"Que la vida no nos pille aletargadas como a las gentes del tiempo de Noé" En tiempos de Noé pasaba lo mismo que hoy: la gente comía, bebía, compraba, black friday, Qatar...

Adviento
Adviento

"También nosotros vivimos narcotizados y en una sedación crónica por el consumismo, el nihilismo y la ausencia de pensamiento"

"Si la vida no tiene sentido, ¿para qué vivir? Por sentido de la vida podemos entender si existe algo por lo cual merece la pena que yo siga existiendo"

"Que la vida no nos pille aletargadas como a las gentes del tiempo de Noé. Estad despiertos, que se acerca vuestra liberación"

  1. En tiempos del pobre Noé.

¿Qué pasaba en tiempos de Noé? Pues lo mismo que hoy: que la gente comía, bebía, ahorraba, compraba (Black Friday), viajaba, se casaba y vivía como “si sí”, inconscientemente.

También nosotros vivimos narcotizados y en una sedación crónica por el consumismo, el nihilismo y la ausencia de pensamiento

La gente se reía de Noé, porque el buen hombre estaba haciendo un arca, un barco en pleno desierto: ¿para qué sirve una barca en el desierto? ¿Cuándo se han visto inundaciones en el Sahara? Noé estaba “chinado”, haciendo el canelo.

Pero el diluvio (el agua bautismal) llegó y arrastró a la gente que paseaba por las boutiques, por las playas turísticas y estaciones de nieve, por Catar… La gente en tiempos de Noé vivía -como hoy- en una dulce estupidez.

Siempre nos hace falta un diluvio, un agua bautismal que nos despierte y purifique este mundo, esta sociedad y nos devuelva el buen sentido, el sentido de la vida y de la muerte

Arca

    Por otra parte, nosotros, el mundo occidental, estamos viviendo entre decepciones, en el ocaso de los grandes ideales y de la gran tradición cristiana, en medio de corrupciones políticas, económicas:

El mundial de fútbol de Qatar es buena prueba de esa corrupción: 6500 / 7.000 trabajadores muertos en la construcción de los campos de fútbol sin que el pensamiento ni la ética se hagan presentes.

    Alguien decía que no estamos asistiendo a una época de cambios, sino a un cambio de época. Hay que ser conscientes hacia dónde estamos cambiando.

No se permite que afloren las cuestiones fundamentales. Sobre todo los problemas del sentido de la vida, la ética, la muerte. Todo se resuelve por sedación. ¿Qué otra explicación puede tener el vacío de los planes (programas) de educación en los que se elimina la filosofía, la religión, la ética, en los que no se plantea el sentido de la vida, o la misma cuestión de la eutanasia o la muerte?

    Es hora de despertar de la somnolencia y es tiempo de despertar y vivir en vela.

Lo hemos escuchado hoy en las tres lecturas:

  • o Caminar a la luz (Isaías).
  • o Daos cuenta del momento en que vivís. Despertad del sueño (Romanos).
  • o Velad, estad despiertos, (Mateo).

Diluvio

  1. El sentido de la vida.

Quizás el problema más fuerte que se nos plantea en este momento cultural es el del sentido de la vida.

El cantante italiano Vasco Rossi tiene una canción demoledora. Evoquemos aunque solamente sea una estrofa:

Voglio trovare un senso a questa vita     Quiero encontrar sentido a esta vida

Anche se questa vita un senso non ce l’ha Si bien esta vida no tiene sentido

Voglio trovare un senso a questa storia   Quiero hallar sentido a esta historia

Anche se questa storia un senso non ce l’ha    Si bien esta historia no tiene sentido

Voglio trovare un senso a questa voglia   Quiero encontrar sentido a mi deseo,

Anche se questa voglia un senso non ce l’ha    Aunque este deseo no tiene sentido.

Sai che cosa penso                    ¿Sabes qué pienso?

Che se non ha un senso                Que no hay sentido alguno,

Velad

Si la vida no tiene sentido, ¿para qué vivir?

Por sentido de la vida podemos entender si existe algo por lo cual merece la pena que yo siga existiendo.

Quien se deja interpelar por el sentido de la vida, se está preguntando por la meta y horizonte

No estamos lejos de la primera meditación de los “Ejercicios Espirituales” de San Ignacio de Loyola: Principio y Fundamento.

  1. Esperar lúcidamente en la vida.

Quien no sabe de dónde viene termina por no saber a dónde va. Los clásicos lo decían de modo semejante: ex memoria, spes: la esperanza nace de la memoria, el recuerdo  fundamenta nuestra existencia.

Seguramente que causa decepción si decimos que nuestra esperanza se fundamenta en lo acontecido en Cristo. No nos va a pasar nada más importante en la historia y en nuestra vida que la memoria: la presencia activa de Xto hoy y en el futuro absoluto.

Madre nuestra de la Esperanza
Madre nuestra de la Esperanza

    Se trata de vivir con esperanza; no solamente a la espera, sino con esperanza. La esperanza aguarda algo que humanamente nos sobrepasa. Decía Laín Entralgo: el ser humano espera por naturaleza algo que no está en su naturaleza.

    Hay esperas pasivas. Aguardamos a que llegue el autobús, aguardamos a que nos reciba el médico. La esperanza es confiadamente creativa: miramos y confiamos en lo que nos será gratuitamente dado y trabajamos ya en ese futuro absoluto.

    Porque la esperanza es una planta muy débil y delicada, hemos de cuidarla mucho. Procuremos dar razón de nuestra esperanza, (1Pedro 3,15).   

  1. Comencemos esperanzadamente el adviento.

    Comencemos con buen ánimo el Adviento. En realidad la vida es un Adviento: una nostalgia y esperanza infinitas.

    A pesar de los pesares, esperemos contra toda desesperanza (San Pablo).

    Que la vida no nos pille aletargadas como a las gentes del tiempo de Noé.

Estad despiertos, que se acerca vuestra liberación

Corona de Adviento
Corona de Adviento

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