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Entrevista
Salvador Illa, presidente de la Generalitat

Y en la tierra paz

01.  En el principio.

       La tradición de San Juan comienza su evangelio como una transparencia del comienzo del libro del Génesis:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

La tierra era caos y confusión y oscuridad, (Gn 1).

       Así pues, San Juan comienza su evangelio como el Génesis: con la buena noticia (evangelio) de que la vida está llena de luz, de verdad, de sensatez, la vida tiene sentido,

En el principio existía no un caos, confusión y oscuridad,

sino la Palabra, la luz  y la vida.

       Mucho han cambiado las cosas y el pensamiento para que hayamos llegado a afirmar a finales del siglo XIX (Nietzsche 1844-1900) hasta nuestros días que:

Al principio era el absurdo, y el absurdo era Dios

y Dios era el absurdo.[1]

01.  En el principio.

       Resulta llamativo que el Evangelio de San Juan (ni el de S Marcos) narren el nacimiento de Jesús.

       La tradición de San Juan comienza su evangelio como una transparencia del comienzo del libro del Génesis. Este evangelio se remonta al libro del Génesis, al comienzo.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

La tierra era caos y confusión y oscuridad, (Gn 1).

       Así pues, San Juan comienza su evangelio con la serenidad y solemnidad de un eu-angelion: una buena noticia: la vida está llena de luz, de esperanza, la vida tiene sentido,

En el principio existía no un caos, confusión y oscuridad,

sino la Palabra, la luz  y la vida.

       Mucho han cambiado las cosas para que a finales del siglo XIX (Nietzsche) hasta nuestros días llegáramos a afirmar y vivir en:

Al principio era el absurdo, y el absurdo era Dios

y Dios era el absurdo.[2]

02.  Logos: Palabra.

       La Palabra de Dios no es un “vademecum” de verdades religiosas, sino que la Palabra de Dios es JesuCristo. San Juan de la Cruz (1542-1591) lo dice espléndidamente: una vez que Dios había pronunciado su palabra en su Hijo, ya no tenía más que decir.

Cuando Dios Padre habla dice: Jesús.

Pon los ojos sólo en Él, porque en Él lo tengo todo dicho y revelado. Él es toda mi Palabra y respuesta.[3]

       La debilidad de Dios hecho ser humano transparenta a Dios. Los cristianos (si lo somos) vemos a Dios y estamos con Dios, cuando vemos y tocamos periferias, pobres, pateras, la debilidad humana.

03.  Quien tiene una razón, un sentido por el que vivir, ya encontrará el cómo.

       Vivimos tiempos erráticos, deambulando “de aquí para allá” sin saber a dónde vamos, ni de dónde venimos, ni porqué vamos ni venimos…

       En la noche de la existencia “quien tiene un porqué vivir, encontrará el cómo vivir”, porque la razón, la Palabra es sentido, luz y vida.

       El sentido de la vida es la Palabra hecha JesuCristo.

       04.  Celebrar a Dios en la tierra.

       El Verbo, la Palabra, el sentido de la vida se hicieron carne (sarx): debilidad: Jesús.

       La Navidad se ha degradado mucho y se ha convertido casi en unas fiestas de invierno, que no pasan del consumo y del turismo.

Sin embargo Navidad es celebrar el sentido amable de la vida. Tal es el núcleo de la Revelación. Celebramos que esta “historia” que comenzó con la Palabra, descansa y termina también en la Palabra, en el Señor Jesús

el sentido de la vida se hizo presente en JesuCristo.


[1] F Nietzsche, Así habló Zaratustra.

[2] F Nietzsche, Así habló Zaratustra.

[3] S Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo, II, 22,5.

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