Todos tenemos un sitio en la mesa del Señor

Mesa

  1. La Mesa.

La Palabra de este domingo gira en torno a la Mesa. Dios prepara una mesa, un banquete de bodas para la humanidad … Tú preparas ante mí una mesa… El Reino de los cielos se parece a un banquete -una mesa- de bodas.

En torno a una mesa vivimos y acontecen muchas cosas a lo largo de nuestra vida, en la sociedad y en la Iglesia.

En la vida nos sentamos a muchas mesas por mil motivos.

  1. La mesa familiar.

    Desde niños, incluso todavía en brazos de nuestros padres, abuelos o hermanos mayores, nos hemos o nos han sentado a la mesa familiar.

    En torno a la mesa familiar todos somos iguales.

En la mesa familiar nos alimentamos y no solamente del alimento material, que ya es mucho, sino del alimento de la fraternidad-familiaridad. En la mesa familiar hemos recibido y compartido la acogida a la vida, el afecto, el amor, la cultura, el idioma, la fe, las tradiciones, las costumbres, los valores, el alimento. En la mesa familiar hemos celebrado, hemos cantado de alegría y de fiesta; en otros momentos hemos sufrido juntos.

En la mesa familiar de la cocina de casa hemos nacido a la vida y a la convivencia.

  1. La mesa de la palabra y cultura.

    Hemos pasado y pasamos muchas horas en la mesa de estudio, e búsqueda de la verdad. De niños nos sentamos en  aquella mesa-pupitre de la escuela muchos de nosotros con la pizarra y con aquel viejo tintero de porcelana, hasta nuestra mesa de trabajo actual con ordenador. Hemos ido aprendiendo las letras, las diversas asignaturas, hemos ido creciendo en el pensamiento, hemos leído y leemos la Palabra.

    Quizás en la pequeña mesa de nuestra habitación o en la mesa de la biblioteca hemos pensado mucho las cosas y hemos ido creciendo, evolucionando y cambiando de mentalidad: cambios en el pensamiento político, teológico, cultural, etc.

En la mesa hemos buscado la verdad.

  1. mesa de trabajo.

    Cuántas horas pasan muchas personas sentados a la mesa de trabajo: la mesa-banco  del carpintero, la mesa de la oficina, la mesa del relojero, del dibujante, de los sastres, de los químicos, de la panadería, la mesa del profesor, etc.

    La mesa es lugar de trabajo y de ganarse el pan.

  1. Mesas de diálogo.

    Según los momentos y etapas de la vida y al ritmo de los problemas nos hemos sentado a algunas mesas de diálogo: reuniones de padres en los colegios, reuniones de vecinos, reuniones culturales o de orden deportivo en el barrio, en la parroquia.

  1. Mesas políticas.

No tienen muy buena fama las mesas de los políticos, pero son necesarias.

Sentarse a la mesa y hablar, negociar, buscar salidas a los problemas es necesario y sano. Buscar la pacificación es noble.

Mejor sería que Moscú y Kiev, Palestina e Israel se sentaran a la mesa del diálogo.

Nos queda la Palabra, que decía Blas de Otero (1916-1979).

En la mesa se buscan soluciones.

  1. Mesa del quirófano (enfermedad).

    Quizás en algún momento de la vida nos ha tocado pasar por la mesa del quirófano, mesa de dolor pero de curación…

    Una intervención quirúrgica es pasar por valles de tinieblas, que hemos rezado en el salmo 22. Para el enfermo esta mesa es una difícil amalgama de angustia y esperanza. El que lo ha vivido, lo sabe.

    En la mesa hemos sufrido y nos hemos curado.

  1. Mesas eclesiales.

    A decir verdad  no son muchas las mesas eclesiales en las que se dialogue, se comparta. En estos momentos se está celebrando el sínodo el Roma, que hasta cierto punto es como una mesa de diálogo. Quiera Dios que sea una mesa eficaz.

  1. Aterpe / comedores sociales: (la mensa de la Caridad).

    No sé si los que estamos aquí reunidos nos hemos sentado a este tipo de mensas. (Aunque aquellos lejanos años 1940-50 no fueron precisamente de banquetes mesiánicos para muchos de nosotros). Pero estas “mesas sociales”, los bancos de alimentos existen. Son muchas las personas que se sientan a estas mesas de la caridad. Si la mensa de Aterpe es algo, es caridad.

    En la mesa compartimos. La mesa es caridad.

  1. La mesa de la Eucaristía.

La Eucaristía es también una mesa. Una mesa abierta en la que nos alimentamos de la palabra y del pan de vida. El altar es una mesa.

Muchas veces en nuestra vida nos hemos sentado a la mesa de la Eucaristía. Las más de las veces con los problemas, crisis y alegrías del transcurrir de la vida cotidiana. Otros han sido momentos de una densidad existencial más profunda: cuando os casasteis o cuando accedimos al ministerio o a la vida religiosa. La Eucaristía a la muerte de nuestros padres o seres cercanos adquiere una gran profundidad.

  1. La mesa del banquete del Reino

  1. La mesa del Señor está abierta a todos: Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.

El papa Francisco decía hace unos días a los cardenales que se le han enfrentado con sus 'dubia': "No podemos constituirnos en jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen". La mesa del Señor está abierta a todos.

  1. A la mesa del Señor estamos invitados todos y no por nuestra condición moral: todos, buenos y malos. Dios no hace acepción de personas.

  1. La Mesa del Señor es gratuita: gratis: gracia: Eu – Xaris: buen regalo, don. A los restaurantes de lujo van los que van, los que tienen para poder pagar tal comida. La mesa del Señor es gratis y para todos.

  1. La mesa de amor.

    El Señor habla de un banquete de bodas. Un banquete de bodas es encuentro y amor.

    Las mesas de la vida y la Eucaristía nos abren a la mesa definitiva del Señor. Es una mesa gratuita (gracia). Nosotros no podemos darnos la plenitud a nosotros mismos: es una gracia, un regalo de Dios. Es el amor de Dios.

Que nuestra mesa, nuestras capacidades, nuestro alimento material o espiritual esté abierto a todos, como lo está la mesa del Señor.

Prepara tu mesa, Señor para nuestro pueblo, para todos los pueblos, para todas las iglesias, para toda la humanidad.

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