"El hombre actual sabe y tiene, pero no espera" No os quedéis plantados mirando al cielo, pero mirad al cielo

Ascensión
Ascensión

"La Muerte, Resurrección y Ascensión constituyen un único acontecimiento. Por “pedagogía teológico-litúrgica” celebramos por separado la Pasión, la Muerte, la Resurrección, Ascensión del Señor, la Venida del Espíritu... Pero es un único acontecimiento"

"En esta fiesta de la Ascensión celebramos que Jesucristo concluyó su historia en Dios y nuestra historia concluirá también en Dios. Terminaremos en el Señor y terminaremos como Él, en la casa del Padre"

"Hemos sustituido la esperanza por unas vacaciones, el ser por la nada y la fe por los ritos del “self service” eclesiástico. Y esto crea mucha cansera, mucha desesperanza"

"¿Cómo es posible que en los colegios y universidades, en los medios de comunicación no se dedique un tiempo, una asignatura a la esperanza, al sentido de la vida, al horizonte absoluto?"

  1. La fiesta de la Ascensión.

La Muerte, Resurrección y Ascensión constituyen un único acontecimiento. Por “pedagogía teológico-litúrgica” celebramos por separado la Pasión, la Muerte, la Resurrección, Ascensión del Señor, la Venida del Espíritu... Pero es un único acontecimiento.

La cuestión no es si JesuCristo concluyó en Dios el viernes santo a primera hora de la tarde, el domingo de Pascua o a los cuarenta días. No se trata de un tiempo material, cronológico, sino teológico –existencial- expresado en un lenguaje simbólico-poético.

Según el Evangelio de Lucas todo aconteció el mismo día de Pascua. Según el libro de los Hechos, la Ascensión aconteció a los 40 días de la resurrección

    Tampoco se trata de una cuestión espacial: Jesús habría subido al cielo como un astronauta. Es un mundo alegórico: Jesús “subió” junto a Dios, y una nube (símbolo de la protección de Dios) lo acogió en Dios.

    La Ascensión es el “día sin fin”, el “día eterno de Pascua” para Cristo, para nuestros hermanos difuntos y para toda la humanidad.

Ascensión

    En esta fiesta de la Ascensión celebramos que Jesucristo concluyó su historia en Dios y nuestra historia concluirá también en Dios. Terminaremos en el Señor y terminaremos como Él, en la casa del Padre.

Por ello, esta fiesta es de gran esperanza e impregna de esperanza toda nuestra existencia y nuestra historia.

  1. La gran crisis de nuestro tiempo es la esperanza / desesperanza.

    Allá por los años 1950 / 60 la crisis de nuestra sociedad era la fe, el ateísmo, la muerte de Dios, el marxismo, etc. Hoy en día la crisis es más bien de esperanza. Nuestro momento ha clausurado el futuro. No hay nada que esperar.

    Hemos sustituido la esperanza por unas vacaciones, el ser por la nada y la fe por los ritos del “self service” eclesiástico. Y esto crea mucha cansera, mucha desesperanza.

    La cuestión más grave que tenemos no es la pandemia, ni la guerra, la cuestión más seria que tenemos es la nada, el nihilismo que termina por minar y socavar los cimientos de la existencia y nos sume en una profunda desesperanza. La nada y la desesperanza, cuando no la desesperación,  terminan por quitar el sentido de la vida y las ganas de vivir.

Quizás por esta razón es por lo que está aumentando el número de suicidios. Tenemos cosas para vivir, lo que ya no tenemos son ganas de vivir.

En el País Vasco se da un suicidio cada dos días. En el año 2020 se suicidaron 184 personas en el País Vasco, en España, 70.000.

Esperanza
Esperanza

El hombre actual sabe y tiene, pero no espera; sin embargo los humanos somos seres esperantes, porque quien deja de esperar, deja de vivir.

  1. La Ascensión es una fiesta de esperanza.

Dice el profeta Isaías una honda verdad: en la esperanza está vuestra fortaleza. (Is 30,15)

La fiesta de la Ascensión nos habla del sentido de la vida y nos anima a vivir confiada y esperanzadamente. Tal vez el núcleo central de esta fiesta de la Ascensión es recordarnos que el final del ser humano y de la historia está en Dios y esto nos llama vivir confiadamente. Cristo es el principio y fin de la vida. El lugar del ser humano es Dios, el amor de Dios.

La esperanza en el futuro es la alegría y el sentido del presente. Lo que esperamos ilumina el momento presente.

    Aquellos buenos teólogos que llevaron adelante el concilio Vaticano II, cultivaron estas ideas: caminamos hacia la finalización, (Teilhard de Chardin). Vivir mirando y esperando el futuro absoluto infunde ánimo, espíritu y coraje.

    Sembremos esperanza. ¿Cómo es posible que en los colegios y universidades, en los medios de comunicación no se dedique un tiempo, una asignatura a la esperanza, al sentido de la vida, al horizonte absoluto? Estas cosas no son “religión”, son sentido común, sembrar esperanza.

    Caminamos hacia el punto final, hacia el horizonte, que es Cristo.

  1. Jesús les bendijo y se marchó de entre nosotros. Y dejas Pastor santo.

    Una hermosa coincidencia:

  • o San Lucas comienza su evangelio con la bendición del anciano Zacarías bendice a Dios: Bendito sea el Dios de Israel … puedes dejar a tu siervos marchar en paz
  • o Y ahora, al final, Jesús se marcha bendiciendo a los suyos.

    Bendecir significa decir bien en la vida

Bendecir

Estamos llenos de maldiciones, de decir mal, de descalificaciones, de linchamientos personales, morales, de acepción de personas. Y eso no es bueno, ni hace bien. La Ascensión nos habla de una creación originaria y de futuro bien dicho por JesuCristo para toda la humanidad.

Jesús se marchó.-como había vivido- Bendiciendo. Diciendo y haciendo bien.

Es un gran programa de vida pasar por la vida diciendo bien y marcharnos dejando algo de bien.

  1. No os quedéis plantados mirando al cielo, pero mirad al cielo

La fiesta de la Ascensión es una llamada al futuro. Y porque creemos en el futuro, nos empuja a trabajar en el presente

Creemos en la Ascensión y por eso, “miramos al cielo” con nostalgia infinita y con ojos limpios por la esperanza y sin intereses. Y porque miramos al cielo y al futuro absoluto, no nos quedamos en las mediaciones ni vivimos en “babia” alelados en espiritualismos celestes anquilosantes y evasivos

Porque creemos en la Ascensión, confiamos y esperamos con ilusión el futuro, el futuro de Dios. Y porque miramos al cielo, vivimos y trabajamos en la tierra por cambiar este presente.

Miremos con intensa nostalgia al cielo pisando tierra.

no os quedéis plantados mirando el cielo, pero mirad al cielo.

Ascensión

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