vaticano II no en el Vaticano sino en San Juan de Letrán y no en el Vaticano para “descentralizar” la Iglesia y darle un sentido al menos simbólicamente más pastoral en “su catedral” lateranense. Luego los asuntos protocolarios, la curia, los cardenales influyeron y “no consintieron” que la idea de Juan XXIII fuese llevada adelante.
- El templo.
 
El Templo de Jerusalén era el centro de la vida del pueblo de Israel. En el Templo se guardaba el arca de la Alianza, era el lugar de la presencia de Dios en su pueblo, era también como la banca por lo que se había convertido en una “cueva de ladrones”.
Leemos hoy el texto de Juan que narra la expulsión de los vendedores y cambistas del Templo.
- La Pascua de los judíos.
 
Se celebraba la Pascua de los judíos… El pasaje evangélico de hoy comienza con estas palabras la “se acercaba la Pascua de los judíos” (v 13). Ya no dice que fuese la Pascua del Éxodo, la Pascua del Señor liberador, menos todavía es la Pascua de JesuCristo. Era la Pascua de un entramado religioso-político, económico, comercial…
La liberación de Dios se ha convertido en una comercialización religiosa.
Por otra parte, los “judíos” en el cuarto evangelio no son tanto una etnia, sino una magnitud negativa. Coloquialmente podríamos decir que “esa es vuestra pascua, la de los judíos”, no es la Pascua liberadora del Éxodo y menos la de JesuCristo.
- Jesús expulsa a los vendedores al comienzo de su misión.
 
Los evangelios sinópticos (Mt, Mc, Lc) sitúan esta escena de la expulsión de los vendedores del templo al final de la vida pública de Jesús, cercana ya su muerte. San Juan en cambio sitúa esta escena al comienzo de su evangelio, en capítulo 2. Este pasaje, este gesto constituye como un programa de vida y actividad de Jesús. Jesús caminará hacia otro culto sin comercialización, ni vendedores, ni cambistas de dinero.
Por esto, según S Juan, Jesús es un condenado a muerte desde el comienzo de su vida pública.
Jesús emplea gestos y palabras fuertes. El látigo era un signo que tendrá el Mesías. La expresión “cueva de bandidos” la había utilizado ya el profeta Jeremías (Jr 7,11).
- Xto es el nuevo templo. Purificación del culto.
 
Destruid este Templo y yo lo reconstruiré en tres días.
El Templo será ya JesuCristo: quien me ve a mí, ve a Dios Padre y, si seguimos los criterios cristianos, el Templo son los pobres. A mí me veis en el pobre, hambriento, en el enfermo, en el encarcelado…
Dos capítulos más adelante, Juan 4, en el encuentro de Jesús con la samaritana, esta le peguntará: ¿Dónde hay que adorar a Dios en este templo de Samaria, Garizím, o ahí abajo, en el Templo de Jerusalén? Jesús le responde.
A Dios se le adora en espíritu y en verdad.
El templo y el culto del cristiano es la vida honesta, la honradez, jugar limpio en la vida.
Resuena la breve obra de Teilhard de Chardin: Misa sobre el mundo… El Templo de Dios es JesuCristo, son los pobres, es el universo, la creación.
- ¿Los templos son la sepultura de Dios?
 
Es una de esas afirmaciones contundentes de Nietzsche (1844-1900): “Dios ha muerto y los templos son su sepultura”.
Jesús no dijo tal cosa, pero sí que puso en crisis el sistema del templo, de la comercialización del templo, de la manipulación más o menos interesada de la religión, de los sacramentos, etc.
El templo es el lugar de la comunidad que se reúne en torno al Señor, pero puede terminar convertido en una comercialización.
«Destruid ese templo, ese tipo de culto y no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
- Los templos de piedra.
 
El edificio-templo es necesario (no podemos vivir la fe a la intemperie) y si los templos son hermosos, mejor (la estética es condición humana).
Pero los templos no han ser recintos mágicos que puedan abonar la superstición religiosa e incluso artística. Los templos son valiosos si nos ayudan a reunirnos, a celebrar y orar
Por otra parte, S Pablo nos ha dicho que el templo cristiano es el propio ser humano: ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que recibís de Dios y reside en vosotros? (1Cor. 6,19). El edificio-templo sólo tiene sentido si en él se reúnen personas.
- El templo es valioso si encauza agua.
 
Muchas tuberías y poca agua.
Ezequiel nos ofrecía una visión poética de un templo que lleva, transmite agua viva.
El templo, las estructuras eclesiásticas quizás han terminado por convertirse en oficinas, curias o en tuberías que no llevan agua. Un templo, unas estructuras son valiosas si permiten y trabajan para que fluya el agua de vida eterna y esta llegue a todos.
Hemos rezado en el salmo de hoy:
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios.